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Ñ



La ñ (en mayúscula Ñ, nombre eñe, plural eñes) es la decimoquinta letra y la duodécima consonante del alfabeto español donde representa una consonante nasal palatal.[1]

La ñ está también presente en los alfabetos de muchos otros idiomas relacionados históricamente con el español como gallego, euskera, aimara, bubi, chamorro, guaraní o quechua. Y también por conveniencia en algunos que no lo están como el tártaro de Crimea, wólof, bretón, mapudungun o algunas lenguas aborígenes australianas y muchas otras lenguas en todos los continentes.

En los monasterios y después en las imprentas se tenía la costumbre de economizar letras abreviando para ahorrar esfuerzo en las tareas de copiado y colocación de caracteres. Así, la secuencia procedente de la geminada latina «nn» se escribía con una pequeña tilde encima de la ene: «ñ»; tal tilde o virgulilla (~)[2]​ representaba a una n pequeña y "achatada" cursivamente. Lo mismo sucedió en portugués con «an» y «ã»; p. ej., annus > añus; y el grupo romance nn > ñ que se había palatalizado a lo largo del tiempo en la península ibérica.

La ñ en español representa un sonido nasal palatal (según el Alfabeto Fonético Internacional, /ɲ/), que significa que el aire escapa a través de la nariz y es articulada con la parte media o trasera de la lengua contra el paladar óseo.

En español y otras lenguas (como las lenguas filipinas, aimara, quechua, mapuche, mixteco, zapoteco, guaraní, vasco, chamorro, bubi, leonés y yavapai) cuyas ortografías tienen base en la del español, representa la nasal palatal. En gallego representa ese sonido.

En tagalo, visayano y otros idiomas filipinos, la mayoría de los términos que incluían ñ se pasaron a escribir con ny con la ocupación estadounidense de Filipinas, en un esfuerzo norteamericano por la deshispanización del archipiélago. Aun así sobrevivió en muchos nombres propios, que suelen conservar la ñ y su grafía original española (como Santo Niño, Parañaque, Mañalac, Malacañán) y aunque con poco uso tiene presencia como decimoquinta letra en el alfabeto filipino. En la ortografía filipina antigua, la letra también se usaba, junto a g, para representar el sonido nasal velar [ŋ] (excepto a final de palabra, cuando se usaría ng) si era apropiado en lugar de una tilde, que originalmente abarcaba la secuencia de n y g (n͠g), como pan͠galan ("nombre"). Esto se debe a que la ortografía antigua se basaba en español, y sin la tilde, pangalan se habría pronunciado con la secuencia [ŋɡ] (por lo tanto, pang-GAlan). La forma ñg se convirtió en una forma más común de representar n͠g hasta principios del siglo XX, principalmente porque estaba más disponible en tipografías que la tilde que abarca ambas letras.

También aparece en varios términos del inglés de origen español, como jalapeño, piña colada, piñata y El Niño. La palabra española cañón, sin embargo, se naturalizó como canyón, por lo que el Gran Cañón del Colorado es escrito como Grand Canyon. Hasta mediados del siglo XX, adaptarlo como nn era más común en inglés, como en la frase "Battle of Corunna". Ahora, casi siempre se deja sin modificar. La llamada Society for the Advancement of Spanish Letters in the Anglo Americas (SASLAA) es una organización preeminente enfocada en promover la adopción permanente de ñ en el idioma inglés.[3]

También se utiliza en otros sistemas de escritura de idiomas menores sin influencia del español para representar sonidos nasales. Este se debe a la casualidad de que durante la creación de sus ortografías, necesitaban un signo similar a la N y puesto que la Ñ era parecida se convertía en una opción muy conveniente ya que estaba ampliamente implantada, por la que la agregaron no tanto por su significado sino por su forma gráfica.

Algunos de estos idiomas la usan para representar la velar nasal, como en tártaro de Crimea, malayo y nauruano. Precisamente en la versión moderna del alfabeto yañalif (o yaꞑalif) del idioma tártaro y en el idioma lule sami, la ñ a veces se usa como sustituto de n con descendente (), que no está disponible en muchos sistemas informáticos.

En el caso de muchos idiomas de Senegal, por ejemplo el idioma wólof, ñ se usa como en español para el sonido nasal palatal. Senegal es único entre los países de África Occidental en el uso de esta letra. En el idioma tetun de Timor Oriental, también se adoptó para representar el mismo sonido en préstamos portugueses representados por nh, aunque esto también se usa en Tetum, al igual que ny, influenciado por el indonesio, evitando la confusión con el dígrafo.

En lengua bretona (noroeste de Francia) nasaliza la vocal precedente, como en Jañ (/ʒã/), que corresponde al nombre francés Jean y tiene la misma pronunciación. Tan recientemente como 2008, el gobierno francés comenzó a permitir el registro de nombres con esta letra.[4]

En nauruano representa al dígrafo «ng», aunque actualmente la tendencia mayoritaria es usar simplemente «ng». Muchos hablantes de portugués la emplean para representar la palabra não en lenguaje informal de internet.

También se usa en la transliteración de la nasal palatal del sánscrito y otros idiomas escritos usando alfabetos índicos.

La letra eñe se ha convertido en un símbolo frecuente para representar la identidad del idioma español. El editor latino Bill Teck etiquetó la cultura hispana y su influencia en los Estados Unidos como la "Generación Ñ" y comenzó una revista con ese nombre.[6]​ Organizaciones como el Instituto Cervantes y la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos han adoptado la letra como su marca de herencia hispana.

Fue utilizado en el Ejército del Aire de la República Española para la identificación de aeronaves. Las circunstancias que rodearon el accidente del avión de serie 'Ñ' Potez 540 que fue derribado sobre la Sierra de Gúdar del Sistema Ibérico cerca de Valdelinares inspiraron al escritor francés André Malraux a escribir la novela L'Espoir (1937), traducida al inglés como Man's Hope y convertida en película llamada Espoir: Sierra de Teruel.[7]

En 1991, un informe de la Comunidad Europea recomendaba la derogación de un reglamento que impedía la venta en España de productos informáticos que no respaldaran "todas las características del sistema de escritura español", alegando que se trataba de una medida proteccionista contra los principios del libre mercado. Esto habría permitido la distribución de teclados sin una tecla "Ñ". La Real Academia Española afirmó que se trataba de un grave atentado contra la lengua. El premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez expresó su desdén por la petición de eliminación al decir: "La 'Ñ' no es una basura arqueológica, sino todo lo contrario: un salto cultural de una lengua romance que dejó atrás a las demás al expresarse con sólo una letra es un sonido que otros idiomas siguen expresando con dos ".[8]

Otras formas de controversia es la relativa a la anglicización de apellidos españoles. La sustitución de ñ con otra letra altera la pronunciación y el significado de una palabra o nombre, de la misma manera que lo haría al reemplazar cualquier letra de una palabra dada por otra. Por ejemplo, un apellido español común como Peña (que significa "colina rocosa") a veces es editado en publicaciones inglesas y convertido en Pena ("lástima"). Otro ejemplo común es "Nuñez".[9]

Cuando Federico Peña se postuló por primera vez para alcalde de Denver en 1983, el Denver Post imprimió su nombre sin tilde como "Pena". Solo después de que ganara las elecciones, comenzaron a imprimir su nombre con tilde. Como la administración de Peña tuvo muchas críticas, sus objeciones a veces se expresaron caprichosamente como "ÑO".

Desde 2011, el canal de noticias "CNN en Español" incorpora en su logotipo una tilde sobre las dos enes.[10]

Otro canal de noticias, TLN en Español, también solía usar "tlñ", con una ñ en el lugar de la n esperada de su versión en inglés.

Actualmente la letra «ñ» se utiliza como letra del alfabeto español, asturiano, gallego, filipino, wólof, así como un buen número de lenguas indígenas de América (quechua, aimara, otomí, guaraní, entre otros).

En otras lenguas, la «n» doble ha derivado en grafías distintas:

Actualmente se pueden registrar dominios con la letra «ñ».

Los buscadores y los servicios de correo electrónico más importantes son capaces de indexar los dominios con caracteres especiales, y por lo tanto, la letra eñe. El Comité IDN es la principal entidad internacional que gestiona los Dominios IDN (también llamados Dominios Multilingüe) promociona el uso de los dominios con caracteres especiales, pero todavía faltan muchos esfuerzos para superar los problemas técnicos que tienen los sistemas con letras como la Ñ. Sin embargo, surgen algunas ventajas de la utilización de nombres de dominio con la letra ñ.[13]

En caracteres HTML se expresa con los códigos Ñ (Ñ) y ñ (ñ).

Para los sistemas en los cuales no hay teclado en español se hace lo siguiente:

En la actualidad, prácticamente todos los teléfonos móviles permiten el uso de este carácter con normalidad.

La Blackberry de Research In Motion (RIM), no incluye la «ñ», pero se puede acceder a ella pulsando la N y a la vez la rueda de control hacia abajo.

En 1991, se generó un conflicto cuando la Comunidad Económica Europea (CEE) impulsó [14]​ el proyecto de algunos fabricantes de ordenadores, que pretendían comercializar teclados sin eñe.

Hasta ese momento, existía una reglamentación que impedía comercializar en España productos informáticos que no tuvieran en cuenta «todas las características del sistema gráfico del español».

La UE estimó que esa disposición equivalía a una medida proteccionista que violaba el principio de libre circulación de mercancías.[15]

El primer organismo en reaccionar fue la Real Academia Española (RAE). La desaparición de la eñe de los teclados, proclamó en un informe divulgado en 1991, representaría «un atentado grave contra la lengua oficial».[16]

El colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura 1982, afirmó:

Mientras que la poetisa argentina María Elena Walsh, en el diario La Nación de Buenos Aires, señaló:

En todo caso, para consolidar la protección de la letra, el gobierno español respondió el 23 de abril de 1993 con un Real Decreto que mantenía la obligación de la eñe en los teclados, acogiéndose al Tratado de Maastricht, siendo ya la Unión Europea (UE), que admite excepciones de carácter cultural.



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