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Adolph von Menzel



Adolph Friedrich Erdmann (posteriormente: von) Menzel (Breslavia, 8 de diciembre de 1815 - Berlín, 9 de febrero de 1905) fue un pintor alemán famoso por sus pinturas a menudo inspiradas en la historia, que es considerado el más importante exponente del realismo pictórico del siglo XIX en Alemania.

Junto con Caspar David Friedrich, está considerado uno de los dos artistas alemanes más destacados del siglo XIX,[1]​ y fue el artista de más éxito en su época en Alemania.[2]​ Su popularidad en su país natal, debida especialmente a obras de propaganda política, fue tal que pocas de sus grandes pinturas abandonaron Alemania, donde fueron rápidamente adquiridas por museos en Berlín.[3]​ La obra gráfica de Menzel y sus dibujos se difundieron más ampliamente; estos, junto con cuadros informales que no estaban realizados inicialmente para ser expuestos, son la causa en gran medida de su reputación póstuma.[4]

Aunque viajó para buscar temas para su arte, para visitar exposiciones y encontrarse con otros artistas, Menzel pasó la mayor parte de su vida en Berlín, y se mantuvo, a pesar de numerosas amistades, apartado de otros.[5]​ Menzel escribió en su testamento: "No sólo me he quedado soltero, a lo largo de toda mi vida he renunciado a las relaciones con el otro sexo... En resumen, hay una falta de cualquier clase de unión entre el mundo exterior y yo."[5]​ Es probable que se sintiera apartado socialmente por razones físicas únicamente, Menzel tenía la cabeza grande y era muy bajo, medía un metro treinta y siete centímetros.[5]

Nació en Breslavia. Su padre era litógrafo y pretendió educar a su hijo como profesor; sin embargo, no frustraría su gusto por el arte. Después de dimitir de su puesto como enseñante, Menzel padre abrió un taller litográfico en 1818. En 1830 la familia se trasladó a Berlín, y en 1832 Adolph se vio obligado a hacerse cargo del negocio litográfico a la muerte de su padre. En 1833, estudió brevemente en la Academia de Arte de Prusia, donde aprendió de moldes de escayola y antiguas esculturas; en general Menzel fue autodidacta.[5]Sachse de Berlín publicó su primera obra en 1833, un álbum de dibujos a pluma y tinta reproducidos en piedra, para ilustrar el pequeño poema de Goethe, Künstlers Erdenwallen. Ejecutó litografías en el mismo estilo para ilustrar Denkwürdigkeiten aus der brandenburgisch-preussischen Geschichte, Los cinco sentidos y El orador, así como diplomas para varias corporaciones y sociedades.

De 1839 a 1842, produjo 400 dibujos, introduciendo en gran medida en Alemania la técnica de la xilografía, para ilustrar la Geschichte Friedrichs des Grossen (Historia de Federico el Grande) por Franz Kugler. Posteriormente sacó Die Armee Friedrichs des Grossen in ihrer Uniformierung (Los uniformes del Ejército bajo Federico el Grande), Soldaten Friedrichs des Grossen (Los soldados de Federico el Grande); y finalmente, por orden del rey Federico Guillermo IV, ilustró las obras de Federico el Grande, Illustrationen zu den Werken Friedrichs des Grossen (1843-1849).

A lo largo de estos trabajos, Menzel tuvo la pretensión de que fuera considerado uno de los primeros, si no el primero, de los ilustradores de su época en su propio estilo.

Mientras tanto, Menzel había empezado también a estudiar, sin ayuda, el arte de la pintura, y pronto realizó un gran número y variedad de cuadros. Sus pinturas demostraban firmemente la aguda observación y la honesta factura en temas que trataban de la vida y los logros de Federico el Grande, y escenas de la vida cotidiana, como En las Tullerías, La cena de baile y En confesión. Entre las consideradas como sus obras más importantes están La fundición de hierro (1872-1875) y Mercado de Verona. Cuando fue invitado a pintar La coronación de Guillermo I en Königsberg, produjo una representación exacta de la ceremonia sin tener en consideración las tradiciones de la pintura oficial.

Las representaciones de Menzel de Federico el Grande fueron casi cinemáticas en su reportaje y atención al detalle, glorificando un gobierno represor en un estilo pseudodocumental; en virtud de estas cualidades y de haber recreado acontecimientos anteriores de orgullo nacionalista, las pinturas son de un efecto muy similar a las crónicas de las heroicidades napoleónicas por Ernest Meissonnier (1815-1891).[2]​ En vida de Menzel, las implicaciones políticas de sus cuadros fueron apreciadas por Otto von Bismarck y Guillermo I, y tras su muerte, se las apropiaron para uso como póster electoral por Adolf Hitler.[2]

Si estas ilustraciones históricas anticiparon las cualidades literales del primer Impresionismo,[6]​ es en pinturas como La ventana francesa y El jardín del palacio del príncipe Alberto, ambas pintadas a mediados de la década de 1840, que ahora atraen como "entre las más libremente observadas de las imégenes de mediados de siglo XIX."[7]​ En cuanto pinturas de género ponen de manifiesto relaciones con el arte inglés y francés, y habrían sido políticamente inaceptables en la Alemania guillermina; no se expusieron en vida de Menzel.[7]​ Los dibujos privados y las acuarelas que hizo de soldados muertos y moribundos en los campos de batalla de la Guerra Austro-Prusiana en 1866 son implacables en su realismo, y han sido descritos por la historiadora del arte Marie Ursula Riemann-Reyher como "únicos en el arte alemán de la época."[8]

Las pinturas que estaban disponibles para el público lograron reconocimiento no solo dentro de Alemania, sino también de la vanguardia francesa: Edgar Degas admiró y copió su obra, llamándole "el mayor maestro vivo",[9]​ y Louis Edmond Duranty escribió de su arte:

"En una palabra, el hombre es por todos lados independiente, sincero, con visión segura, una nota decisiva que a veces puede ser un poco brutal... Mientras que es perfectamente sano, tiene la neurosis de la sinceridad... El hombre que ha medido con un compás los botones de un uniforme de la época de Federico, cuando es un asunto de representar un zapato moderno, chaleco o peinado no los hace por aproximación, sino totalmente, en su forma absoluta y sin escasez de medios. Pone allí todo lo que se exige por el carácter (del objeto). Libre, grande y rápido en su dibujo, no hay dibujante tan definitivo como él".[10]

A pesar del confeso alejamiento respecto a los demás, su renombre exigía cumplir con obligaciones sociales. En los años 1880 el poeta Jules Laforgue lo describió como "no más alto que la bota de un coracero, engalanado con colgantes y órdenes, no falta a una sola de las fiestas, moviéndose entre todos estos personajes como un gnomo y como el mayor enfant terrible para el cronista".[11]​ En Alemania recibió muchos honores, y en 1898 se convirtió en el primer pintor en ser nombrado caballero de la Orden del Águila Negra, y por haber recibido esa condecoración, Menzel ingresó en la nobleza, convirtiéndose en "Adolph von Menzel".

También fue nombrado miembro de la Académie des Beaux-Arts en París y la Royal Academy en Londres. Después de morir en 1905 en Berlín, la organización de sus funerales fue dirigida por el Kaiser, quien caminó detrás de su ataúd.[12]

En los últimos años de la República Democrática Alemana, dicho país mostró cierta tendencia a revalorizar la Historia del Arte prusiana, formándose una leyenda en torno a él. Así pues el pintor de los emperadores prusianos fue considerado un precursor del realismo moderno. Su vida y sus obras pasaron a reinterpretarse conforme a esta idea. Tanto es así que este elemento es uno de los pocos que fueron absorbidos por la República Federal Alemana[13]​.

Habitación del balcón, 1845.

Sala de estar con la hermana del artista, 1847.

Encuentro con el emperador José II en Neisse, 1857.

Pared del estudio, 1872.

La fundición de hierro, 1872-1875.

Cena en el baile, 1878.

Procesión del Corpus Christi en Hofgastein, 1880.

En la cervecería, 1883.

Joven con vaso de agua, 1889.



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