Alfredo Enrique Torres Rondón es un obispo católico que ejerce su ministerio como pastor de la Diócesis de San Fernando de Apure, en Venezuela.
Nació en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, el 4 de marzo de 1950, hijo de padres merideños que trabajaban entonces en aquellas tierras, pero quienes al poco tiempo retornaron a su natal Ejido, población del estado Mérida, donde pasó su infancia y parte de su adolescencia. Es el tercero de dieciséis hermanos.
El 25 de julio de 1976 en la Catedral Basílica Menor de la Inmaculada Concepción de Mérida, a sus 26 años de edad, recibió el Orden Sacerdotal por imposición de manos de Monseñor Ángel Pérez Cisneros, entonces Arzobispo Metropolitano de Mérida.
Durante cuarenta años ejerció su sacerdocio al servicio de la Arquidiócesis de Mérida (Venezuela) en la que desarrolló una amplia experiencia ministerial que se vio reflejada en el ejercicio de los siguientes cargos y responsabilidades:
Su amplia experiencia sacerdotal, su acertada conducción del clero y de los fieles, así como sus extraordinarias cualidades gerenciales, allanaron el camino para que el Papa Francisco lo nombrara Obispo Auxiliar de Mérida el 15 de julio de 2013 sucediendo en el cargo a Monseñor Luis Alfonso Márquez Molina, quien por haber cumplido la edad canónica reglamentaria presentó su renuncia. Ese mismo día, en la Eucaristía de clausura del año académico del Seminario San Buenaventura, le fue impuesto el solideo episcopal de manos de Monseñor Baltazar Porras, Arzobispo Metropolitano de Mérida, acompañado del clero, seminaristas y fieles. Con esta nueva investidura, Monseñor Torres pasó a ser el primer obispo venezolano nombrado por el Papa Francisco.
Fue consagrado Obispo la tarde del 13 de septiembre de 2013 en Eucaristía Solemne presidida por Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo quien realizó la imposición de manos, leyó la Plegaria de Ordenación e hizo entrega de las insignias episcopales (libro de los evangelios, anillo, mitra y báculo pastoral), en presencia de las máximas autoridades regionales, locales, universitarias y del pueblo católico que desbordó la Catedral Basílica Metropolitana de Mérida.
Consagrante principal:
Concelebrantes asistentes:
El 15 de julio de 2016, tras haber cumplido la edad canónica reglamentaria su entonces titular Monseñor Víctor Manuel Pérez Rojas, el Papa nombró a Monseñor Torres IV obispo de la Diócesis de San Fernando,
tomando posesión canónica de dicha sede episcopal el sábado 8 de octubre de 2016.Curiosamente, el primer Obispo de San Fernando de Apure fue el merideño Roberto Dávila Uzcátegui, quien siendo párroco de San José Obrero en la ciudad de Mérida, llevó al seminario al joven Alfredo y se ocupó de cultivar su vocación sacerdotal. De allí que, a quien fuera su pupilo, le correspondió desde ese momento llevar las riendas de la misma diócesis llanera.
Por su dignidad de Obispo Diocesano, es miembro actual de la Conferencia Episcopal de Venezuela.
Descripción Heráldica:
El escudo se inscribe dentro de la tradición heráldica hispana, característica de la mayoría de los escudos episcopales venezolanos, ubicándose bajo el Capelo con tres borlas que indican el estado episcopal, en color verde (sinople), propio de los escudos españoles desde el siglo XV. El verde como color litúrgico significa la esperanza, virtud que debe acompañar al pastor para apacentar la grey.
Debajo del capelo se ubican los símbolos episcopales, la Mitra y el Báculo que flanquean la Cruz de Santiago de color rojo (Gules), propia de la ciudad que lleva su nombre: Santiago de los Caballeros de Mérida.
Un único campo conforma el escudo que es atravesado verticalmente por la Cruz del calvario, símbolo del Año de la Fe 2013, año en que fue consagrado el obispo, en gules intensos, enclavada sobre las majestuosas montañas andinas coronadas de nieve. Simboliza la sangre y la fuerza del Espíritu Santo. Es el color de la caridad, virtud que debe acompañar la labor cotidiana del obispo.
La presencia mariana aparece en el escudo, en el fondo que circunda la cruz y la montaña en campo de azul (azur en heráldica). En ella se funden la devoción a la madre de Dios bajo la advocación del Carmen que ha acompañado la vida del obispo: su niñez y adolescencia en la parroquia Montalbán y en la comunidad de Pozo Hondo en Ejido, región merideña donde predomina el cultivo de la caña de azúcar, sobre la que cuelga el Escapulario del Carmen y la década que fungió como párroco de Nuestra Señora del Carmen en Santa Cruz de Mora, capital del municipio Antonio Pinto Salinas, un importante centro urbano dentro del Valle del Mocotíes en el estado Mérida de Venezuela, comunidad eclesial que conserva vivo el recuerdo de su acción pastoral. El azur de las cumbres que se acercan al cielo, recuerda la trascendencia de lo religioso, evocando la plenitud de la vida hacia la que ascendemos en espera de la resurrección.
En el campo superior izquierdo, un sol radiante en color amarillo (oro), evoca la tierra donde nació, Maracaibo, a orillas del Lago. Dentro de este Sol se inscribe el anagrama de la Eucaristía JHS, un monograma del nombre de Jesucristo, es decir, un cristograma que representa la centralidad de Jesucristo en la vida del creyente.
Lema: “Hombre de Dios solidario con su Pueblo”
Cierra el escudo la banda en color dorado con la inscripción "Hombre de Dios solidario con su pueblo", tomada del documento N° 9 del Concilio Plenario de Venezuela, titulado "Obispos, presbíteros y diáconos al servicio de una Iglesia-Comunión", que en su númeral 21 expresa: "Las comunidades cristianas desean que el obispo sea un hombre de Dios, solidario con su pueblo, consciente de su misión de pastor, de santificar, enseñar y servir".
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