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Adverbio



Un adverbio es una parte de la oración que complementa a un verbo, un adjetivo, otros adverbios e incluso oraciones. Los adverbios expresan circunstancias, como pueden ser modo, lugar, tiempo, cantidad, afirmación, duda, etc., respondiendo a preguntas como ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿de qué manera?, entre otras. Esta función es llamada función adverbial, y puede ser llevada a cabo por palabras aisladas (adverbios) o por grupos de dos o más palabras (locuciones adverbiales).

Algunas de las palabras consideradas por la gramática tradicional precientífica como adverbios pueden considerarse en categorías independientes. Por ejemplo, los adverbios de ubicación, modo y cantidad parecen formar una clase natural, pero otros adverbios («epistémicos», «adverbios de negación») parecen formar desde el punto de vista sintáctico una clase aparte.

Es un tipo de palabra invariable que actúa como núcleo del sintagma adverbial, complementando a un verbo, un adjetivo u otro adverbio. Las funciones sintácticas del adverbio son, aparte de la de núcleo del sintagma adverbial, las de complemento circunstancial del verbo, la de cuantificador, grado o complemento del adjetivo («muy bueno», «recién hecho») y las de cuantificador de otro adverbio («bastante lejos»). Algunos adverbios pueden funcionar como predicado dirigido hacia un sujeto y junto a una cópula verbal («está divinamente»).

La palabra adverbio viene del latín adverbium, construida con el prefijo ad- («hacia», «junto»), verbum («palabra», «verbo») y el sufijo nominal -ium. El término implica que la función principal de los adverbios es actuar como modificadores o complementos de un verbo o frase verbal. Un adverbio usado de esta manera puede dar información acerca del modo, lugar, tiempo, certeza, u otras circunstancias de la actividad expresada por el verbo o frase verbal. A continuación algunos ejemplos:

Los adverbios también se usan como modificadores de adjetivos, y de otros adverbios, generalmente para indicar grado. Ejemplos:

Los «adverbios» epistémicos parecen tener restricciones diferentes de los adverbios de ubicación, modo y cantidad. De hecho sintácticamente muchos de ellos parecen requerir posiciones sintácticas diferentes de la de un adjunto verbal (como es el caso de los de ubicación, modo y cantidad).

Por ejemplo, el complejo comportamiento sintáctico de las palabras con polaridad negativa no puede explicarse adecuadamente tratándolas simplemente como adverbios. Por esa razón algunos lingüistas han conjeturado que forman una clase especial de epistémicos negativos que ocupan la posición de núcleo sintáctico de un hipotético sintagma de negación.

Algo similar sucede con muchos epistémicos afirmativos (tradicionalmente llamados «adverbios afirmativos») cuya posición sintáctica podría estar situada en alguno de los sintagmas de tipo pragmático que integran la periferia izquierda de la oración o sintagma que formas.

En la morfología española suelen ser invariables en ciertos morfemas. Suele añadir información circunstancial al verbo, y algunos incluso a toda la oración, ya sea de tiempo, de modo, de lugar, de duda, de afirmación o de negación. En esos casos se considera que funciona como modificador a nivel de sintagma verbal («lo hice fácilmente») o nivel causal («sinceramente,...») por lo que algunos adverbios pueden funcionar como marcadores del discurso.

Los adverbios de lugar son palabras que sirven para indicar el sitio donde se encuentra algún ser u objeto. Y estos pueden ser: adelante, atrás, adonde, ahí, aquí, allí, allá, arriba, cerca, delante, detrás, donde, encima, lejos, etc.

El adverbio de modo puede formarse mediante la colocación del sufijo -mente al final de algunos adjetivos. Por ejemplo: rápido (adjetivo) >> rápidamente (adverbio). También pueden formarse compuestos parasintéticos adverbiales agregando el prefijo a- y el sufijo -as: A gatas, a escondidas, a ciegas... Algunos sintagmas preposicionales asimismo han sido lexicalizados como adverbios: a posta > aposta, a penas > apenas, etc.

Ambos, tanto el adverbio como el adjetivo pueden ser precedidos por cuantificadores como:

Tradicionalmente los adverbios se han dividido en las siguientes categorías:

Los adverbios terminados en -mente conservan la tilde si el adjetivo al que procedía lleva tilde.[3]​ Como por ejemplo ágilmente, que lleva tilde porque el adjetivo ágil lo lleva.

Según la Ortografía (2010) de la Real Academia Española, el adverbio solo no debe llevar tilde, ya que es una palabra llana y acaba en vocal;[3]​ no obstante, el Diccionario de la misma institución (publicado en 2014) sigue indicando que «cuando hay riesgo de ambigüedad con el adjetivo solo, puede escribirse sólo».[4]​ El adverbio aún lleva tilde si se emplea como significado de todavía,[3]​ pero no lleva tilde si se emplea como significado de hasta, también o incluso.



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