Para otras acepciones, véase Aznar (desambiguación)
Abel Aznar (Libertad, provincia de Buenos Aires, Argentina, 26 de junio de 1913 - 5 de marzo de 1983 ) fue un poeta, compositor y letrista cuyo nombre completo era Abel Mariano Aznar que se dedicó al género del tango.
Libertad, la localidad donde nació y creció, se encuentra en el partido de Merlo a unos 30 kilómetros al Oeste da ciudad de Buenos Aires) y allí en 1909 comenzaron a funcionar unos importantes talleres ferroviarios, que desaparecieron décadas después. Su padre era español de Aragón, trabajaba en el ferrocarril y tocaba la guitarra y el bandoneón y con su madre, que era irlandesa, aprendió muy bien el inglés. Cursó la escuela primaria completa y entre los 8 y los 13 años aprendió a tocar el violín. Aznar gustaba de la poesía y esporádicamente escuchaba tocar a Juan Maglio cuando pasaba a tocar por los pueblos con su orquesta.
El padre lo hizo ingresar muy joven al ferrocarril, donde pensaba que tenía un mejor futuro, por lo que no veía con buenos ojos su afición a la poesía. Después de 1930 se vinculó al ambiente artístico y por intermedio del actor Federico Mansilla, que era director de Radio El Abuelito, conoció a los cantantes Antonio Maida y Nelly Omar. Por ese tiempo compuso la letra y música de su primer tango Igual te quiero, que Nelly Omar estrenó en la radio el 28 de junio de 1936, cuatro días después de la muerte de su padre.
Fue así que por intermedio del pianista Armando Cupo conoció a los cantantes Laurita Esquivel y Roberto Chanel y al que más tarde fue su colega, Reinaldo Yiso. Por esa época Osvaldo Pugliese leyó una letra de Aznar que le había llevado Chanel, que en ese momento era cantor de su orquesta, y lo desaprobó: en esa época sus versos eran demasiado poéticos y muy alejados de lo popular. Años después Aznar recordaba y agradecía el comentario del maestro Pugliese.
Tiempo más tarde, sobre una música del bandoneonista Luciano Leocata que le acercara Yizo, hizo la letra del tango Y volvemos a querernos; el cantor Jorge Casal se entusiasmó con la composición, la llevó al director Florindo Sassone, lo estrenaron en el bar Armonía de la Avenida Corrientes y luego lo grabaron el 25 de enero de 1949.
Muchos de los títulos de las obras de Aznar se inician con “Y”, lo que les otorga cierta particularidad. Según Grinóvero, Aznar y Leocata fueron a registrar los tangos No te voy a llorar y Todavía te quiero, pero esos títulos estaban ocupados, por lo que resolvieron colocarle la Y como inicio. Desde entonces, Aznar utilizó la Y inicial en muchas de sus obras.
Entre su obra pueden mencionarse los tangos Vos hacés lo que querés, con el bandoneonista Alfredo Calabró; Anoche te soñé, con Mario Canaro; Y no puedo olvidarte, con Armando Cupo; Y te parece todavía con Juan Carlos Howard, El último guapo y Qué tenés que hablar de mí, ambos con música de Leo Lipesker; y las milongas En el corsito del barrio, en colaboración con Yiso, que fuera un gran éxito en la versión de Julio Sosa con Armando Pontier; y Azúcar, pimienta y sal, con música de Tití Rossi y Héctor Varela que difundió este último con las voces de Jorge Falcón y Fernando Soler.
En varias de sus letras Aznar relata –siempre desde el punto de vista del héroe masculino- la mítica escena tanguera de la mujer que abandonó al hombre en la búsqueda de la riqueza o la felicidad fácil, y que tiempo después regresa. Adet opina que el más emblemático en su tipo es Lo que vos te merecés, con esa frase donde observa que volvió “con ese vestidito que yo te regalé”, para despacharse al final con un lapidario “hoy tenés de recompensa, lo que vos te merecés”.
En Y no le erré la situación de punto de partida es la misma pero el hombre adoptó una actitud comprensiva sobre esos sueños en pos de los cuales se había ido:
Jamás lo vas a saber, también habla de un fracaso amoroso, el protagonista confiesa que se muere por su amor, que la extraña como nunca, que la quiere todavía, pero afirma:
Concluye Manuel Adet refiriéndose a estos tangos:
Otro enfoque del mismo tema contiene Y te parece todavía -tango en el que las cancionistas han sido las que más se han lucido al interpretarlo- en el cual el personaje –cuyo género no se explicita- se niega a olvidar la ofensa “Y te parece todavía, que te puedo perdonar, vos serás como una herida, para el resto de mi vida, pero otra cosa, jamás”.
De puro curda, incursiona en otro tema familiar en el tango, el alcohol, y lo enfoca de una manera particular celebrando el beberlo por puro placer, al punto que Adet considera que se ha transformado en el “himno de los borrachos o de todos los que celebran el gusto de beber alcohol sin otro justificativo que el placer de beber”, como dice la letra:
Entre las grabaciones se recuerdan las de Florindo Sassone de los tangos Y volvemos a querernos, en enero de 1949 y Y mientes todavía, con la voz de Raúl Lavalle. También lo grabó Pugliese en 1950 con la voz de Alberto Morán, además de La mascota del barrio, con el cantor Roberto Chanel, Y todavía te quiero (1959); Y no le erré (1959); Sueño malevo cantando Alfredo Belusi (1960); Jamás lo vas a saber, cantado por Jorge Maciel (1966). José Basso que grabó Estaba bien seguro y María la del portón, Carlos Di Sarli, quien le grabó De qué podemos hablar, Sonatina, con la voz de Jorge Durán, Nuestra última partida.
Era muy delgado, fumaba mucho, comía poco pero tomaba mucho café, se le veía siempre con el cabello engominado, nervioso, acelerado. Disfrutaba socializar con amigos, tenía una personalidad sensible, capaz de recibir y de retribuir afecto. Tenía como afición la pintura.
Luis Grinóvero lo llamó el rey de la rima por su facilidad para escribir versos notablemente rimados que, además, eran accesibles para el pueblo. Colaboró con músicos importantes, como eran Luciano Leocata, con quien hacía los versos sobre melodías ya compuestas, Carlos Di Sarli, con el que hizo De qué podemos hablar, Marcelino Hernández (Cholo) con el que compuso Sonatina, con Azucena Maizani, Y no somos nada, con Manuel Sucher, Nuestra última partida y Te doy un beso y me voy.
Fue uno de los autores de tango más prolíficos y sus obras fueron ejecutadas por orquestas y cantores de fama, destacándose entre ellos Héctor Varela con la voz de Rodolfo Lesica, quienes impactaron con éxitos resonantes en las décadas de 1950 y 1960.
Dice Néstor Pinsón que Aznar:
Por su parte Manuel Adet opina:
Cantaron sus letras cantores de la talla de Julio Sosa, Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche, Jorge Casal, Oscar Alonso y, sobre todo, Alfredo Belusi, el hombre que incorporó a Aznar a su repertorio y, según los entendidos el que mejor los interpretó.
Al morir quedaron obras inéditas.
Algunas de las 234 obras registradas a nombre de Abel Aznar en SADAIC, son:Escribe un comentario o lo que quieras sobre Abel Aznar (directo, no tienes que registrarte)
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