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Aristóteles Onassis



Aristóteles Sócrates Onassis (Αριστοτέλης Σωκράτης Ωνάσης) (Esmirna, 20 de enero de 1906-Neuilly-sur-Seine, 15 de marzo de 1975) fue el magnate griego más famoso de la industria naviera del siglo XX y el hombre más rico del mundo en su época, tanto así, que se decía que «de vender todos sus activos, Wall Street temblaría».[cita requerida]

Nació en la ciudad de Esmirna, en la actual Turquía, donde su familia disponía de una vida bastante cómoda económicamente hablando, pero tras la guerra greco-turca, los Onassis, al ser de procedencia griega, fueron parte del intercambio de poblaciones entre Turquía y Grecia.

Ya en Grecia, el padre de Aristóteles, Sócrates Onassis trató de recuperar[cita requerida] la fortuna familiar, con el comercio, algo en lo que tuvo cierto éxito. Por su cuenta, Aristóteles viajó hacia Argentina, donde con su innata capacidad para la persuasión y el uso de información, consiguió mover los contactos necesarios para alcanzar gran éxito en el negocio del tabaco, tras lo cual buscó introducirse en el mundo del transporte marítimo, lo cual hizo mediante dos movimientos, una fuerte serie de inversiones y un muy conveniente matrimonio con la hija y heredera de una de las familias más importantes en el negocio, Athina Mary Livanos.

Una vez que su flota de barcos estuvo consolidada, Onassis diversificó y adquirió la poderosa aerolínea insignia de Grecia, Olympic Airlines. Invirtió fuertemente en bienes raíces, siendo su principal foco en este ámbito su magnífica sede en Nueva York, la Olympic Tower, y por otro lado, su magnífica asociación con el príncipe Rainiero III de Mónaco le permitió literalmente, poseer más de la mitad del principado, a través de propiedades, inversiones y acciones. Para entonces, Onassis, se había convertido en el hombre más rico del planeta y en el magnate naviero más poderoso de la industria.

En paralelo a su exitosa vida profesional y empresarial, estaba su tormentosa vida privada, casándose dos veces, la primera con Athina Mary Livanos, quien le dio dos hijos (Alexander y Christina Onassis), y la segunda con la ex primera dama de Estados Unidos, Jacqueline Kennedy, además de involucrarse en otros romances de alto perfil, tal como su relación con María Callas. No obstante, y a pesar de todo su éxito, el final de su vida se vio sumido por la tragedia. Su hijo heredero falleció con tan sólo veintitrés años de edad, su hija constantemente lo desafiaba y poco le faltó para perder su fortuna e imperio, debido a una alianza que decidieron pactar sus competidores, lo que logró rehuir gracias a la nacionalización del canal de Suez por parte del gobierno de Nasser en Egipto.

Falleció poco tiempo después, a causa del deterioro físico causado por su constante hábito de fumar habanos, lo cual le condujo a una neumonía, y por el desgaste que le implicó el estrés de sus últimos días.

Fue el segundo hijo de Sócrates Onassis y Penélope Dologlou. Nació en Esmirna el 15 de enero de 1906. Su padre, un hombre enérgico y de carácter autoritario, fue un próspero banquero, gracias en muy buena parte al comercio de productos manufacturados que existía entre la Anatolia turca y los países occidentales. En el Imperio otomano, en una familia griega dedicada al comercio del tabaco. En el momento de su nacimiento, Esmirna tenía una importante proporción de griegos entre sus habitantes.

Tras ser ocupada brevemente por Grecia entre 1919 y 1922, después de la victoria aliada en la Primera Guerra Mundial, la ciudad fue recuperada por Turquía y las propiedades de la familia Onassis se perdieron, forzándola a regresar a Grecia como refugiados.[1][2]

En 1923, Aristóteles Onassis abandonó su país por causa de los conflictos turcos, lo que fuerza a su familia a dejar su ciudad de origen viajando en dirección a Sudamérica con un pasaporte Nansen. Desembarcaron en Uruguay previo a su destino final en Buenos Aires, Argentina. La emigración de la familia trae sus difíciles comienzos, por lo cual llegó a trabajar como limpiador de vidrios en la sastrería Marchetti, localizada en el barrio porteño de Parque Patricios. Eventualmente, comienza su labor como operador telefónico. Se hizo telefonista-multilingüe, lo que le permitió a través de escuchas telefónicas enterarse de los vaivenes de la bolsa de comercio, usarlos a su favor y obtener ganancias sin mucho esfuerzo, mientras seguía estudios nocturnos en administración aduanera en la Sociedad de Aduanas Portuarias Argentinas; en las horas libres estudiaba por cuenta propia el mercado financiero. Con los pocos ingresos obtenidos por especulación, pudo comprar ropas sofisticadas, y pasó a frecuentar la alta sociedad de Buenos Aires. En 1925 recibió la doble nacionalidad, griega y argentina, lo cual le avala para comenzar en 1927 con apenas 250 dólares la creación de su primera empresa residiendo en Argentina. De ese modo intentaría una nueva vida. Siguiendo el impulso familiar, se convierte en entrepreneur. Con el emprendimiento de su empresa importadora-exportadora relanzó el negocio familiar del tabaco.

En Buenos Aires, aparentemente falsificó su edad en su documento de identidad para «envejecer» seis años y estar en condiciones legales de trabajar como empresario. Dos familias de Buenos Aires fueron su relación más cercana: la familia Gaona y la familia Dodero, a los cuales en diferentes instancias de su vida estuvo muy ligado. Con quien estrechó grandes lazos, que estaba ligado al negocio del tabaco, por su propia familia Gaona fue Enrique Gaona, así como también su esposa Teresita Gondra del Campo de Gaona. Ambos supieron brindar la contención y el espacio para que Aris, como ellos afectuosamente lo llamaban, pudiera abrirse espacio en la sociedad de Buenos Aires y las oportunidades que eso representaba para Onassis.

Al poco tiempo, las ganancias de Onassis se tornaron más significativas y, con la ayuda de su padre, que permanecía en Grecia, se aventuró en la importación de tabaco turco, cuyo consumo entre las mujeres se puso de moda en los años 20, por mediación de una actriz de cine y modelo italo-argentina "Pele" Pastorino, pues Aristóteles era amigo íntimo de Pele Pastorino y la llevaba a los restaurantes de la socialeté Argentina y la sedujo para que fumase en público, lo cual era un tabú, pues las mujeres en ese tiempo no fumaban cigarrillos, entonces se impuso una moda, amiga de la familia Dodero. Su contacto con su tierra natal aumentó, y decidió volver de paso, pero se mantuvo desarrollando su negocio argentino en la exportación de tabaco. Para ampliar su capacidad de transporte de tabaco, compró dos barcos en Canadá. Al regresar a Buenos Aires con la ayuda de la familia Dodero registra su primera empresa naviera Astilleros Onassis. En la década de los 30 se inició en la industria naval y, a la edad de veinticinco años, ganó su primer millón de dólares. Hacia 1932, Aristóteles se había convertido en un hombre de negocios que contaba con buques, petroleros y balleneros, por lo cual expande su empresa a nivel mundial creando una oficina en la ciudad de Nueva York.

Posteriormente a un problema burocrático en el puerto de Róterdam, Onassis cambió la bandera de sus barcos, ahora con registro de Panamá. La toma de esa medida posibilitó que los trámites como número de tripulantes, impuestos y tipo de carga pasaran a ser resueltos con más rapidez, abaratando sus procesos. Creativo, conseguía préstamos bancarios asiduamente, con lo cual aumentaba el tamaño de su flota.

Siguiendo el principio O.P.M. (Other People Money, el dinero de otros) inventado por el comerciante, naviero e inversor inmobiliario Daniel Ludwig, Onassis, dueño de una pequeña flota de barcos mercantes viejos comprados al ejército estadounidense, en su mayoría, con la cual hacía transportes para una compañía petrolífera, convenció a la Metropolitan Life Insurance Company de que le hiciera un préstamo de 40 millones de dólares para la construcción de barcos nuevos, ofreciendo como garantía su contrato con la petrolera. El préstamo sería de la misma duración que su contrato con la petrolera. Onassis evocaba a menudo aquel episodio crucial en su carrera: «Era como si le prestaran dinero a alguien que se proponía alquilarle una propiedad a Rockefeller. Que la casa tuviera agujeros en el techo no tenía importancia alguna, si Rockefeller consentía en alquilarla; con eso le bastaba al prestamista». En 1939 poseía una flota de petroleros, con la cual sostiene a los aliados.

En 1954, Onassis había sido investigado por el FBI por fraude contra el gobierno estadounidense. Se le acusaba de haber violado una disposición según la cual todos los buques con bandera de Estados Unidos debían pertenecer a ciudadanos de ese país. El magnate finalmente se declaró culpable, y pagó una multa de 7 millones de dólares. En 1957, fundó Olympic Airways (hoy Olympic Airlines), la primera línea aérea de bandera griega.

En sus últimos años sufrió la enfermedad miastenia gravis; en una ocasión tuvo que salir con cintas adheridas a los párpados para poder ver.

En lo que se refiere a su vida personal, Onassis conquistó y se casó el 28 de diciembre de 1946 con Athina Mary Livanos, hija del magnate naviero Stavros Livanos. Para muchos fue un matrimonio muy conveniente para Onassis, ya que aprendió el negocio naviero a costa de Livanos. Con ella tuvo dos hijos, Alexander (1948-1973) y Christina (1950-1988), ambos nacidos en Nueva York.

A pesar de que ambos estaban oficialmente casados, Onassis mantuvo un sonado romance con la diva de la ópera María Callas, también griega. De acuerdo con el libro Greek Fire: The Story of Maria Callas and Aristotle Onassis, de Nicholas Gage, Callas dio a luz a un niño el 30 de marzo de 1960, que vivió pocas horas. Callas intentó repetidamente casarse con el magnate, pero sus contratos artísticos se lo impidieron. La vida bastante disipada de Aristóteles Onassis hasta antes de la llegada de Kennedy, transcurría entre cruceros con invitados del mundo del espectáculo y la nobleza europea, en su yate de lujo, Christina, por el Mediterráneo, el mar Egeo y la Costa Azul, la isla privada de Skorpios y sus negocios que dirigía a distancia.[3]

La relación terminó abruptamente cuando María se hartó de la agitada vida de su pareja, entre la farándula. Onassis decidió casarse con Jacqueline Kennedy, viuda del expresidente de EE. UU. John F. Kennedy, el 20 de octubre de 1968. Jacqueline insistió en casarse para no escandalizar a sus hijos de corta edad, a lo que el magnate accedió. Se estableció un acta matrimonial secreta que declaraba que en caso de muerte del marido o divorcio, Jacqueline Kennedy recibiría la tercera parte de su fortuna y bienes. Onassis la firmó sin imaginar lo que su mujer pretendía en realidad.

Pasado un tiempo, Jacquie evidenció tener gustos extravagantes y costosos que un afligido Onassis debía satisfacer a costa de elevadas sumas de dinero, recursos y personal a su servicio; pronto se hastió de ella. Por ejemplo, para el desayuno matinal, el avión personal de Onassis debía volar más de 300 km en la mañana, a una isla cercana a la isla de Skorpios para traer un tipo de pan que a Jacquie le encantaba para su desayuno; ordenaba leche fresca de vacas griegas para tomar baños. Además, siguiendo el estilo que tuvo en la Casa Blanca cuando era primera dama, cambió suntuosos y elaborados decorados por arreglos aún más costosos y a gusto de ella, haciendo desaparecer cualquier huella de María Callas en su residencia. Jacquie pasaba la mayor parte del tiempo de compras y la vida era vacía para Onassis.

Pronto Onassis se fastidió de su cada vez más costosa esposa y volvió sus ojos a María Callas. En repetidas ocasiones afirmó que María fue el amor más grande de su vida, hecho evidenciado por lo poco que duró la felicidad en su matrimonio con Jacqueline, unión que intentó disolver de manera temprana. Sin embargo, María, quien había quedado devastada y herida por la ruptura, se negó a volver con Onassis, hecho que le provocó una depresión y elevó su consumo de tabaco.

El 23 de enero de 1973, su hijo Alexander Onassis de veintitrés años y principal heredero, fallecía en un accidente de aviación y eso lo sumió en una profunda depresión de la que nunca se sobrepuso.[4]​ Onassis, que era un gran fumador de puros, murió en Neuilly-sur-Seine (Francia) a causa de una neumonía a la edad de sesenta y nueve años. Sus restos yacen en la isla de Skorpios.

Su mujer, Jackie, guardó un luto aparente por la muerte de su marido, mientras sus abogados corrían a validar el acta de matrimonio para iniciar una disputa por la herencia. Su hija Christina fue designada heredera universal, pero Jackie Kennedy reclamó las posesiones del magnate, y se entabló una disputa legal entre Christina y Jackie.

Tras la muerte de Christina, los dos tercios restantes de la herencia pasaron a su única nieta, Athina Roussel, quien contrajo matrimonio el 3 de diciembre de 2005, a la edad de veinte años, con Álvaro de Miranda Neto, un conocido jinete de origen brasileño.

Aris ha dejado un vasto legado en sus emprendimientos navieros, así como el más importante, la creación de la Fundación Onassis,[5]​ promotora del comercio internacional al igual que de la cultura helénica en los jóvenes del mundo.



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