Anaco es una ciudad venezolana, capital del municipio de Anaco en el estado Anzoátegui, Venezuela. Está localizada a 220 m de altitud, en una mesa que se extiende por los Llanos altos orientales. Constituye un punto nodal de la carretera que la une con la capital del estado Anzoategui Barcelona, con El Tigre y Ciudad Bolívar y las de Maturín y Aragua de Barcelona. Se ha beneficiado desde 1942 por la explotación petrolera, a la que apoya con su industria de suministros diversos, servicios y comercio. Es centro de distribución de petróleo y gas natural, siendo cabecera de la Nueva Red Nacional de Gas. En su zona de influencia son importantes las actividades agropecuarias de maíz, sorgo y ganadería bovina. En su lugar de asiento surgieron las misiones de Santa Bárbara (1734) y Santa Ana de Anaco (1735), que conformaron ulteriormente esta ciudad. Población (1990), 61.386 habitantes.
Para el año 2015 cuenta con una población de 150.704 habitantes, logrando así colocarse como la cuarta ciudad con más habitantes del estado Anzoátegui.
El nacimiento de Anaco se produjo de una serie de acontecimientos ocurridos durante un tiempo no mesurable que terminó con la consolidación de un caserío que evolucionó en el tiempo y las circunstancias hasta formarse la actual ciudad de Anaco. La fundación de Anaco data aproximadamente desde el año 1940, pero en la realidad, cuando tomó cuerpo de pueblo fue en el año 1948, fecha en que las compañías petroleras se establecieron definitivamente en esta región, en el comienzo el pueblo estaba constituido por ranchos de construcción de tablas y techos de zinc, hasta transformarlo en un importante caserío en 1945. En 1965 Anaco es elevado a ser distrito de la ciudad.
Según anacoweb.net, muchos han sido los orígenes que se le han dado al nombre de Anaco. De todos, no descartamos ninguno ya que lo más probable es que la pronunciación de los mismos haya determinado tal designación.
Así, hemos llegado a la conclusión de que la palabra Anaco, guarda estrecha relación con el guayuco que usaban los indios varones, al cual llamaban Emapú, Eyemapú o Anaco; al contrario del guayuco de las indias que era denominado simplemente guayuco.
Igualmente, por sus creencias religiosas, los indígenas le daban un poder misterioso al Piache o brujo de la aldea a quien relacionaban con el maligno, y también llamaban por el nombre de Anaco.
Por otra parte, como adoradores de los fenómenos de la naturaleza ellos tenían una particular reverencia por los poderes del rayo, Amoco, al cual le rendían una reverencia idolatría.
Como resultado de las investigaciones realizadas conocimos que existió para la época un cacique muy famoso, quien tenía un hijo predilecto al cual bautizó con el nombre de Anaco y era muy querido entre la comunidad.
Por su parte, el doctor Pérez Guevara, asienta en su libro sobre la Fundación del Pueblo de San José de Anaco, lo siguiente:
«Parcelas es herencia del léxico que nos trajeron los españoles y obedece a la razón económica que venía en los galeones de los encomenderos para cultivar “parcelas”, es decir porciones pequeñas de tierras útiles para explotación en los dominios de la corona. Anaco, es el traspaso a nuestras generaciones del nombre que daban los Cumanagotos sometidos en servidumbre a los árboles de que se servían para dar sombra a las plantaciones de cacao.»
De acuerdo a lo expuesto, podemos constatar, los orígenes indígenas del término Anaco, el cual estuvo muy ligado a la vida cotidiana de nuestros primeros pobladores. Por eso conociendo el grado de fidelidad que tenían aquellos hombres para con lo propio de su raza, lo más natural es, que en señal de identidad, hubieran designado su asentamiento en este territorio en el nombre de Anaco.
Anaco tiene una superficie total de 727,65km², de los cuales 3.977,18hab pertenecen al área urbana y 68.807,82 pertenecen al área rural.
La principal industria de Anaco es la explotación del gas y por consiguiente es la ciudad más productora de este hidrocarburo a nivel nacional, conocida como el corazón gasístico de Venezuela y uno de los más importantes del hemisferio. La principal empresa que explota dicho hidrocarburo es Petróleos de Venezuela.
La Ciudad de Anaco es la Capital del Municipio Anaco y está ubicada en la región de los Llanos Orientales parte céntrica del Estado Anzoátegui, su ubicación es excelente, ya que se encuentra enclavada en la vía de acceso entre la región Nororiental y las demás regiones del País Esta ubicación geográfica le permite tener una gran accesibilidad hacia los Puertos de Guanta y Puerto La Cruz, así como hacia Guayana y las regiones del Centro del País.
La zona de Anaco y sus alrededores presenta un clima tropical semiárido e isotermo de sabana.
Los ríos y quebradas que surten los alrededores de la ciudad vierten sus aguas en la Cuenca hidrográfica del Caribe; son el Güario, situado al Sur y el Anaco situado al Norte; sus caudales son de escasa importancia y de carácter intermitente. La dirección de drenaje es de Este a Oeste y las Aguas desembocan en el Río Aragua tributario del Güere por cuyo cause caen el Unare, el cual finalmente desemboca en el Mar Caribe.
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Universidades Privadas
Institutos Privados de Educación Superior
Entre los venezolanos, los margariteños han sido, los que más influencia regionalista han inyectado en Anaco; tanto en sus costumbres como en su alimentación y religión. Desde siempre se han preocupado por conservar sus propias costumbres, siendo la única colonia venezolana que ha preservado su cultura nativa, divulgándola y promocionándola a través de su casa Nueva Esparta. De igual manera se le da amplitud a la música llanera, teniendo en el Ateneo de Anaco ubicado en la Avenida Mérida el empuje donde se dictan clases de guitarra, cuatro, violín contrabajo entre otros instrumentos; paralelamente existe una orquesta sinfónica juvenil, la Banda Municipal de Anaco y diversas agrupaciones que forman parte en la actualidad de la diversidad cultural del municipio Anaco.
Anaco desde el punto de vista eclesiástico dependió de la Diócesis de Guayana hasta el Papado de su santidad Pío XII, cuando se crea la Diócesis de Barcelona el 7 de junio de 1954. En sus primeros años lo oficios religiosos eran atendidos por los sacerdotes de Cantaura quienes practicaban una rutinaria visita Dominical a este caserío para oficiar una misa en la escuela Socony Nº 1. A partir de 1953 dos templos se encargan de satisfacer el fervor religioso de Anaco, uno católico que fue construido en honor a la virgen del valle por el margariteño Cristino Rosas recogiendo pequeñas contribuciones entre los habitantes de este pueblo, y el otro protestante a cargo de una secta anglicana.De igual manera han predominado la religión evangélica, gnóstica entre otros.
El predominante en el municipio Anaco es igual al resto de los municipios del estado Anzoátegui así como todos los estados nororientales del país como son: Nueva Esparta, Sucre y Monagas.
En Anaco no existen fiestas patronales propias del pueblo y debido a la gran colonia margariteña aquí residenciada, la celebración del día de la virgen del valle, adquiere gran solemnidad. Desde 1953 gracias a una promesa hecha por Diego Ramón Arteaga a la virgen de hacerle decir una misa cantada, y de organizar una procesión con su imagen cada año en su día. Para cumplir su promesa Diego Ramón Arteaga, hizo construir por el carpintero Felipe González, la replica de un barco, compró una imagen de la virgen del valle y una pequeña planta eléctrica, todo esto montado sobre una plataforma rodante. Es costumbre – quizás la única que existe en Anaco ver en estas ocasiones a la virgen recorrer las calles de la población, montada sobre su barca iluminada y con don Diego encabezando la sentida manifestación religiosa.
Dentro de la gastronomía de Anaco al igual que el resto del estado, contiene sus bases en la comida criolla oriental, además de comidas adoptadas de otras culturas extranjeras por ejemplo de la norteamericana las tortas de almendras y el pavo relleno de Navidad, de los Españoles, Italianos y Portugueses hemos adoptado el consumo masivo de legumbres y hortalizas, y de los Árabes el tarkari, el cual se hizo plato típico en Anaco.
(se realizaron elecciones generales adelantadas en el 2000 debido a la aprobación de la Constitución de 1999)
(se postergan 1 año las elecciones municipales pautadas para finales del 2012)
Período 2013 - 2017
(Analdo Bermúdez Herretes),1955, Músico, Actor, deportista y dirigente cultural, Venezolano, nacido en Campo Norte, Soconny Mobil Oil Company, conservador de la naturaleza, creador del fotosigma impresing. Entrepreneur and defender of justice and super enemy of lies. "Anyone can lie by these means, I have done it as proof of the curious".
El 26 de julio de 1953, Fidel Castro Ruz, lanzó su primer ataque contra el cuartel Moncada en Santiago de Cuba, por lo que sus fuerzas fueron designadas con el nombre del Movimiento 26 de Julio. El ataque fue repelido y Castro hecho prisionero; amnistiado, se fue al exilio y regreso con una expedición que desembarco en la provincia de Oriente, en diciembre de 1955. Desde la Sierra Maestra reanudó la oposición armada. A fines de 1958 el movimiento adquirió grandes proporciones y después de la toma de Santa Clara en 1958 y su avance sobre la Habana, se derrumbó el gobierno de Fulgencio Batista, quien huyó al extranjero el 1 de enero de 1959.
Después de consolidado el poder, en la Cuba de Fidel Castro se celebra la fecha 26 de julio, como fiesta patria. Por supuesto que sus cofrades Venezolanos, agrupados en las FALN (Fuerza Armadas de Liberación Nacional), también celebraban como propia, la fecha de ataque al cuartel Moncada, el 26 de Julio, cada año, cometiendo algún acto “heroico”, como ese de volar unas tuberías de gas y petróleo en los suburbios de Anaco, que causó la muerte de una persona y heridas y quemaduras graves a otras treinta y dos.
No fue, pues, coincidencia, la voladura del oleoducto y el gaseoducto el 26 de Julio; hecho que ocasionó la muerte a Simón Orence y quemaduras graves a otras persona que junto e él, acudieron a sofocar el incendio producido en una línea de petróleo de 8”, por el estallido de una bomba que hizo explosión a las 11:30 p.m. de ese 26 de julio de 1965; lo hacían sin los equipos, ni el entrenamiento que se requieren para atender este tipo de Emergencia. Los subversivos Venezolanos “celebraban” a su manera el duodécimo aniversario de la revolución Cubana. Corrían los años sesenta. El gobierno democrático presidido por el Dr. Raúl Leoni, era constantemente acosado por la guerrilla armada y estimulada por el gobierno comunista de Cuba. Asaltos a entidades bancarias, atentados personales, asesinatos de policías, emboscadas a patrullas del ejército, cobro de “coimas” a ganaderos, tomas armadas de pequeños poblados, voladuras de oleoductos, eran prácticas cotidianas mediante las cuales la guerrilla buscaba desestabilizar el gobierno. Aquí, en Oriente los guerrilleros hacían sentir su presencia mediante la acción repetida, una y otra vez, de explosionar los oleoductos y gaseoductos que corrían paralelos a todo lo largo de la vieja carretera que conduce a Puerto La Cruz. Buscaban con ello advertir al país de su presencia activa y militante en la región Estos actos vandálicos, para que tuviesen efectos espectaculares, los ejecutaban, preferentemente por las noches; con ello buscaban llamar la atención con fines propagandísticos; más que causar grandes daños, perseguían movilizar los equipos y las brigadas de bomberos voluntarios de las empresas, entrenadas para atender ese tipo de emergencias; la reparación de los daños causados a las tuberías y el control de los derrames de petróleo. A los irregulares les interesaba toda esa parafernalia que se formaba alrededor del incendio provocado: Carros de Bomberos y soldadura, camiones cisternas succionado el crudo derramado, las luces de las balizas preparando, vallas de contención, hombres controlando el tráfico, bomberos en plena acción; y gente, mucha gente, que traficaba por esas vía, pasmadas ante el dantesco espectáculo de un chorro de combustible que fluía a alta presión, tronante y encendido, que se ofrecía a su vista, y que más tarde narrarían con sus propios añadidos imaginativos en otros lugares del país, expandiendo así la noticia. Ese era su propósito, lo conseguían. Los guerrilleros, en este tipo de acción, no corrían ningún riesgo, ya que las voladuras las provocaban con explosivos plásticos controlados por mecanismos de tiempo, colocados debajo de las tuberías en lugares estratégicos que sirvieran a sus propósitos. No había, nada de heroico en este tipo de acción guerrillera.
En el caso que nos ocupa el de Anaco, la voladura de la tubería dentro del perímetro de la población y no en descampado, como ocurría generalmente, nos demuestra, sin lugar a dudas que en esta oportunidad la intención de los guerrilleros iba más allá de simplemente llamar la atención su intención, esta vez, era otra. La forma como se perpetuó el atentado, evidencia que hubo una meticulosa planificación para que las explosiones, esta vez, causaran daños a personas y propiedades. Se trataba de un verdadero acto terrorista. La sincronización del tiempo entre una y otra explosión, con una hora de diferencia, tenía el propósito evidente de producir un desastre entre las personas que acudirían a sofocar el incendio y reparar los daños causados por el explosivo; y otras muchas que, imprudentemente, se acercarían atraídas por el morbo de curiosidad. En efecto, la explosión de la primera bomba que se produjo a las 11:30 de la noche reventó un oleoducto de 8” causando un incendio en el petróleo que comenzó a fluir. Los bomberos municipales, sin entrenamiento para combatir este tipo de fuego, ayudados por voluntarios, trataban infructuosamente de sofocar la candela. Advertía la Compañía Socony sobre el atentado, esta ordena al Sr. SIMÓN ORENCE, supervisor de oleoductos, que se personara en el sitio para evaluar la situación, mientras enviaba los equipos y los bomberos para controlar el siniestro. Entre tanto, continuaba llegando gente; entre ellas el señor. Alipio Hernández, Comandante de la Policía Municipal, acompañado de varios agentes; incorporándose todos ellos en el intento de sofocar el incendio. Una hora más tarde, a las 12:30 de la madrugada, se produjo una nueva explosión en una línea de gas de alta presión que corría paralela a la primera, y a escasos metros del lugar donde se supondría la presencia de personas tratando de sofocar el incendio, de reparar los daños causados por la primera explosión y de controlar el derrame de petróleo. Se trataba de una acción criminal fríamente calculada para producir una tragedia que pudo cobrar muchas vidas. Quien o quienes planificaron el acto terrorista estaban conscientes de que el gas comprimido a 2500 libras de presión, actuaría como un gigantesco soplete que abrasaría todo cuanto se encontrara por delante, aun a una distancia considerable, Con esto contaban para lograr sus aviesos propósitos. Pero el atentado estaba planificado para causar daños más graves todavía. En el lugar de los acontecimientos fueron desactivados otros explosivos estratégicamente colocados en otras tuberías que cruzaban por el lugar, sobre un terreno muy accidentado, al final de la calle que se conocía, por esta razón, como “calle de los tubos” hoy convertida en prolongación de la Portuguesa. Esa segunda explosión fue la que realmente causó quemaduras entre los presentes, siendo los más afectados el trabajador de la compañía, Simón Orence, y el Comandante de la Policía Municipal, Alipio Hernández. Ambos fueron trasladados de urgencia al Hospital de la Socony, donde el primero, después de una larga y penosa agonía, murió cinco días después, el 31 de julio de 1965. Alipio logro salvarse después de un largo período de penosa recuperación. Otras 31 personas con diversos grados de quemaduras fueron trasladadas a otros centros hospitalarios de la región, regresando a sus hogares en la medida en que iban recuperándose. Hoy en día, el lugar donde ocurrió la tragedia se ubica en el sitio exacto donde arranca la actual calle Orinoco, del barrio El Chaparral. Simón Orence, la víctima fatal del trágico atentado, era oriundo de Caicara de Maturín Estado Monagas; llegando a Anaco en 1956, año en que ingreso a trabajar en la Socony Vacuum Oíl Company, donde se desempeñaba como supervisor de oleoductos para el momento de la tragedia que le costo la vida, cuando apenas contaba 34 años de edad. De las investigaciones practicadas en torno al atentado perpetrado, el único detenido como presunto enlace con la guerrilla, fue Pedro Félix Maneiro, fugitivo de la cárcel de “ La Pica”, Estado Monagas; a quien se sindicaba como el elemento que se ocupaba de distribuir entre los guerrilleros que operaban en la zona, explosivos, armas y materiales subversivos; utilizado para ello un carroza fúnebre para encubrir sus actividades.
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