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Anticlinal



Un anticlinal es un pliegue de la corteza terrestre que presenta los estratos más antiguos en su núcleo.[1][2]​ Se forman por los efectos tectónicos de la dinámica terrestre.

Se denomina «antiforma» o «pliegue antiforme» al pliegue convexo (forma de ∩ o ∧); normalmente se usa en lugar del término anticlinal cuando no se sabe el orden cronológico de la sucesión sedimentaria. Asimismo, se denomina «falso anticlinal» o «sinclinal antiforme» cuando un sinclinal (pliegue con los estratos más recientes en el núcleo) ha sido invertido por la tectónica, mostrando entonces la concavidad hacia arriba (antiforma).[1][2]

Se denomina «anticlinorio» a la estructura antiformal regional compuesta por una sucesión de anticlinales y sinclinales más pequeños.[2]

De la preposición griega anti > enfrente, opuesto y del verbo klino> inclinar, desplazarse hacia abajo; es decir, inclinación divergente, porque los flancos se inclinan, buzan, en direcciones opuestas. Pliegue que tiene en el núcleo los materiales más antiguos.

El anticlinal es una deformación en pliegue formado en rocas dispuestas en estratos que resulta de esfuerzos tectónicos de tipo diverso. En general, un pliegue anticlinal puede producirse por presiones tangenciales, por deslizamiento o corrimiento, por intrusión o eyección de materiales desde áreas más profundas, o por deformaciones verticales del sustrato. Salvo en estos dos últimos casos, el pliegue representa una reducción del área ocupada inicialmente por los estratos y suele requerir la existencia de un material plástico en la base de los estratos plegados. En el caso de las deformaciones verticales del sustrato a causa de movimiento de bloques, los esfuerzos en la cobertura son distensivos. Igualmente son distensivos en los pliegues formados por intrusión o eyección de materiales plásticos más profundos, los cuales acaban constituyendo el núcleo del pliegue.

Un anticlinal se compone, en una sección transversal, de flancos y charnela. Los flancos están compuestos por los estratos que buzan en sentidos opuestos. Cuando el pliegue está formado por estratos de diferente competencia y plasticidad los flancos pueden presentar discordancias en el buzamiento por variaciones de la potencia de los estratos más plásticos que, presionados en los sinclinales y en las partes donde hay mayor compresìón, tienden a acumularse hacia las zonas del flanco, donde la presión es menor.

La charnela es el lugar donde se produce la curvatura del pliegue o, si se quiere, el lugar donde los flancos se encuentran. La charnela sufre tensiones distensivas como consecuencia de la curvatura, de manera que tiende a abrirse con fallas normales. Por esta causa la charnela es el punto más débil del pliegue, el lugar por donde, la erosión ataca el anticlinal que puede llegar a abrirse antes de concluir los esfuerzos tectónicos que lo configuran originando un relieve inverso, que nace ya invertido. Cuando el pliegue abriga un material plástico no estratificado de gran potencia, la charnela no se percibe en esa capa, se habla entonces de núcleo del pliegue.

El plano axial divide el pliegue longitudinalmente en dos mitades cortando la charnela por la clave. El plano axial, define el eje del pliegue, de manera que su encuentro con el plano horizontal tangente a la clave de la charnela representa el nivel de eje que habitualmente no se corresponde con el de culminación del pliegue. La línea que une los puntos más altos del pliegue se denomina línea de crestas . El nivel de eje o de culminación puede variar a lo largo del pliegue. Se habla entonces de elevación o descenso del nivel de eje. Cuando el descenso es corto y se encaja entre dos elevaciones se habla de ensilladura porque su perfil recuerda el de una silla de montar. En los extremos del pliegue el buzamiento de los estratos se dispone en forma de semicírculo, a modo de un cuarto de naranja, es la terminación o cierre periclinal (del griego peri> alrededor).

Un anticlinal puede originar otro pliegue que nace de uno de sus flancos, se produce entonces una digitación. El radio del pliegue, su anchura, y también su longitud y altura son variables, así podemos encontrar desde repliegues cuya anchura apenas supera algunas decímetros y su altura algún centímetro (micropliegues), hasta pliegues de varias decenas de km de anchura y centenares de metros de altura teórica de la deformación. Igualmente podemos encontrar pliegues de algunos decímetros de longitud y pliegues de varias decenas de km.

El radio de curvatura del anticlinal puede conservarse de modo que el pliegue conserva siempre la misma forma, se dice entonces que el pliegue es similar, aunque este tipo de pliegues es más teórico que real cuando se tienen en cuenta todas las dimensiones del anticlinal. Cuando los estratos del pliegue mantienen su potencia independientemente de su posición hablamos de pliegues isopacos, cuando no la conservan se habla de pliegues anisopacos, que es el caso más usual por las razones que más arriba se han comentado. Cuando no es posible diferenciar los estratos se habla de antiforma. Cuando una estructura dominantemente positiva tiene grandes dimensiones y acusados repliegues hablamos de un anticlinorio. Conviene no confundir estos términos con el anticlinal propiamente dicho.

Dependiendo de los materiales de los estratos plegados y del tipo de tectónica a que responden, los pliegues anticlinales pueden presentar diferentes configuraciones, aunque conviene precisar que un mismo pliegue puede cambiar de configuración longitudinalmente, pero también en profundidad, de modo que en los estratos inferiores y más antiguos la charnela presenta una disposición diferente de la que corresponde a los estratos superiores o más modernos.

Según su disposición transversal, los anticlinales pueden ser:

Tanto estos tipos como los que pueden describirse basándose en la forma longitudinal sólo son observables localmente y más en una consideración teórica que real, porque un pliegue cambia varias veces de forma a lo largo de su eje y en profundidad.

La estructura es una abstracción para describir el armazón que configura el pliegue, pero raramente un anticlinal se ajusta por completo a la descripción teórica de la estructura, conservando todos sus estratos y sin alteraciones significativas en ellos. Solamente en el caso excepcionales como sucede con los pliegues que fueron fosilizados recién formados y están siendo exhumados ahora por la erosión, podemos encontrar esta situación, entonces decimos que es un pliegue original. Pero lo normal es encontrar anticlinales afectados por procesos erosivos que han perdido parte de sus materiales e incluso han podido ser abiertos, desventrados, para ofrecer una imagen inversa de la disposición estructural.

Por eso, cuando los pliegues están conformes con la estructura y presentan con pocos retoques la disposición que la estructura asigna al relieve, suele hablarse de ellos como originales. Cuando los retoques son mayores, pero siguen manteniendo los rasgos que la estructura proporciona al relieve, algunos autores hablan de casi-original o, en términos latino penioriginal. Cuando un pliegue anticlinal ha perdido sus estratos superiores pero los existentes en niveles inferiores expresan la geometría y la forma topográfica original, el anticlinal es conforme con la estructura, decimos entonces que es un anticlinal derivado. Cuando el anticlinal ha sido desmantelado, sus estratos no dibujan la charnela que ha desaparecido y la forma topográfica no responde a la estructura, el anticlinal es no conforme y presenta un relieve invertido. No obstante en todos estos casos la estructura anticlinal determina la forma del relieve por eso se habla de relieve estructural. Las formas de relieve que puede presentar la estructura anticlinal son:



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