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Alóadas



En la mitología griega, los Alóadas (Ἀλωάδαι / Alôadai; o Ἀλωεῖδαι / Alôedai) eran dos gemelos llamados Oto[1]​ y Efialtes,[2]​ hijos de Poseidón e Ifimedea, esposa de Aloeo, personaje este último por el que son llamados así. Eran gigantes fuertes y agresivos, que ya medían seis codos y medio de alto a los doce años de edad.

Poseidón sedujo a la mortal Ifimedea mezclándose con el río Enipeo. O bien ella, enamorada de la deidad marina, concibió a esos dos gigantes echándose agua del mar en el regazo.

Los Alóadas quisieron en un momento dado asaltar el monte Olimpo, para lo cual apilaron el monte Osa sobre el Pelión (los cuales miden 1550 y 1650 metros). Como prueba más de su atrevimiento, se cuenta que Efialtes tenía interés amoroso por Hera y Oto por Artemisa.[3]

Lograron secuestrar a Ares y le mantuvieron preso en una vasija de bronce encadenado durante trece meses.[4][5]​ Solo fue liberado cuando Hermes robó la vasija. Después, Artemisa se transformó en cierva y huyó saltando entre ellos. Los Alóadas, que no querían dejarla escapar, arrojaron flechas y así cada uno mató al otro. En otra versión, es Apolo quien envía la cierva.[3][6]

Se decía que los Alóadas sufrían un castigo en los Infiernos: permanecer atados con serpientes a una columna sobre la que había posada una lechuza dándose siempre la espalda.[6]

Algunos consideran a los Alóadas caritativos portadores de la civilización, por fundar ciudades y enseñar cultura a la humanidad. Específicamente, en Naxos y la beocia Ascra, la pareja era muy venerada. Por otra parte, los Alóadas fueron los primeros en sacrificar a las Musas, estableciendo que el monte Helicón sería su lugar sagrado.[7]

Diodoro Sículo, en la Biblioteca histórica, describe un mito local de la isla de Naxos: los tracios secuestraron a las mujeres de Tesalia, incluida la madre de Aloadas, Ifimedea, y se las llevaron a la isla, que entonces se llamaba Estróngile. Oto y Efialtes, a la cabeza de las tropas, navegaron hacia la isla y derrotaron a los tracios que allí se encontraban. Los residentes locales comenzaron a venerarlos como héroes.[8]

Su tumba se mostraba en Antedón.[9]​ Las fuentes antiguas contienen indicios de su veneración en las islas de Naxos, Creta, en Caria .

En la Divina comedia de Dante Alighieri, Efialtes se encuentra entre cuatro gigantes que están en torno a un pozo que separa al octavo y al noveno círculos del infierno.[10]



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