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Adulterio



El adulterio (del latín adulterium) es sexo extramarital que se considera objetable por motivos sociales, religiosos, morales o legales. Se refiere pues a la unión sexual de dos personas cuando uno o ambos están casados con otra persona, cometiendo de esta manera una infidelidad. El diccionario de la lengua española lo define como una «[r]elación sexual voluntaria entre una persona casada y otra que no sea su cónyuge».[1]​ Aunque el tipo de actividades sexuales que constituyen adulterio varían, así como las consecuencias sociales, religiosas y legales, el concepto existe en muchas culturas y es similar en el cristianismo, el judaísmo y el islam.[2]​El adulterio es considerado por muchas jurisdicciones como una ofensa a la moral pública, que socava la relación matrimonial.[3][4]

Históricamente, muchas culturas han censurado moralmente el adulterio o lo han considerado un delito muy grave, en algunos casos sujeto a severos castigos, usualmente para la mujer y a veces para el hombre, con penas que incluían la pena capital, la mutilación o la tortura (pero esto no ha impedido que muchas personas lo practiquen).[5]​Tales castigos han ido perdiendo popularidad, especialmente en los países occidentales a partir del siglo XIX. En los países en los que el adulterio sigue siendo un delito, los castigos van desde las multas hasta los azotes[6]​ e incluso la pena capital. Desde el siglo XX, las leyes penales contra el adulterio se han vuelto controversiales, y la mayoría de los países occidentales han despenalizado el adulterio.

Con todo, incluso en las jurisdicciones que han despenalizado el adulterio, éste puede seguir teniendo consecuencias legales, sobre todo en las jurisdicciones con leyes de divorcio basadas en la culpa. El adulterio puede ser considerado por el tribunal de familia correspondiente como una causal de divorcio culposo, dependiendo el ordenamiento jurídico de cada país,[7][8]​y puede por lo tanto ser un factor en la liquidación de bienes, la custodia de los hijos, la denegación de la pensión alimenticia, etc. El adulterio no es causal de divorcio en jurisdicciones que han adoptado un modelo de divorcio sin necesidad de culpa.

Organizaciones internacionales han pedido la despenalización del adulterio, especialmente a la luz de varios casos de lapidación de gran repercusión que se han producido en países como Irán, Malí o Somalia (véase Lapidación). La jefa del órgano de expertos de las Naciones Unidas encargado de identificar formas de eliminar las leyes que discriminan a las mujeres o que son discriminatorias para ellas en términos de aplicación o impacto, Kamala Chandrakirana, ha declarado que: «El adulterio no debe clasificarse en absoluto como un delito penal».[9]​ Una declaración conjunta del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la discriminación contra la mujer en la ley y en la práctica afirma que: «El adulterio como delito penal viola los derechos humanos de las mujeres».[10]

En los países musulmanes que siguen la sharia en asuntos de justicia penal, el castigo por adulterio puede ser la lapidación.[11]​Para 2014, había quince países[12]​en los que la lapidación estaba autorizada como castigo legal, aunque en los últimos tiempos solo se ha llevado a cabo legalmente en Irán y Somalia.[13]​La mayoría de los países que penalizan el adulterio son aquellos en los que la religión dominante es el islam, y varios países del África subsahariana de mayoría cristiana, pero hay algunas excepciones notables a esta regla, como Filipinas y varios estados de los Estados Unidos. En algunas jurisdicciones, mantener relaciones sexuales con la esposa del rey o la esposa de su hijo mayor constituye traición.[14]

El término adulterio se refiere a actos sexuales entre una persona casada y alguien que no sea su cónyuge.[1][15][16][17]​ Puede surgir en varios contextos. En el derecho penal, el adulterio era un delito en muchos países en el pasado, y sigue siendo un delito en algunos países en la actualidad. En el derecho de familia, el adulterio puede ser un motivo de divorcio, siendo la definición legal de adulterio «el contacto físico con un órgano ajeno e ilícito»,[18]​ mientras que en algunos países hoy en día, el adulterio no es en sí mismo motivo de divorcio. Los actos sexuales extramatrimoniales que no se ajustan a esta definición no son «adulterio», aunque pueden constituir un «comportamiento irrazonable», también causal de divorcio.

Otra cuestión relacionada es la de la paternidad de un hijo o hija. La aplicación del término al acto parece surgir de la idea de que «el coito criminal con una mujer casada... tendía a adulterar la cuestión [de los hijos] de un marido inocente... y a exponerle a mantener y proveer a los [hijos] de otro hombre».[19]​Así, se corrompe la «pureza» de los hijos de un matrimonio y se altera la herencia.

En el derecho arcaico, existía un agravio (tort) en el derecho anglosajón por la llamada «conversación criminal» derivada del adulterio, siendo "conversación" un eufemismo arcaico para referirse a las relaciones sexuales. Se trataba de una acción de responsabilidad civil interpuesta por el marido contra un tercero («el otro») que interfería en la relación matrimonial.

Algunas leyes sobre el adulterio establecen diferencias en función del sexo de los participantes, por lo que a menudo se consideran discriminatorias, y en algunas jurisdicciones han sido anuladas por los tribunales, normalmente porque discriminan a las mujeres.[20][21]

El término adulterio, en lugar del de sexo extramarital, implica una condena moral del acto; como tal, no suele ser un término neutro porque lleva implícito un juicio de que el acto es malo.[22]

El adulterio se refiere a relaciones sexuales que no están oficialmente legitimadas; por ejemplo, no se refiere a tener relaciones sexuales con múltiples parejas en el caso de la poligamia (cuando un hombre está casado con más de una esposa a la vez, lo que se llama poliginia; o cuando una mujer está casada con más de un marido a la vez, lo que se llama poliandria) o incluso en el caso del poliamor, cuando su práctica es consensuada.[23]

Si se está casado y se tienen relaciones sexuales con otra persona, se está cometiendo adulterio. Hay quienes creen que, en la caracterización anterior, se da un sentido amplio a «relaciones sexuales». En el Nuevo Testamento, Jesús amplía la definición de adulterio, con lo cual cometer adulterio no se limita a la comisión carnal del acto sexual con una persona diferente al esposo o la esposa, además se comete hasta con mirar y desear a una persona que no sea el cónyuge; (Mateo, 5:27-28)[24]​ esto incluye la visualización de contenido para adultos o erótico.

Según el Islam, el cristianismo, y el judaísmo, el adulterio es una violación grave a la Ley de Dios, el cual menciona en sus Mandamientos: «No cometerás adulterio». (Éxodo, 20:14; Deuteronomio, 5:18; 1 Corintios 6:9).[24]

En el mundo grecorromano existían leyes estrictas contra el adulterio, pero éstas se aplicaban solo a las relaciones sexuales con una mujer casada. En el derecho romano temprano, el jus tori pertenecía al marido. Por lo tanto, no era un delito contra la esposa que el marido tuviera relaciones sexuales con una esclava o una mujer soltera.[25][26]​Los maridos romanos se aprovechaban a menudo de tal inmunidad legal. Así, el historiador Esparciano narra que Vero, el colega imperial de Marco Aurelio, no dudó en declararle a su esposa que le reprochaba que: «Uxor enim dignitatis nomen est, non voluptatis». ('Esposa' connota rango, no placer sexual, o más literalmente «Esposa es el nombre de la dignidad, no de la dicha») (Vero, V).

Más adelante en la historia romana, como ha demostrado William E.H. Lecky, debió de ganar terreno, al menos en teoría, la idea de que el marido debía una fidelidad similar a la exigida a la esposa. Lecky deduce de la máxima legal de Ulpiano: «Parece muy injusto que un hombre exija a una esposa la castidad que él mismo no practica».[27]

Según Plutarco, el préstamo de esposas practicado entre algunas personas también fue fomentado por Licurgo, aunque por un motivo distinto al que incitaba la práctica (Plutarco, Licurgo, XXIX). La reconocida licencia de los maridos griegos puede verse en el siguiente pasaje de la Oración contra Neaera pseudodemosténica:

La Lex Julia romana, Lex Iulia de Adulteriis Coercendis (17 a. C.), castigaba el adulterio con el destierro.[28]​Los dos culpables eran enviados a diferentes islas («dummodo in diversas insulas relegentur»), y se confiscaba parte de sus bienes.[28]​ A los padres se les permitía matar a las hijas y a sus parejas en el adulterio. Los maridos podían matar a las parejas en determinadas circunstancias y estaban obligados a divorciarse de esposas adúlteras.

La Encuesta Global de Sexo de Durex encontró en 2005 que alrededor del mundo el 22% de las personas encuestadas admitió haber tenido relaciones sexuales extramatrimoniales.[29][30]​ Según un estudio realizado en 2015 por Durex y Match.com, Tailandia y Dinamarca fueron los países más adúlteros según el porcentaje de adultos que admitieron haber tenido una aventura extramarital.[31][32]

En los Estados Unidos, Alfred Kinsey descubrió en sus estudios que el 50% de los hombres y el 26% de las mujeres habían tenido relaciones sexuales extramatrimoniales al menos una vez durante su vida.[33]​ Dependiendo de los estudios, se estima que en este país el 22,7% de los hombres y el 11,6% de las mujeres, han tenido relaciones sexuales extramatrimoniales.[34]​ Otros autores afirman que entre el 20% y el 25% de los estadounidenses tuvieron relaciones sexuales con alguien que no era su cónyuge.[35]

Tres estudios realizados en los Estados Unidos en la década de 1990, con muestras representativas a nivel nacional, han descubierto que alrededor del 10-15% de las mujeres y el 20-25% de los hombres admiten haber mantenido relaciones sexuales extramatrimoniales.[34][36][37]

El Standard Cross-Cultural Sample (una muestra de 186 culturas usadas por académicos y académicas que hacen investigación transcultural) describió la ocurrencia de sexo extramarital por género en más de 50 culturas preindustriales. El sexo extramatrimonial por parte de los hombres es descrito como «universal» en 6 culturas, «moderado» en 29 culturas, «ocasional» en 6 culturas y «poco común» en 10 culturas. Las relaciones sexuales extramatrimoniales de parte de mujeres son descritas como «universales» en 6 culturas, «moderadas» en 23 culturas, «ocasionales» en 9 culturas y «poco comunes» en 15 culturas.[38][39]

En Argentina el adulterio estaba penado por el art. 001 del Código Penal, pero fue derogado por ley 24.453 de 1995.

En Brasil el adulterio fue despenalizado en 2005.[40]

En Chile el adulterio actualmente no está penado. En virtud de lo dispuesto por el artículo 34 de la Ley N.º 19.335, publicada el 23 de septiembre de 1994, deroga del Código Penal los artículos 375 a 381 inclusive. Con ello, dejan de estar tipificadas las conductas de adulterio y amancebamiento.

En Colombia el delito de adulterio se eliminó en 1935.

En España, el adulterio fue despenalizado a través de la Ley 22/1978, de 26 de mayo, sobre despenalización del adulterio y del amancebamiento, que entró en vigor el 19 de junio de 1978.[41]

En México el adulterio fue despenalizado en el Código Penal Federal en el año 2011.[42][43]

En Paraguay el adulterio estuvo penado hasta 1990.[44]

En Puerto Rico el adulterio está penado por el artículo 130 del Código Penal de 2004 y es clasificado como delito menos grave (multa o cárcel hasta 90 días). Hay que señalar que nunca se ha llevado un procedimiento criminal por el delito de adulterio. También figura en el Código Civil como una causa de divorcio.

En Venezuela el adulterio estaba penado por los artículos 394 y 395 del Código Penal, pero fueron anulado por orden del TSJ por considerarla discriminatoria a la igualdad de género.

En algunos países para que se configure el delito de adulterio este debe ser cometido en el hogar conyugal o con escándalo, lo que se traduce en una carga que complica más la prueba.

Muchos juristas sostienen que no debería ser considerado como un delito, sino como un incumplimiento del contrato matrimonial, que puede ser motivo de divorcio.

Zina es un término árabe para las relaciones sexuales ilegales, prematrimoniales o extramatrimoniales. Se han atribuido al adulterio varias condiciones y castigos. Según la ley islámica Sharia, el adulterio en general es la relación sexual de una persona (ya sea hombre o mujer) con alguien con quien no está casada. El adulterio es una violación del contrato matrimonial y uno de los principales pecados condenados por Alá en el Corán. En el Islam el adulterio se castiga con lapidación. Es un delito muy grave en los países islámicos.

Los versículos coránicos que prohíben el adulterio incluyen:

Los castigos están reservados a las autoridades legales o Sharia.[47]​ Según "un hadiz" atribuido a Mahoma, una persona soltera que comete adulterio o fornicación es castigada con 100 azotes; una persona casada será lapidada hasta la muerte.[48]​ Una encuesta realizada por el Pew Research Center encontró apoyo mayoritario para la lapidación como castigo por adulterio principalmente en países árabes; en Egipto un 82% de los encuestados está a favor de la lapidación y en Jordania el 70% está a favor, así como en Pakistán (82% a favor), mientras que en Nigeria el 56% está favor (63% de los hombres lo apoya) y en Indonesia (42% a favor, excepto en áreas de mayoría islámica como Aceh).[49]



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Agustín Francisco MITOGO NCOGO ABEME :
Adulterio en la sociedad ecuatoguineana
2023-02-21 02:06:37
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