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Avalokitesvara



Avalokiteśvara (sánscrito: अवलोकितेश्वर; lit. «Señor que mira hacia abajo») es el bodhisattva de la compasión. Es uno de los bodhisattvas más ampliamente venerados en la corriente principal del budismo mahāyāna, así como en forma no oficial en el theravāda.

Es conocido en Tíbet con el nombre de Chenrezig, en China como Guānshiyīn (chino tradicional: 觀世音菩薩, pinyin: Guānshiyīn Púsà; lit. «Bodhisattva Guanshiyin») y en Japón como Kannon (idioma japonés: 観音?)

En sánscrito, Avalokitesvara es también conocido como Padmapāni («Soporte del loto») o Lokeśvara («Señor del mundo»). En el budismo tibetano, el Dalái Lama es considerado su encarnación de Avalokiteśvara, conocido también como Chenrezig (idioma tibetano: སྤྱན་རས་གཟིགས་; Transliteración Wylie: spyan ras gzigs).[1]

El nombre sánscrito "Avalokiteśvara" se compone de las siguientes partes:

Al combinar estas tres palabras queda: ‘el señor que mira hacia abajo [el mundo]’. La palabra sánscrita loka (‘mundo’, cognada del español «local») no está presente en el nombre, pero se entiende implícita.

Otro epíteto de Avalokiteśvara es Lokeśvara-rāja (rey de la soberanía del mundo). La interpretación china de este nombre es 世自在王 Shìzìzàiwáng "rey soberano del mundo" (los caracteres que se usan para traducir īśvara son 自在, que como sustantivo se traduce por señor y como adjetivo: libre, liberado, sin restricción. Como verbo es dominar; imponer; gobernar; predominar; dirigir o reinar [según la escuela dharma china de caracteres 法相宗]).

Sin embargo, la investigación reciente señala que la forma original y el significado del nombre eran muy diferentes: Avalokitasvara con la terminación -svara ("sonido, ruido"), de modo que la palabra se traduce: "quien ha percibido un sonido" (un compuesto brahmi con un participio pasivo como primer elemento). Esto es, avalokita: "ese que ha sido percibido" y el compuesto es literalmente "el que ha un sonido percibido", vale decir, percibidor del sonido sufriente de los mundos (los 6 reinos). Este es el equivalente exacto de la traducción china 觀音 Guānyīn. Este nombre fue posteriormente suplantado por la forma que contiene la terminación -īśvara, lo que no sucedió en sánscrito antes del siglo VII, mientras que la forma original Avalokitasvara ya aparece en fragmentos sánscritos del siglo V.

El significado original del nombre calza con la comprensión budista sobre el rol de un bodhisattva, en tanto que la reinterpretación que lo presenta como un īśvara muestra una fuerte influencia del shivaísmo, donde el término īśvara está relacionado usualmente con la noción hindú de un dios creador y gobernador del mundo. Tales atributos divinos fueron transmitidos al bodhisattva, pero la mayoría de los adoradores de Avalokiteśvara sostiene el rechazo budista a la doctrina de un dios creador primordial.

Los eruditos occidentales no han llegado a consenso sobre el origen de la veneración de Avalokiteśvara. Algunos han sugerido que Avalokiteśvara, junto con muchos otros seres sobrenaturales del budismo, fue un préstamo o absorción que el mahāyāna tomó de una o muchas deidades hindúes, en particular de Śivá o Viṣṇu.

En el Theravāda, el nombre búdico Lokeśvara (饒王, 世自在王, 世饒王佛), “el señor, gobernante o soberano que observa el mundo”, fue probablemente un desarrollo de la idea de Brahmā, Viṣṇu o Śivá como ‘’Lokanātha’’, “señor de los mundos”. En Indo-China se refiere especialmente a Avalokiteśvara, cuyo rostro es frecuentemente representado en forma masculina, por ejemplo en Angkor. Es el buda bajo quien Amitābha ingresó a la vida ascética e hizo sus 48 votos en una existencia previa.

Según la doctrina mahāyāna, Avalokiteśvara es el bodhisattva que hizo un gran voto para escuchar los ruegos de todos los seres sensibles en momentos de dificultad y posponer su propia budeidad hasta haber ayudado a cada ser sobre la tierra a alcanzar el nirvana. Entre los sutras majaianas asociados con Avalokiteśvara aparecen: el Sutra del corazón (como discípulo del buda histórico Śākyamuni) y el Sutra del loto, particularmente el 25.º capítulo, el cual es a veces referido como el Sūtra-avalokiteśvara.

Las seis formas de Avalokiteśvara en el mahāyāna 天臺六觀音 (Tiāntái liu Guānyīn) son:

Cada una de estas seis cualidades de este ‘’bodhisattva’’ rompe los respectivos obstáculos 三障 de los 6 mundos budistas: infiernos, Pretas (espíritus hambrientos), animales, asuras (titanes), hombres y devas (dioses).

En la tradición tibetana, Avalokiteśvara es visto como surgiendo de dos fuentes. Una es la relativa, donde un eón previo (kalpa), un devoto y compasivo monje budista deviene en un bodhisattva, transformado en el kalpa presente de Avalokiteśvara. Sin embargo, ésta no entra en conflicto con la fuente final, según la cual Avalokiteśvara es la manifestación universal de la compasión. El bodhisattva es visto como el vehículo antropomórfico para la deidad real, que sirve para provocar una mejor compresión de Avalokiteśvara a la humanidad.

Las siete formas de Avalokiteśvara en el budismo esotérico 密教七觀音:

El budismo tibetano relaciona a Chenrezig con el mantra de seis sílabas Om mani padme hum, motivo por el cual recibe también el nombre de Ṣaḍakṣarī. La conexión entre este famoso mantra y Avalokiteśvara ya aparece en el Karandavyuha Sūtra (probablemente a fines del siglo IV o principios del V), uno de los primeros trabajos budistas que llegaron al Tíbet (poco antes de finalizar el siglo V).

En el budismo Shingon, el mantra que se emplea para alabar a Avalokiteśvara es el On Aro-rikya Sowaka (¡Oh, Inmaculado, Salve!).

La sílaba OM aparece al comienzo de todos los mantras. Está compuesto de tres elementos en sánscrito y representa las tres puertas de nuestro cuerpo, habla y mente actuales.

MANI significa "joya" y representa el método compasivo de un ser iluminado. La compasión satisface el deseo de todos los seres de estar separados del sufrimiento.

PADME proviene de "The Padma" que significa loto. Simboliza la sabiduría de la realidad última. Un loto no está manchado por el barro del que crece. De manera similar, la sabiduría no está manchada por todas las concepciones que obstaculizan la autoexistencia inherente.

Finalmente, la sílaba HUM se compone de cinco elementos que representan las cinco familias de Buda. Nuestros componentes físicos y mentales ordinarios se transforman cuando se alcanza la iluminación completa.

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Una conocida leyenda budista narra que Avalokiteśvara hizo el voto de nunca descansar hasta haber liberado a todos los seres sensibles del saṃsāra. A pesar de su agotador esfuerzo, se dio cuenta de que todavía quedaban muchos seres desgraciados por salvar. Después de luchar para comprender las necesidades de todos, su cabeza se dividió en once partes. El buda Amitābha, al observar su apremio, le dio once cabezas para oír los lamentos de los sufrientes. Al oír esos clamores y comprenderlos, Avalokiteśvara intentó alcanzar a todos aquellos que necesitaban ayuda, pero encontró que sus brazos se destrozaban. Una vez más, Amitābha vino en su ayuda y lo dotó con mil brazos para que pudiera ayudar a las multitudes sufrientes.

Muchas versiones himalayas de este cuento incluyen ocho brazos con los cuales Avalokiteśvara hábilmente sostiene el dharma, cada uno de los cuales posee su implemento particular, mientras que las versiones chinas más específicas dan diferentes cuentas sobre su número.

Avalokiteśvara es una deidad importante para el budismo tibetano y es considerado en las enseñanzas vajrayāna como un buda. En cambio, para las enseñanzas mahāyāna es visto más bien como un bodhisattva de elevado nivel. Se considera al Dalái Lama como la manifestación primaria en la tierra de Chenrezig por la escuela Gelugpa y muchas otras del budismo tibetano. La escuela Karma Kagyu, en cambio, considera al Karmapa como la manifestación primaria de Chenrezig. Se dice que Padmasambhava profetizó que Avalokiteśvara se manifestará a sí mismo en los linajes Tulku de los Dalai Lamas y de los Karmapas. Otra fuente tibetana explica que buda Amitābha dio a uno de sus principales discípulos, Avalokiteśvara, la tarea de hacerse cargo del cuidado del Tíbet. Ésta es la razón por la cual se maniesta no solo bajo la forma de maestros espirituales del Tíbet sino también bajo la forma de reyes (como Trisong Detsen) o ministros.

Otras manifestaciones populares en el Tíbet incluyen Sahasra-bhuja (una forma con mil brazos) y Ekādaśamukha (una forma con once rostros).

En el budismo tibetano, Tārā la Blanca actúa como la consorte y vigorizante de Avalokiteśvara/Chenrezig. Según la creencia popular, Tārā vino a la existencia de una simple lágrima derramada por Chenrezig. Cuando la lágrima cayó al suelo se formó un lago, y un loto que se abrió en el lago reveló a Tārā. En otra versión de esta leyenda, Tārā emergió del corazón de Chenrezig. En otra, es el fluir de la compasión de Chenrezig lo que se manifesta en Tārā como ser.

Avalokiteśvara tiene un sinnúmero de manifestaciones bajo diferentes formas. Algunas de las más frecuentemente mencionadas son:



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