Altafulla es un municipio y localidad española de la provincia de Tarragona, en Cataluña. Enclavado en la vertiente suroriental de una montaña de 52 metros de altitud, junto a la costa del Mediterráneo, pertenece a la comarca del Tarragonés y se encuentra encuadrado en la comarca natural e histórica del Campo de Tarragona. Su término municipal limita al norte con la La Nou de Gaya y el de la Puebla de Montornés, al este con el de Torredembarra y al oeste con el de la La Riera y Tarragona. Al sur tiene una playa que se extiende desde el Cap Gros hasta cerca de la Roca del Gaià y un puerto deportivo.
Su origen es medieval y se fundó como consecuencia de las campañas llevadas a cabo por Ramón Berenguer I en la Cataluña Nueva. Se desconoce la fecha exacta de la fundación, aunque en 1059 el castillo de Altafulla aparece ya mencionado en documentos.
Fue feudo de condes hasta el siglo XIV, cuando pasó a manos de la familia Requesens. Estuvo en posesión de esta familia hasta 1472, cuando fue vendida a Pere de Castellet. Entre 1669 y 1673 Francesc de Montserrat i Vives, primer marqués de Tamarit, adquirió los derechos de la población. La familia Montserrat y sus herederos, los Suelves, tuvieron la jurisdicción del municipio hasta el fin de las señorías.
Vivió un periodo de esplendor económico durante el siglo XVIII gracias a la comercialización de los productos agrícolas mediante el transporte marítimo. Los conflictos entre España y Gran Bretaña supusieron un problema para su economía, ya que comportaban un bloqueo de las rutas comerciales.
Durante la Guerra de Independencia la ciudad fue saqueada en diversas ocasiones. En las afueras de la villa se libró la batalla de Altafulla en la que se enfrentaron las tropas del general Maurice Mathieu con las del barón de Eroles. Durante la Primera Guerra Carlista la población se declaró contraria a las ideas del carlismo. Su economía se vio afectada por el conflicto y no consiguió recuperarse hasta que a mediados del siglo XIX la plaga de filoxera, que afectó a los viñedos franceses, provocó un aumento de precio en los productos vinícolas.
Altafulla tiene tres núcleos de población: Altafulla Centro (donde residen la mayoría de habitantes), Altafulla Playa o "baixamar" como se dice en el pueblo (donde residen la mayoría de turistas) y Brisas de mar, núcleo que se halla al norte de la población, por la carretera de Torredembarra a La Riera de Gaiá. Hoy día la nacional 340 ha sido desplazada hacia el norte por una variante, por lo que la avenida marqués de Tamarit ha pasado a ser tan solo una calle y no carretera nacional.
La principal actividad económica de la población es el turismo. Cuenta con diversas plazas hoteleras y de camping, así como con numerosas urbanizaciones (Brisas del Mar, Els Munts...). La agricultura está prácticamente desaparecida.
La iglesia parroquial está dedicada a San Martín. Se construyó entre 1701 y 1705 en estilo neoclásico. Tiene planta de cruz latina y consta de tres naves con crucero. En la fachada se encuentra una imagen de san Martín de Tours. Cuenta con un campanario inacabado de planta cuadrada. Aunque sufrió graves desperfectos durante la Guerra Civil conserva todavía un retablo barroco de 1745.
El castillo de Montserrat se encuentra en muy buen estado de conservación ya que fue reconstruido a partir de unos planos del siglo XV. Es un edificio en forma de polígono irregular con aspecto de fortaleza gracias a las troneras y a las garitas que lo rodean. Aunque el interior se ha modificado en diversas ocasiones, aún conserva un patio original y una galería renacentista.
En las afueras de la población se encuentra la ermita de Sant Antoni, Se construyó en 1717 gracias a las donaciones que realizó un pescador del pueblo. Como no se disponía de suficientes fondos para completar la obra, los pescadores de la villa se comprometieron a donar la séptima parte de sus capturas hasta que la ermita no estuviera terminada.
En la zona conocida como Els Munts se encuentran los restos de una villa romana. Las excavaciones de la zona se iniciaron en 1967 y se han encontrado numerosas piezas que se conservan en el Museo Arqueológico de Tarragona. Entre las piezas rescatadas se encuentran dos capiteles del siglo IV y algunas estatuas de mármol.
Altafulla celebra su fiesta mayor en el mes de noviembre, coincidiendo con la festividad de Sant Martí. Es tradicional como en toda Cataluña la celebración con castellers, correfocs y diablos.
Otra fiesta que se ha ido haciendo cada año que pasa más popular es la Feria de Artesanía que se celebra el tercer fin de semana en agosto y dura cuatro días. En esta feria, además de artesanía, se pueden encontrar puestos de alimentación tradicional y actividades para los niños.
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