Alfredo Casella cumple los años el 25 de julio.
Alfredo Casella nació el día 25 de julio de 1883.
La edad actual es 141 años. Alfredo Casella cumplió 141 años el 25 de julio de este año.
Alfredo Casella es del signo de Leo.
Alfredo Casella (Turín, 25 de julio de 1883 - Roma, 5 de marzo de 1947) fue un compositor, pianista y director de orquesta italiano.
Alfredo Casella nació en Turín en 1883, en el seno de una familia con gran tradición musical: su abuelo, que fue amigo de Paganini, era primer violonchelo en el Teatro San Carlo de Lisboa y actuaba en ocasiones como solista en la Capilla Real en Turín; su padre, Carlo, y dos de sus tíos, Cesare y Gioacchino, eran destacados chelistas profesionales; su madre, era pianista, y ella fue quien dio a Alfredo sus primeras lecciones. Casella ingresó en 1896, a los trece años, en el Conservatorio de París para estudiar piano con Louis Diémer y composición musical con Gabriel Fauré, en una clase en la que Enesco y Ravel eran sus ayudantes. Durante este período parisino conoció a Claude Debussy, Manuel de Falla e Igor Stravinsky y también estuvo en contacto con Busoni, Mahler, y Richard Strauss. Casella desarrolló en esos años una gran admiración por Debussy, sobre todo después de asistir a una interpretación en 1898 del Prélude à l'après-midi d'un faune. Esta admiración sin embargo, no se trasladó a su propia escritura, que en ese momento perseguía una vena más romántica, cercana a Richard Strauss y Mahler, y que después se acercaría al impresionismo. De esa época son su primera Sinfonía (1905) —una obra con la que Casella también debutó como director de orquesta cuando dirigió el estreno en Montecarlo en 1908— e Italia (1909), una rapsodia para gran orquesta en la que recreó melodías tradicionales sicilianas y napolitanas.
Casella regresó a Italia durante la I Guerra Mundial y comenzó a enseñar piano en la Accademia Nazionale di Santa Cecilia en Roma. Casella era un virtuoso pianista, uno de los más conocidos de su generación, y comenzó a realizar giras de concierto. Sus actuaciones fueron inspiración de alguna de sus obras, como las Nove Pezzi (1914), la Sonatina in tre tempi (1916) y A Notte Alta (1917), todas para piano. (Casella siguió componiendo para el piano durante toda su carrera, siendo la última de sus obras para el instrumento los Seis estudios, Op. 70, de 1942-44). Casella también protagonizó para el sistema «Aeolian Duo-Art» algunas grabaciones en vivo como pianista, cuyos rollos aún sobreviven y pueden ser escuchados.
En 1923, junto con Gabriele D'Annunzio y Gian Francesco Malipiero, fundó una asociación para promover la difusión de la música italiana moderna, la «Corporazione delle Nuove Musiche». Al año siguiente, el 19 de noviembre, Casella tuvo su mayor éxito con el estreno en los Champs-Elysées de París de su ballet La Giara (1924), basado en un argumento de Luigi Pirandello. Le siguieron luego otras obras orquestales, como la Partita (1924-25) y Scarlattiana (1926), ambas para piano y orquesta; el Concerto romano (1926), para órgano, metales, timbal, cuerda y orquesta; el Concierto de violín (1928); el Concierto de violoncelo (1934-35); y la Paganiniana, un divertimento para orquesta (1942).
En 1930, con Arturo Bonucci (violonchelo) y Alberto Poltronieri (violín), formó el «Trío Italiano», con el que actúo con gran éxito por toda Europa y los EE. UU. Para esas giras con el trío escribió algunas obras, como el Concerto triple 1933) y una Sonata a Tre (1938). Entre sus obras de cámara son de destacar dos Sonatas para violoncelo y piano (1906 y 1926) —que aún se tocan con cierta frecuencia—, varias obras para flauta y piano, como la Barcarola e scherzo (1903) y Sicilienne et Burlesque (1914), y la tardía y muy hermosa Sonata para arpa (1943).
Casella escribió muchas poemas, algún libreto para ópera y letras para canciones, como el ciclo para voz y piano L'Adieu à la vie (1915) basado en poemas de Rabindranath Tagore (que en 1913 había recibido el Premio Nobel de literatura).
Casella forma parte de la «generazione dell'ottanta» (generación de los 80), una generación de compositores nacidos alrededor de 1880 —la primera generación post Puccini que, además de Casella, incluye a Alfano, Gian Francesco Malipiero, Pizzetti, y Respighi— que se centraban sobre todo en las obras orquestales e instrumentales, dejando el género operístico en manos de Puccini y sus seguidores, en el que fueron verdaderos especialistas. Los miembros de esta generación se convertirán a la muerte de Puccini en 1924 en las figuras dominantes de la música italiana, y también tendrán su correlato en la literatura y pintura italianas. Casella fue quizás el “más internacional” en cuanto a influencias estilísticas de la generación de los 80, debido en parte a su temprana formación musical en París y al círculo en que vivió y trabajó allí. Casella, que era un apasionado de la pintura, acumuló a lo largo de su vida una importante colección de arte y de escultura.
Alfredo Casella realizó una importante labor como musicólogo y a él se debe la realización de la revisión crítica de numerosas obras para piano, como la edición de las 32 sonatas de Beethoven; del El clave bien temperado y el Concerto Italiano de Bach; de numerosas obras de Chopin y de otros compositores. Muchas de estas ediciones críticas fueron publicadas por «Ricordi» y «dalla Curci» y algunas aún forman parte del material de estudio de la enseñanza pianística en los conservatorios italianos.
A Casella se debe, en gran parte, la resurrección en el siglo XX de las obras de Vivaldi, ya que en 1939 organizó en Siena, en septiembre, la ahora histórica «Semana de Vivaldi», en la que el poeta Ezra Pound también participó. Desde ese momento, las composiciones de Vivaldi han gozado de un éxito casi universal y el advenimiento de las «interpretaciones históricas» lo ha catapultado al estrellato de nuevo. En 1947, Antonio Fanna, un hombre de negocios veneciano, fundó el Istituto Italiano Antonio Vivaldi, con el compositor Gian Francesco Malipiero como su director artístico, con el propósito de promover la música de Vivaldi y realizar nuevas ediciones de sus obras. El trabajo de Casella en favor de los compositores barrocos italianos y su estudio, lo situaron en el centro del renacimiento musical del primer neoclasicismo, e influyo en sus propias composiciones en profundidad.
En 1939 también realizó la edición de un importante manual sobre piano. Casella escribió su propia autobiografía, «I segreti della Giara» (1941), una obra muy útil para profundizar en las relaciones -no siempre fáciles- entre los músicos y los ambientes culturales de principios de siglo.
Una divertida anécdota recordada a menudo a propósito de Alfredo Casella es la siguiente. El compositor, muy querido y admirado por todos, aconstumbraba caminar siempre muy de prisa, con lo mirada hacia abajo, mirando el terreno: un'aria quasi truce. Un día fue abordado por un admirador que resolvió abordarlo abiertamente así: «Perché, Maestro, va sempre così di corsa? Noi, da lei, vogliamo la vita, non la borsa...».
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