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Bailout



En economía, un rescate financiero es el acto de prestar o dar capital financiero a una entidad (empresa, país o individuo) que se encuentra en peligro de bancarrota, para salvarlo de la quiebra, insolvencia, la liquidación o la ruina, o para permitir que una entidad quiebre sin producir contagio financiero. Las palabras utilizadas en el habla anglosajona son rescue (término de uso formal) o bailout (término coloquial peyorativo).[1]

El rescate puede ser hecho con fines de lucro, por ejemplo cuando un inversor resucita una compañía de futuro incierto mediante la compra de sus acciones a precios de ganga. También puede hacerse por interés social, como por ejemplo si un filántropo rico reflota una empresa de comida rápida no rentable en un país con problemas en la distribución de alimentos. También puede ser motivado por la necesidad de evitar un rescate mayor: por ejemplo, si el gobierno considera el transporte como esencial para la fluidez económica del estado, entonces protege las empresas de transporte (líneas aéreas, empresas petroleras, etc) mediante subsidios y préstamos a bajo interés.

De los numerosos rescates ocurridos a lo largo del siglo XX han surgido ciertos principios o lecciones:[2][3]

En 2002, el Banco Mundial hizo un estudio según el cual los rescates financieros cuestan un promedio de 13 % del PIB al país que los lleva a cabo.[6]

Ejemplos de rescates:[7]

Durante 2008-2011, los bancos irlandeses sufrieron una importante caída del precio de las acciones debido a la falta de liquidez a su disposición en los mercados financieros internacionales. En 2010, esta solvencia se está revelando como la preocupación más seria debido a los préstamos dudosos que se hicieron a promotores inmobiliarios.

Durante 1991-1992, la burbuja inmobiliaria de Suecia se desinfló, dando lugar a una severa crisis crediticia y la insolvencia bancaria generalizada. Las causas fueron similares a los de la crisis de 2007-2008. El gobierno de Suecia asumió las deudas de los bancos.[8]​ Este rescate inicialmente costó alrededor del 4 % del PIB de Suecia, más tarde bajó a menos del 2 % cuando los bancos nacionalizados fueron reprivatizados.

Véase también: Crisis de las hipotecas subprime.

Ejemplos de rescates en EE. UU. durante la crisis de 2008:[7]

Tras numerosas presiones y manifestaciones del pueblo islandés se decidió mediante referéndum no financiar la deuda de los bancos, llevándolos así al cierre de los que estaban siendo mal gestionados.



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