Aconitum (acónito) es un género de plantas fanerógamas de la familia Ranunculaceae. La especie tipo es el acónito común (Aconitum napellus), a veces llamado simplemente acónito. Comprende 948 especies descritas y de estas, solo 331 aceptadas.
Este género de plantas perennes herbáceas es nativo de zonas montañosas del hemisferio norte. Sus hojas verde oscuras tienen estípulas; son palmeadas o palmeadas lobuladas con 5 a 7 segmentos. Cada segmento siguiente es trilobulado con bordes aserrados. Las hojas se disponen en espiral o alternadas, las inferiores son largamente pecioladas.
Son plantas ornamentales, los tallos son erectos, altos, coronados por racimos de largas flores zigomorfas azules, púrpuras, blancas, amarillas o rosas, con numerosos estambres. Se distinguen por tener uno de los cinco sépalos (el posterior), llamado galea, en forma de yelmo cilíndrico. Tiene 2 a 10 pétalos, en forma de nectarios.
Es una planta venenosa ya que contiene aconitina, uno de los alcaloides más activos y tóxicos. El uso de esta planta es peligroso y se conocen casos en los que el veneno hace efecto al contacto con la piel. Es recomendable aprender a reconocerla. Se considera la planta más tóxica de Europa.
Todas las partes de las plantas del género Aconitum pueden contener alcaloides diterpeno, cuya ingestión supone un riesgo para la salud. Los alcaloides presentes en las raíces son extremadamente tóxicos, por sus potentes efectos cardiotóxicos y neurotóxicos.
Debido a su alta toxicidad, la Organización Mundial de la Salud (WHO) y la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) no recomiendan su uso para el tratamiento de ninguna dolencia.[cita requerida]
El acónito supone una fuente oculta de envenenamiento en infusiones de hierbas no tóxicas, contaminadas con sus raíces.
En Asia, donde se considera que el acónito posee efectos beneficiosos para la salud, se producen envenenamientos graves e incluso mortales, como consecuencia de la utilización de las raíces en la preparación de sopas y comidas.
El género fue descrito por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 1: 532. 1753. La especie tipo es: Aconitum napellus.
Aconitum es el nombre genérico, y deriva del griego antiguo akòniton (= "planta venenosa"). De hecho, la planta es conocida por su alta toxicidad desde la antigüedad homérica. Este nombre probablemente indicaba una planta venenosa endémica cuyo hábitat era común entre las rocas escarpadas en algunas zonas de Grecia. Hay dos raíces que se atribuyen a su nombre: akone (= "piedra"), en referencia a su hábitat; y koné (= "matar"), obviamente haciendo referencia a su toxicidad. También fue utilizado como un símbolo negativo (maldición o venganza) en la mitología de los pueblos mediterráneos. Según otras fuentes (Plinio el Viejo ), el nombre Aconitum se deriva de un antiguo puerto en el Mar Negro, llamado "Aconis". El nombre científico actualmente aceptado (Aconitum) fue propuesto por Carl von Linne, considerado el padre de la moderna clasificación científica de los organismos vivos, en la publicación Species Plantarum, de 1753.
Todas las partes del acónito contienen alcaloides, bases nitrogenadas diterpénicas, concentradas sobre todo en la raíz. La aconitina mayoritaria es un diester, derivado acetilado y benzoilado de un amino-alcohol hexacíclico norditerpénico (es decir, en C19), la aconina. Los alcaloides minoritarios tienen una estructura perecida: hipaconitina, mesaconitina, licaconitina, neopelina, napelina neolina.
La aconitina es uno de los tóxicos vegetales más temibles. La dosis tóxica para el ser humano se acerca a la dosis terapéutica (0,25 mg); la dosis letal es de 5 mg, y 2 mg provocarían grandes trastornos cardíacos. En cuanto a la tintura de acónito, se estima la dosis tóxica en 5 ml. Para la raíz, la dosis mortal se fija en 2-4 g.
La preparación de los acónitos provoca la hidrólisis de gran parte de los compuestos nativos, lo que reduce considerablemente su toxicidad.
Los primeros síntomas aparecen a los 30-45 minutos de media después de la ingestión. Produce picores en la lengua y hormigueos en la cara y las extremidades. La parestesia evoluciona hasta una anestesia de los estímulos nociceptivos y debilidad muscular.. También aparecen náuseas y vómitos.
Algunos sujetos tuvieron dificultades respiratorias, muchos estaban hipotensos. Debido a la actividad estimuladora de los canales sódicos de la aconitina; muchas veces, la calemia sigue normal y a veces disminuye.
En los casos más graves, se produce la muerte después de una fibrilación ventricular, que evoluciona inexorablemente, incluso después de aplicar un electrodo estimulador.
Cuando la ingestión del tóxico es reciente, se practica una descontaminación digestiva: lavado de estómago, administración de carbón activo. La eventual deshidratación y el desorden electrolítico se corrigen con los aportes necesarios. La disrritmia ventricular impone vigilancia continua durante las primeras 24 horas. En ausencia de antídoto específico, la única terapéutica eventual a aplicar es la administración de anti-arrítmicos junto a la lidocaína, como primera medida habría que utilizar la amiodarona y flecainida. También se emplean bretilium, procainamida, difenilhidantoína.
Rara toxicidad en animales debido a la inaccesibilidad de la planta. Las dosis tóxicas para el caballo son de, 300-400 g de raíz fresca, para el perro, 5 g de raíz seca.
A continuación se brinda un listado de las especies del género Aconitum aceptadas hasta julio de 2014, ordenadas alfabéticamente. Para cada una se indica el nombre binomial seguido del autor, abreviado según las convenciones y usos.
La homeopatía sugiere varios efectos beneficiosos para el acónito (en diluciones infinitesimales):
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