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Acuarelistas



La acuarela (palabra que proviene del italiano acquerello) es una pintura sobre papel o cartulina con colores diluidos en agua. También es el nombre de la técnica empleada en este tipo de pintura, y de los colores con los que se realiza.[1]

Los colores utilizados son más o menos transparentes según la cantidad de agua con la que se mezcla, y a veces dejan ver el fondo del papel, que suele ser blanco y que actúa como un verdadero tono.

El producto utilizado para pintar se compone de pigmentos aglutinados con goma arábiga o miel. La acuarela se utiliza pintando por capas transparentes, con el fin de conseguir la máxima brillantez y soltura en la composición que se realiza.

Todo hace suponer que la pintura a la acuarela siguió a la invención del papel en China (atribuida al eunuco Cai Lun,[2]​ consejero del emperador He de la dinastía Han Oriental), en el siglo II d. C. Ya en el siglo xiii los árabes introdujeron la fabricación del papel en España y la tecnología se extendió a Italia décadas más tarde. Algunos de los más antiguos fabricantes de papel incluyen a Fabriano (en Italia), abierto en 1276, y Arches (en Francia), abierto en 1492.

El antecesor de la acuarela en Europa fue el fresco —pintura mural usando pigmentos en un medio acuoso sobre mortero de cal húmeda—. Un buen ejemplo de fresco es la Capilla Sixtina, iniciado en 1508 y completado en 1514. El primer uso conocido de la acuarela en Europa es por el pintor renacentista italiano Rafael Sanzio (1483-1520), quien pintaba en grandes cartulinas como bocetos de tapices. En Alemania, Alberto Durero (1471-1528) pintó acuarelas en el siglo XV. La primera escuela de acuarela en Europa fue liderada por Hans Bol (1534-1593), influida por las creaciones de Durero. Entre los maestros británicos que usaron la acuarela puede citarse incluyendo a van Dyck, Thomas Gainsborough, John Constable, Paul Sandby y Joseph Mallord William Turner, considerado por algunos autores precursor de las técnicas que posteriormente desarrollarían las vanguardias. En la pintura española del siglo XX pueden citarse artistas como Julio Quesada, Ceferino Olivé, Francisco Bonnín Guerín, José Comas Quesada o Alberto Manrique.

En Japón, la acuarela ejecutada con tinta es denominada «Sumi-e». En la pintura china, coreana y japonesa ha sido un medio pictórico dominante, realizado frecuentemente en tonalidades monocromáticas negras o sepia.[cita requerida]

La acuarela, técnica de pintura transparente (a diferencia del gouache, más opaco) utiliza pigmentos finos o tintas, mezcladas con goma arábiga para darle cuerpo y glicerina o miel para darle viscosidad y unir el colorante a la superficie de pintar. Las características de la acuarela son 4 principalmente: es una pintura al agua, es muy translúcida, los colores cambian al secar y tiene carácter impredecible.[3]​ Toda acuarela palidece si se expone al sol, los colores permanecen cuanta más calidad tienen los pigmentos. Es posible encontrar los colores en tubos o pastillas, en las dos formas se aprecian las diferencias entre pigmentos, por ejemplo con el azul de manganeso se obtiene una granulación.

La técnica de la acuarela se basa en la superposición de capas transparentes —lavados—, utilizando la blancura del papel para obtener efectos y toques de luz. A medida que se superponen más lavados el color se hace más profundo. El color de la acuarela se puede modificar añadiendo o quitando agua, usando pinceles, esponjas o trapos.

La técnica del lavado permite crear degradados o lavados uniformes, incluso superposición de colores. Con la técnica húmedo sobre húmedo se pinta con la acuarela sobre el soporte previamente humedecido, obteniendo un efecto diferente. También se pueden realizar lavados del pigmento una vez seco, dependiendo del papel, del pigmento y la temperatura del agua. La limpieza con esponja u otro elemento absorbente, el raspado, son algunos ejemplos de las amplias posibilidades que ofrece la acuarela. Los colores utilizados solo se pueden usar si son transparentes (según la cantidad de agua en la mezcla) y a veces dejan ver el fondo del papel (blanco), que actúa como otro verdadero tono.

El soporte más común para esta técnica es el papel, hay gran variedad de texturas, grosores, gramajes y colores, su elección depende del estilo del artista. El papel de acuarela se clasifica según el número de gramos por metro cuadrado , este varia entre 190 y 800 g (gramos); mientras el gramaje sea mayor, más resistirá el papel al pigmento y al agua.[4]​ El gramaje del papel es la segunda consideración para su elección, dependerá de cuanta agua utilices, ya que el pigmento no debe correrse y el papel no debe ondularse . Para evitar que el papel se ondule, se humedece previamente y se pega a un cerco de madera, tensándolo.

Otro soporte menos usado es la tela o tejido. Con respecto al papel existen tres tipos estándar:

La elección del grano se basa en función de tus necesidades.



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