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Athanasius Schneider



Atanasio Schneider, O.R.C. (Tokmok, Unión Soviética, 7 de abril de 1961) es un obispo de la Iglesia católica, auxiliar de Astaná (Kazajistán). Es miembro de los Canónigos Regulares de la Santa Cruz. Es uno de los defensores más visibles del rito tridentino y crítico de algunas políticas llevadas a cabo por el Papa Francisco.

Atanasio Schneider nació en Tokmok, ciudad de la entonces República Socialista Soviética de Kirguistán que en aquel momento formaba parte de la Unión Soviética y que actualmente forma parte de Kirguistán. Sus padres eran alemanes del Mar Negro provenientes de Odesa (Ucrania).[1]​ Después de la Segunda Guerra Mundial fueron enviados por Stalin a un gulag en Krasnokamsk en los Urales donde entraron en contacto con la iglesia clandestina rusa. La madre de Schneider, María, fue una de las muchas mujeres que veneraron al padre Oleksa Zaryckyj, sacerdote católico ucraniano encarcelado en Karlag y asesinado por el régimen soviético en 1963 por su ministerio. La familia Schneider viajó a la RSS de Kirguistán tras ser liberada [2]​ y se trasladó de Asia Central a Estonia. Siendo niño, Anton Schneider y sus tres hermanos asistían a misas clandestinas con sus padres, a menudo viajando 96 kilómetros desde su casa en Valga a Tartu, cogiendo el primer tren de la mañana y volviendo en el último tren en la noche. Dada la larga distancia, la ausencia de clérigos y los impedimentos de las autoridades soviéticas, solo podían hacer el viaje una vez al mes.[1]​ En 1973, poco después de hacer su Primera Comunión en secreto, Schneider emigró con su familia a Rottweil en Alemania Oriental.

En 1982 en Austria, Schneider se unió a los Canónigos Regulares de la Santa Cruz de Coimbra, una orden religiosa de la Iglesia Católica dentro del Opus Sanctorum Angelorum, tomando por nombre Atanasio. Fue ordenado sacerdote por el obispo Manuel Pestana Filho de Anápolis el 25 de marzo de 1990, y pasó varios años como sacerdote en Brasil antes de volver a Asia Central.[3]​ En 1999 empezó a enseñar Patrística en el seminario "María, Madre de la Iglesia" de Karaganda.

El 2 de junio de 2006 fue consagrado obispo en San Pedro del Vaticano por el Cardenal Angelo Sodano. Desde 2011 ejerce como obispo auxiliar de la Archidiócesis de Astaná y actualmente es el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Kazajistán.[4][5]

En 2015, después de haber visitado a petición de la Santa Sede dos seminarios de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X en Flavigny en Francia y en Winona en los Estados Unidos, afirmó que "no hay razones serias para negar al clero y a los fieles de la Fraternidad San Pío X un reconocimiento canónico oficial". [6]

Monseñor Schneider habla alemán, ruso, portugués, español, inglés, francés e italiano, además de leer en latín y griego antiguo.[3]

Schneider es considerado un tradicionalista. Ha criticado a los miembros de la Iglesia que considera que no se adhieren a la fe y se han rendido al "cruel mundo pagano" y denuncia que “la mayoría de los obispos están bastante callados o temerosos en cuanto a la defensa de la fe católica” y afirma que “el papado no es el propietario de la tradición o la liturgia, sino que debe conservarlos como un buen jardinero”.[cita requerida]

Schneider ha viajado frecuentemente para celebrar conferencias por lo que en 2018 fue advertido por la Santa Sede para que limitara sus salidas de la diócesis. Desde entonces ha aumentado su presencia en conferencias vía vídeo.[7]

Schneider es un firme defensor de la tradición anterior a los años 70 de recibir la Sagrada Comunión en la boca y de rodillas como muestra de amor y respeto al cuerpo y la sangre de Jesucristo.[8]​ Este es el tema de su libro de 2008 Dominus Est,[9]​ en el que defiende esta tradición estandarizada en el siglo V en la Iglesia Católica y defendida arduamente por el padre de la Iglesia el papa Gregorio Magno. En 2009 escribió: "Ser consciente de la grandeza del misterio eucarístico implica una manera especial de distribuir y recibir el cuerpo de Cristo." [10]

Schneider ha sostenido firmemente la enseñanza de la Iglesia de que el divorcio y volver a casarse fuera de la Iglesia son pecados mortales de adulterio que impiden a la persona recibir la Comunión. En 2016, el papa Francisco emitió la exhortación apostólica Amoris laetitia que parecía permitir a los divorciados y a los casados por segunda vez recibir la Eucaristía, algo que fue puesto en práctica por algunos obispos causando gran controversia. Scnhneider criticó duramente la práctica afirmando que "las enseñanzas perennes son más poderosas y ciertas que la voz y práctica discordante de admitir adúlteros en la Eucaristía, incluso cuando esta práctica es promovida por un Papa o por obispos diocesanos." El 7 de abril de 2018, Schneider, junto con los cardenales Raymond Leo Burke y Walter Brandmüller, participó en una conferencia en la que rechazaban esta práctica propuesta por los obispos alemanes.

El 25 de agosto de 2018, el arzobispo Carlo Maria Viganò, antiguo nuncio apostólico de los Estados Unidos, publicó una carta con una serie de advertencias a la Santa Sede sobre la conducta sexual inapropiada de Theodore McCarrick, acusando a Francisco de inacción ante las acusaciones y pidiendo su renuncia.[11]​ Schneider dijo que no había ninguna causa razonable y plausible para dudar de la veracidad del contenido del documento y exigió "ser implacables y transparentes en la limpieza de la Iglesia de males" particularmente con "las camarillas y redes homosexuales" en la curia a la que él y otros miembros de la Iglesia han culpado de causar la epidemia de abusos.[12]

Schneider se ha pronunciado en contra de la inmigración musulmana a Europa. Ha afirmado que la gran inmigración musulmana durante la década de 2010 fue orquestada por "poderosas organizaciones políticas internacionales ... para quitarle a Europa su identidad cristiana y nacional. Está destinada a diluir el carácter cristiano y nacional de Europa". Schneider alegó que la guerra civil siria fue orquestada por potencias internacionales con el fin de provocar una crisis migratoria para descristianizar Europa, y que la inmigración masiva a Europa desde el norte de África también fue "creada artificialmente".

Schneider es un promotor de la Misa Tridentina. Ha reprendido a los sacerdotes por usar "un estilo de liturgia descuidado y superficial, casi un entretenimiento", y agregó que la liturgia debe ser conducida con "belleza y reverencia". Según Schneider, "no se puede cambiar la liturgia según los gustos de la época. La liturgia es atemporal". Schneider ha dicho misa en el rito bizantino en numerosas ocasiones, elogiándola como "impregnada de respeto, reverencia, espíritu sobrenatural y adoración". [13]

Schneider criticó el cierre de iglesias durante la pandemia de COVID-19, remarcó que muchos otros establecimientos permanecieron abiertos y propuso que las iglesias pudieran permanecer abiertas de manera segura si se siguieran los procedimientos sanitarios y se ofrecieran misas adicionales para limitar el número de fieles.[14]

En una conferencia teológica en Roma en diciembre de 2010, Schneider propuso la necesidad de "un nuevo Syllabus" (recordando el Syllabus de errores de 1864), en el que la autoridad docente papal corregiría las interpretaciones erróneas de los documentos del Concilio Vaticano II. [15]

El 10 de junio de 2019, Schneider, junto con los cardenales Burke y Jānis Pujats, así como los arzobispos kazajos Tomasz Peta de Astaná y Jan Paul Lenga, publicaron una "Declaración de Verdades" de 40 puntos que reafirman las enseñanzas tradicionales de la Iglesia. Los obispos escribieron que tal declaración era necesaria en una época de "confusión y desorientación doctrinal casi universal". Pasajes específicos de la declaración responden implícitamente a los escritos del Papa Francisco. La declaración establece que "la religión nacida de la fe en Jesucristo" es la "única religión querida positivamente por Dios", aparentemente aludiendo al Documento sobre la Fraternidad Humana firmado por el Papa Francisco, que declaró que la "diversidad de religiones" es "querida por Dios". Tras cambios recientes en el Catecismo para oponerse a la pena capital, la declaración establece que la Iglesia "no se equivocó" al enseñar que las autoridades civiles pueden "ejercer legalmente la pena capital" cuando sea "verdaderamente necesario" y para preservar el "orden justo de las sociedades." [16]

En septiembre de 2019, Schneider y Burke publicaron una carta de 8 páginas denunciando seis supuestos errores teológicos en el documento de trabajo para el Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, y pidiendo que el Papa Francisco "confirme a sus hermanos en la fe mediante un rechazo inequívoco de los errores". Burke y Schneider criticaron el documento del Sínodo por su "panteísmo implícito", apoyo al clero casado, al papel más importante de las mujeres en la liturgia y a una apertura excesiva a los rituales y prácticas paganos amazónicos. Pidieron a los laicos y al clero que rezaran al menos una década del Rosario y que ayunaran semanalmente por el rechazo de tales ideas durante un período de 40 días desde el 17 de septiembre al 26 de octubre.[17]

En un artículo fechado el 31 de mayo de 2020,[18]​ Schneider declaró públicamente que se había adherido a la opinión de muchos católicos tradicionales sobre el Concilio Vaticano II. Ahora cree que el Concilio introdujo declaraciones erróneas nunca antes enseñadas por el magisterio de la Iglesia. También afirma que las novedades del Concilio son directamente responsables de la crisis de fe vivida en la Iglesia católica en la segunda mitad del siglo XX y en el siglo XXI.



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