La autorregulación emocional es la capacidad de responder a las demandas continuas de tal manera que en un ambiente social sea tolerable y lo suficientemente flexible como para permitir reacciones emocionales espontáneas, así como la capacidad de retrasar dichas reacciones según sea necesario.
También puede ser definida como el proceso extrínseco e intrínseco, responsable de observar, evaluar y modificar las reacciones emocionales. La autorregulación emocional pertenece al amplio conjunto de los procesos de autorregulación, los cuales incluyen la regulación de nuestros propios sentimientos y la regulación de los sentimientos de las otras personas.
La son totalmente de sentimientos personales a la otra persona emocional es un proceso complejo que inicia suponiendo, inhibiendo o modulando un estado o comportamiento en una determinada situación, por ejemplo la experiencia subjetiva (sentimientos), respuestas cognitivas (pensamientos), respuestas fisiológicas relacionadas con las emociones (por ejemplo el ritmo cardíaco o la actividad hormonal), y el comportamiento relacionado con las emociones (acciones corporales o expresiones). De manera funcional, la autorregulación emocional también se puede referir a los procesos, como la tendencia a centrar la atención a una tarea y la habilidad para reprimir comportamientos inapropiados bajo órdenes. La autorregulación emocional cumple una función muy importante en la vida humana.
Cada día, las personas están expuestas continuamente a una amplia variedad de estímulos potencialmente excitantes. Reacciones emocionales inapropiadas, extremas o sin supervisión a dichos estímulos podrían impedir una integración funcional dentro de la sociedad; por lo tanto, las personas debían ajustar en alguna forma la regulación de las emociones casi todo el tiempo. Las reacciones emocionales inapropiadas, extremas o sin supervisión a dichos estímulos podrían impedir una integración funcional dentro de la sociedad; por lo tanto, las personas deben participar en algún tipo de regulación de las emociones casi todo el tiempo. Hablando de manera general, la desregulación emocional ha sido definida como la dificultad para controlar la influencia de excitación emocional en la organización y calidad de los pensamientos, acciones e interacciones. Los individuos que son emocionalmente desregularizados exhiben patrones de respuesta en los cuales hay una incongruencia entre sus objetivos, respuestas, y/o modos de expresión, y las exigencias del entorno social. Por ejemplo, existe una asociación significativa entre la desregulación emocional y los síntomas de la depresión, la ansiedad, la patología alimentaria y abuso de sustancias. Mayores niveles de regulación de las emociones tienden a relacionarse con los altos niveles de competencia social y la expresión de las emociones socialmente apropiadas. Mayores niveles de regulación de las emociones tienden a relacionarse con los altos niveles de competencia social y la expresión de las emociones socialmente apropiadas.
También se define como las estrategias utilizadas para ajustar la intensidad y duración de los estados emocionales hasta alcanzar un nivel confortable que no impida la consecución de objetivos (Thompson, 1994). Una buena autorregulación emocional durante los primeros años de vida contribuye al desarrollo de la autonomía y al desarrollo de habilidades en cuanto a la interacción social de sentimientos (Crockenberg y Leerkes, 2000).
Selección de la situación El modelo de proceso de regulación emocional se basa en el modelo modal de la emoción. El modelo modal de la emoción sugiere que el proceso de generación de la emoción se produce en una secuencia particular en el tiempo. Esta secuencia se produce como sigue: esta secuencia tiene lugar como sigue
Porque una respuesta emocional (4) puede cambiar una situación (1), este modelo involucra una retroalimentación de circuito cerrado (4). Respuesta a (1) Situación. Este ciclo de retroalimentación sugiere que el proceso de generación de emoción puede ocurrir de manera recursiva, sigue en pie y es dinámico.
El modelo del proceso sostinee que cada uno de estos cuatro puntos en el proceso de generación de emociones puede ser sujeto a regulación. Para este concepto, el modelo del proceso postula cinco diferentes familias de regulación d e emoción que corresponden a la regulación de un punto particular en el proceso de generación de emoción. Ellos ocurren en el siguiente orden:
El modelo del proceso también divide estas estrategias de regulación de emoción en dos categorías: enfocados en el antecedente y enfocados en la respuesta. Los antecedentes enfocados en las estrategias (por ej., selección de situación, modificación de situación, despliegue atencional, y cambio cognitivo), ocurren antes de que una respuesta emocional sea completamente generada. Las respuestas enfocadas en las estrategias (por ej., modulación de respuesta), ocurren después de que una respuesta emocional sea completamente generada.
La selección de situación involucra elecciones que evitan o se acerca a una situación emocionalmente relevante. Si una persona elige evitar o retirarse de una situación emocionalmente relevante, él o ella están disminuyendo la probabilidad de experimentar una emoción. Alternativamente, si una persona elige acercarse o comprometerse con una situación emocionalmente relevante, él o ella están incrementando la probabilidad de experimentar una emoción.
Los ejemplos típicos de una selección de situación pueden ser vistos interpersonalmente, tales como cuando un padre retira a su hijo o hija de una situación emocionalmente displacentera. Usar la selección de situación puede también ser visto en psicopatología. Por ejemplo, evitar las situaciones sociales para regular las emociones es particularmente pronunciado para aquellos con desorden de ansiedad social y desorden de personalidad evitativa.
La efectiva selección de situación no siempre es una tarea fácil. Por ejemplo, los seres humanos exponen dificultades prediciendo sus respuestas emocionales a eventos futuros. Por lo tanto, pueden tener problemas tomando precisas y apropiadas decisiones sobre a cuáles situaciones emocionalmente relevantes deben aproximarse o evitar.
La modificación de situación involucra esfuerzos para modificar una situación tanto como para cambiar su impacto emocional. La modificación de situaciones refiere específicamente a alterar lo exterior a uno, el ambiente físico. Alterar el ambiente "interno" de uno para regular la emoción es llamado cambio cognitivo.
Ejemplos de la modificación de situación pueden incluir inyectar humor a un discurso para provocar risas o extender la distancia física entre él o ella mismos y otra persona.
El despliegue atencional supone dirigir la atención hacia o lejos de una situación emocional.
La distracción, un ejemplo de despliegue atencional, es una estrategia temprana de selección, la cual implica desviar la atención de uno lejos de un estímulo emocional y hacia otro contenido. Se ha demostrado que la distracción reduce la intensidad del dolor y las experiencias emocionales, disminuyendo las respuestas faciales asociadas con la emoción, así como alivia la angustia emocional. En contraposición para revaluar, los individuos muestran una relativa preferencia para participar en distracciones cuando se estimula lo opuesto a la alta intensidad emocional negativa. Esto es porque la distracción fácilmente se filtra del contenido de la alta intensidad emocional, lo cual por lo demás sería relativamente dificultoso para evaluar y procesar.
La rumia, un ejemplo de despliegue atencional, es definida como el pasivo y repetitivo enfoque de la atención de uno sobre los síntomas de angustia de uno y las causas y consecuencias de estos síntomas. La rumia generalmente es considerada como una estrategia inadaptativa de regulación de la emoción, en la medida en que tiende a exacerbar la angustia emocional. También ha sido implicada en una multitud de desórdenes incluyendo la depresión mayor.
La preocupación, un ejemplo de despliegue atencional, implica dirigir la atención a pensamientos e imágenes de preocupación acerca de eventos potencialmente negativos en el futuro. Al focalizarse en estos eventos, la preocupación sirve para ayudar en la baja de la regulación de la emoción intensa negativa y la actividad psicológica. Mientras que la preocupación puede a veces implicar la resolución de problemas, la preocupación incesante es generalmente considerada inadaptativa, siendo una característica común de los desórdenes de ansiedad, particularmente el desorden de ansiedad generalizada.
La supresión de los pensamientos, un ejemplo de despliegue atencional, consiste en esforzarse para redirigir nuestra atención de unos pensamientos específicos e imágenes mentales hacia otros contenidos para así modificar nuestro estado emocional. Aunque la supresión de pensamientos puede aportar un alivio temporal de pensamientos no deseados, paradójicamente esto puede acabar incitando la producción de incluso más pensamientos incómodos. Esta estrategia generalmente es considerada inadaptativa, estando más asociada con el desorden obsesivo-compulsivo.
El cambio cognitivo implica cambiar cómo uno evalúa una situación, de modo de alterar su significado emocional.
Re-evaluación, un ejemplo de cambio cognitivo, es una estrategia de selección tardía, la cual implica reinterpretar el significado de un evento de modo de alterar su impacto emocional. Por ejemplo, esto podría implicar reinterpretar un evento ampliando la perspectiva de uno para ver "el cuadro completo". La revaluación ha sido demostrado que efectivamente reduce la fisiológica, subjetiva y neural respuesta emocional. En contraposición a la distracción, los individuos muestran una relativa preferencia por comprometerse en la revaluación cuando se enfrentan a un estímulo de baja intensidad emocional negativa porque este estímulo es relativamente fácil de evaluar y procesar.
La revaluación generalmente es considerada como una estrategia adaptativa de regulación de la emoción. Comparada con la supresión, la que está correlacionada negativamente con muchos desórdenes psicológicos, está asociada con mejores resultados interpersonales, y relacionada positivamente con el bienestar. Sin embargo, algunos investigadores argumentan que el contexto es importante cuando se evalúa la adaptatividad de una estrategia, sugiriendo que en algunos contextos la revaluación puede ser inadaptativa.
Distanciarse, un ejemplo de cambio cognitivo, implica asumir una independencia, la perspectiva de una tercera persona cuando se evalúa un evento emocional. Distanciarse ha demostrado ser una forma adaptativa de auto-reflexión, facilitando el procesamiento emocional de estímulos negativos, reduciendo la reactividad emocional y cardiovascular al estímulo negativo, e incrementando el comportamiento de resolución de problemas.
El humor, un ejemplo de cambio cognitivo, se ha demostrado que es una efectiva estrategia de regulación de la emoción. En concreto, la positiva, buena naturaleza del humor se ha demostrado efectiva para regular incrementando la emoción positiva y reduciendo la emoción negativa. Por otro lado, el humor negativo, mezquino, es menos efectivo a este respecto.
La modulación de la respuesta implica intentos para dirigir la influencia experiencial, conductual y métodos de respuesta psicológica.
La supresión de la expresión, un ejemplo de modulación de la respuesta, implica inhibir las expresiones emocionales. Se ha demostrado efectivo reducir la expresividad facial, los sentimientos subjetivos de emoción positiva, la velocidad cardíaca, y la activación comprensiva. Sin embargo, la investigación es variada al considerar si esta estrategia es efectiva para reducir la emoción negativa. La investigación también ha mostrado que la supresión expresiva puede tener consecuencias sociales negativas, correlacionadas con la reducción de las conexiones personales y mayores dificultades para formar relaciones.
La supresión expresiva es generalmente considerada como una inadaptativa estrategia de regulación de la emoción. Comparada con la revaluación, está correlacionada concluyentemente con muchos desórdenes psicológicos, asociada con malos resultados interpersonales, está negativamente relacionada con el bienestar, y requiere la movilización de una relativamente sustancial cantidad de recursos cognitivos. Sin embargo, algunos investigadores argumentan que el contexto es importante cuando se evalúa la adaptatividad de una estrategia, sugiriendo que en algunos contextos la supresión puede ser adaptativa.
El uso de drogas, un ejemplo de modulación de la respuesta, puede ser un modo de alterar la emoción asociada con la respuesta psicológica. Por ejemplo, el alcohol puede producir efectos sedativos y ansiolíticos y beta bloqueadores que pueden afectar la activación de la comprensión.
El ejercicio, un ejemplo de modulación de la respuesta, puede ser usado para regular la reducción de los efectos psicológicos y experienciales de las emociones negativas. Regular la actividad física también se ha demostrado que reduce la angustia emocional y mejora el control emocional.
Debido a la compleja y única (de persona a persona) naturaleza de las emociones, sería difícil alcanzar la autorregulación durante las llamaradas de vulnerabilidad. Es esencial identificar esta emoción los estímulos cognitivo/situacionales y los obstáculos que se plantean en un entorno clínico. Es un aprendizaje de ensayo y error para ambos, el individuo y el profesional ayudando a la persona. La ansiedad, la charla negativa con uno mismo, la cognición disfuncional y el estado desmoralizado (pérdida de la esperanza) están identificados a través de la investigación como las trampas de dificultad que pueden llevar a estas personas a la vulnerabilidad. Como un profesional de la salud mental es importante que ella/él pudieran guiar a la persona en la reducción de la frecuencia, intensidad y duración de los estallidos. En una situación vulnerable es sólo natural para un individuo entrar en estados de lucha-huida-paralización. Si no se intervino o validó apropiadamente, puede conducir a asuntos de salud mental co-mórbidos como estrés, ansiedad, desórdenes somatomorfos, desórdenes alimenticios... etc.
Las habilidades requeridas en el dominio de una situación vulnerable son la esperanza y la acción positiva. Entender el modelo psicológico de la emoción también ayuda. Un método formulado en DBT es el "ABC PLEASE" (en inglés).
La terapia de la conducta sugiere actuar en contra de los sentimientos negativos. Porque las emociones se alejan cuando no son largamente reforzadas con consecuencias positivas en acción. Linehan recomendó practicar técnicas de mini-relajación porque una respuesta expresiva de un individuo es más rápidamente provocada por emociones que por pensamientos.
Los esfuerzos intrínsecos de regulación de la emoción durante la infancia se cree que son guiados principalmente por sistemas innatos de respuesta psicológica. Estos sistemas se manifiestan usualmente como un enfoque hacia y una evitación de placenteros o displacenteros estímulos.A los tres meses, los infantes pueden entrar en conductas de auto-alivio como la succión y pueden reflexivamente responder a y señalar sentimientos de angustia. Por ejemplo, se ha observado que los infantes intentan suprimir la ira o la tristeza frunciendo su frente o apretando sus labios. Entre los tres y seis meses, el funcionamiento motor básico y los mecanismos atencionales comienzan a jugar un rol en la regulación de la emoción, permitiendo a los infantes un enfoque más efectivo o evitar situaciones emocionalmente relevantes. Los infantes también pueden entrar en la auto-distracción y en conductas de búsqueda de ayuda para propósitos regulatorios. Al año, los infantes son capaces de manejar su entorno más activamente y responder a estímulos emocionales con mayor flexibilidad debido a un mejoramiento de las habilidades motoras. También comienzan a apreciar las habilidades de sus cuidadores para proveerles de apoyo regulatorio. Por ejemplo, los bebés generalmente tienen dificultades para regular el miedo. Como resultado, a menudo encuentran modos de expresar el miedo de manera que atraen el consuelo y la atención de los cuidadores.
Los esfuerzos de regulación de la emoción extrínsecos de los cuidadores, que incluyen selección de situación, modificación y distracción, son particularmente importantes para los infantes. Las estrategias de regulación de la emoción empleadas por los cuidadores para atenuar la angustia o para elevar la regulación del afecto positivo en los infantes pueden impactar en el desarrollo de la conducta emocional y conductual de los bebés, enseñándoles estrategias particulares y métodos de regulación. El tipo de estilo de apego entre el cuidador y el bebé puede por lo tanto jugar un rol significativo en las estrategias regulatorias que los infantes pueden aprender a usar.
Evidencia reciente apoya la idea de que el canto maternal tiene un efecto positivo sobre la regulación afectiva en los infantes. Cantar canciones de juego, tales como Las Ruedas del Autobús o Ella Dará la Vuelta a la Montaña tiene una visible consecuencia regulatoria del afecto de prolongado alcance positivo e incluso alivio de la angustia. Además, para probar la facilitación de vinculación social, cuando está combinado con movimiento y/o toque rítimico, el canto maternal para la regulación del afecto tiene posibles aplicaciones para los infantes en el NICU y para los adultos cuidadores con personalidad grave o dificultades de ajuste.
“Herramientas de la Mente” es un currículo de educación infantil que involucra escenarios estructurados de juegos imaginarios y otras actividades. Este currículo tiene como objetivo promover y mejorar la autorregulación y las habilidades académicas de los niños, al tener un doble enfoque en el desarrollo de la autorregulación y de otras habilidades socioemocionales en contextos educativos.
Una revisión sistemática resumió los hallazgos de 6 estudios realizados en Estados Unidos, que contaron con la participación de estudiantes de todas las edades, sexos, etnias, estados socioeconómicos, de dominio del idioma y de educación especial. Los resultados demuestran que el currículo mejoró significativamente las habilidades matemáticas de los niños en comparación con el currículo común. Asimismo, el currículo parece mejorar la autorregulación y la alfabetización, no obstante, dado el pequeño número de estudios incluidos, así como de otras deficiencias metodológicas, estas conclusiones deben tomarse con precaución, por lo que es necesario realizar más investigaciones de alta calidad.
Sobre el final del primer año, los niños pequeños comienzan a adoptar nuevas estrategias para disminuir la excitación negativa. Estas estrategias pueden incluir mecerse a sí mismos, masticar objetos, o alejarse de cosas que los disgustan. A los dos años, los niños pequeños se vuelven más capaces de emplear activamente estrategias de regulación de la emoción. Ellos pueden aplicar ciertas tácticas de regulación de la emoción para influir en diversos estados emocionales. Además, la maduración del funcionamiento del cerebro y del lenguaje y las habilidades motoras permiten a los niños pequeños manejar sus respuestas emocionales y los niveles de excitación más efectivamente.
La emoción de la regulación extrínseca sigue siendo importante para el desarrollo emocional en la primera infancia. Los niños pequeños pueden aprender de sus cuidadores formas de controlar sus emociones y conductas. Por ejemplo, los cuidadores ayudan enseñando métodos de autorregulación al distraer a los niños de eventos displacenteros (como una vacuna) o ayudándolos a entender eventos que los asustan.
El conocimiento de la regulación emocional se vuelve más sustancial durante la infancia. Por ejemplo, los niños de seis a diez años de edad empiezan a entender reglas de demostración. Ellos llegan a apreciar los contextos en los cuales ciertas expresiones emocionales son socialmente más apropiadas y por lo tanto deberían ser reguladas. Por ejemplo, los niños pueden entender que al recibir un regalo deben mostrar una sonrisa, independientemente de sus sentimientos reales sobre el regalo. Durante la infancia, también hay una tendencia hacia el uso de más estrategias de regulación de la emoción cognitiva, tomando el lugar de más tácticas de distracción elemental, acercamiento y evitación.
Considerando el desarrollo de desregulación de la emoción en los niños, un fuerte hallazgo sugiere que los niños frecuentemente expuestos a la emoción negativa en el hogar, serán más probablemente propensos a demostrar y tener dificultades de la regulación, y altos niveles de emoción negativa.
Los adolescentes muestran un notable incremento en sus capacidades de regular sus emociones, y la toma de decisiones de regulación de la emoción se vuelve más compleja, dependiendo de múltiples factores. En particular, el significado de las consecuencias interpersonales aumenta para los adolescentes. Cuando regulan sus emociones, es por lo tanto más probable que los adolescentes tomen en cuenta su contexto social. Por ejemplo, los adolescentes muestran una tendencia a demostrar más emoción si esperan una respuesta comprensiva de sus pares.
Además, el uso espontáneo de estrategias cognitivas de regulación de la emoción se incrementa durante la adolescencia, lo cual está evidenciado por información de auto-informes e indicadores neuronales.
A medida que la gente envejece, su afecto -el modo en que reaccionan a las emociones- también cambia, ya sea positiva o negativamente. Los estudios muestran que el afecto positivo aumenta a medida que las personas crecen desde la adolescencia hasta mediados de los 70 años. El afecto negativo, por otra parte, disminuye hasta mediados de los 70 años. Los estudios también muestran que las emociones difieren en la adultez, particularmente el afecto (positivo o negativo). Aunque algunos estudios encuentran que el afecto disminuye con la edad, algunos han concluido que los adultos en su mediana edad experimentan afecto más positivo y afecto menos negativo que los jóvenes adultos. El afecto positivo también era mayor en los hombres que en las mujeres mientras que el afecto negativo era mayor en las mujeres que en los hombres y también en gente solitaria. Una razón de que la gente mayor -el adulto de mediana edad- puede tener menos afecto negativo es porque tienen superadas "las pruebas y vicisitudes de la juventud, pueden experimentar cada vez más un balance placentero del afecto, al menos hasta mediados de sus 70". El afecto positivo puede crecer durante la mediana edad pero hacia los últimos años de su vida -los 70- empieza a declinar mientras que el afecto negativo también hace lo mismo. Esto puede deberse a las fallas de la salud, alcanzando el final de sus vidas y la muerte de sus amigos y parientes.
Además de los niveles básicos de afecto positivo y negativo, los estudios han encontrado diferencias individuales en el curso del tiempo de las respuestas emocionales a los estímulos. La dinámica temporal de la regulación emocional, también conocida como cronometría afectiva, incluye dos variables clave en el proceso de respuesta emocional: el ascenso del tiempo del pico de respuesta emocional, y la recuperación del tiempo de los niveles básicos de emoción. Los estudios de la cronometría afectiva típicamente separan afecto positivo y negativo en distintas categorías, como las investigaciones previas han demostrado (a pesar de alguna correlación) la habilidad de los humanos de experimentar cambios en estas categorías independientemente de unos y otros. La investigación de la cronometría afectiva ha sido llevada a cabo sobre poblaciones clínicas con desórdenes de ansiedad, humor y personalidad, pero también es utilizada como una medida para poner a prueba la efectividad de diferentes técnicas terapéuticas (incluyendo entrenamiento en mindfulness o atención plena) sobre la desregulación emocional.
El desarrollo de la resonancia magnética funcional ha permitido el estudio de la regulación de la emoción en un nivel biológico. Específicamente, las investigaciones durante la última década sugieren fuertemente que hay una base neuronal. Evidencia suficiente ha correlacionado la regulación de la emoción con patrones particulares de activación prefrontal. Estas regiones incluyen el córtex orbital prefrontal, el córtex ventromedial prefrontal, y el córtex dorsolateral prefrontal. Dos estructuras adicionales del cerebro que se ha encontrado que contribuyen son la amígdala y el córtex anterior cingulado. Cada una de estas estructuras está implicada en varias facetas de la regulación de la emoción y las irregularidades en una o más regiones y/o interconexiones entre ellas están asociadas con fallas de regulación de la emoción. Una consecuencia de estas conclusiones es que las diferencias individuales en la activación prefrontal predice la habilidad para realizar varias tareas en aspectos de regulación de la emoción.
Personas que intuitivamente imitan expresiones faciales; es una parte fundamental del funcionamiento de la salud. Similitudes en el cruce de culturas al considerar la comunicación no verbal han provocado el debate del que es de hecho un lenguaje universal. Se puede argumentar que la regulación emocional juega un rol clave en la habilidad para emitir las respuestas correctas en situaciones sociales. Los humanos tienen el control sobre las expresiones faciales consciente e inconscientemente: un programa de emoción intrínseca es generado como resultado de la transacción con el mundo, el cual inmediatamente resulta en una respuesta emocional y usualmente en una reacción facial. Es un fenómeno bien documentado que las emociones tienen un efecto sobre la expresión facial, pero investigaciones recientes han proveído evidencia de que lo contrario también puede ser cierto.
Esta noción acrecentaría la creencia de que una persona puede no sólo controlar sus emociones sino de hecho influir en ellas también. La regulación emocional se enfoca sobre proveer la emoción apropiada en las circunstancias apropiadas. Algunas teorías aluden al pensamiento de que cada emoción sirve a un propósito específico en la coordinación organísmica de lo que necesita con las demandas del entorno. Esta habilidad, aunque aparece en todas las nacionalidades, se ha demostrado que varía en la aplicación exitosa en los diferentes grupos de edad. En experimentos efectuados comparando jóvenes y adultos mayores con los mismos displacenteros estímulos, los adultos mayores eran capaces de regular sus reacciones emocionales de un modo que parecía evitar la confrontación negativa. Estos hallazgos apoyan la teoría de que con el tiempo las personas desarrollan una mejor habilidad para regular sus emociones. Esta habilidad hallada en los adultos parece permitir a los individuos una mejor reacción en lo que sería considerado una manera más apropiada en algunas situaciones sociales, permitiéndoles evitar situaciones adversas que pueden ser vistas como perjudiciales.
En condiciones solitarias, la regulación emocional puede incluir un efecto minimizador-miniaturizador, en el cual los patrones expresivos externos comunes son reemplazados con versiones moderadas de expresión. A diferencia de otras situaciones, en las cuales la expresión física (y su regulación) sirve a un propósito social (por ejemplo, ajustarse a las reglas de demostración o revelar emoción a extraños), las condiciones solitarias no requieren ninguna razón para que las emociones sean expresadas exteriormente (aunque los niveles intensos de emoción pueden generar emoción perceptible de todos modos). La idea detrás de esto es que a medida que las personas se vuelven mayores, aprenden que el propósito de la expresión externa (para recurrir a otras personas), no es necesaria en situaciones en las cuales no hay a quien apelar. Como resultado, el nivel de expresión emocional puede ser bajo en estas situaciones solitarias.
Según Yu V. Scherbatykh, el estrés emocional en situaciones como exámenes escolares puede ser reducido mediante la participación en actividades de autorregulación antes de que la tarea sea ejecutada. Para estudiar la influencia de la autorregulación sobre los procesos mentales y psicológicos bajo el estrés de los exámenes, Scherbatykh condujo una prueba con un grupo experimental de 28 estudiantes (de ambos sexos) y un grupo de control de 102 estudiantes (también de ambos sexos).
En el momento previo al examen, los niveles de estrés situacional se incrementaron en ambos grupos en relación a lo que estaban en estados de calma. En el grupo experimental, los participantes participaron en tres técnicas de autorregulación (concentración en la respiración, relajación general de cuerpo, y la creación de una imagen mental de éxito al pasar por el examen). Durante el examen, los niveles de ansiedad del grupo experimental fueron más bajos que en el grupo de control. Además, el porcentaje de insatisfacción anotado en el grupo experimental fue 17 veces menor que en el grupo de control. De estos datos, Scherbatykh concluyó que la aplicación de acciones de autorregulación antes de los exámenes ayuda significativamente a reducir los niveles de tensión emocional, lo cual puede ayudar a conducir a mejores resultados de rendimiento.
La identificación de nuestro proceso de autorregulación emocional puede facilitar el proceso de ejecución de decisiones. La literatura actual sobre regulación de la emoción reconoce que los humanos característicamente hacen esfuerzos controlando las experiencias de emoción. Hay entonces una posibilidad de que nuestro presente estado emocional pueda ser alterado por estrategias de regulación emocional resultando en la posibilidad de que las diferentes estrategias de regulación pueden tener diferentes implicaciones de decisión.
Con un fracaso en la regulación emocional hay un aumento en las disfunciones psicosociales y emocionales causadas por experiencias traumáticas debido a una incapacidad para regular las emociones. Estas experiencias traumáticas típicamente suceden en la escuela primaria y a veces están asociadas con el bullying [intimidación escolar]. Los niños que no pueden auto-regularse apropiadamente expresan sus emociones inestables en una variedad de formas, incluyendo gritar si no tienen su manera, atacar con sus puños, o intimidar a otros niños. A menudo tales conductas provocan reacciones negativas del entorno social, las cuales, a su vez, pueden exacerbar o mantener la original regulación de problemas a través del tiempo, un proceso calificado de continuidad acumulativa. Es más probable que estos niños tengan relaciones basadas en el conflicto con sus maestros u otros niños. Esto puede conducir a problemas más severos tales como un daños en la habilidad para ajustarse a la escuela y predice la marginación escolar muchos años después. Los niños que fracasan en la apropiada autorregulación crecen como adolescentes con más problemas emergentes. Sus pares comienzan a notar su "inmadurez", y estos niños a menudo son excluidos de los grupos sociales, fastidiados y hostigados por sus pares. Esta "inmadurez" ciertamente causa que algunos adolescentes se transformen en marginados sociales en sus respectivos grupos sociales, provocando que arremetan en formas airadas y potencialmente violentas.
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