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Batalla de Telamón



¿Qué día cumple años Batalla de Telamón?

Batalla de Telamón cumple los años el 3 de marzo.


¿Qué día nació Batalla de Telamón?

Batalla de Telamón nació el día 3 de marzo de 225.


¿Cuántos años tiene Batalla de Telamón?

La edad actual es 1799 años. Batalla de Telamón cumplió 1799 años el 3 de marzo de este año.


¿De qué signo es Batalla de Telamón?

Batalla de Telamón es del signo de Piscis.


La batalla de Telamon fue un enfrentamiento entre la República romana y una alianza de galos el 225 a. C. Los romanos, liderados por los cónsules Cayo Atilio Régulo y Lucio Emilio Papo, derrotaron a los galos, para así ampliar su influencia en el norte de Italia.

Roma había estado en paz con las tribus de la Galia Cisalpina durante muchos años.[12]​ De hecho, cuando una fuerza de galos transalpinos cruzó los Alpes en 230 a. C.,[13]​ los romanos movilizaron un ejército, pero no tuvo que intervenir porque los boyos se ocuparon de repeler a los invasores.[14]​ Sin embargo, el hecho de que los romanos dividieran el territorio anteriormente galo de Picenum en 234 a. C.,[15]​ generó un fuerte resentimiento entre sus vecinos, los boyos y los ínsubrios.[16]​ Lo cierto es que la conquista de la región había empezado en el 295 a. C., cuando fueron derrotados en Sentino la más meridional de las tribus, los senones.[1]

En 225 a. C., los boyos y los ínsubrios[17]​ pagaron grandes sumas de dinero a los gesatas, mercenarios de la Galia Transalpina dirigidos por Aneroëstes y Concolitanus, para que se unieran a ellos en la lucha contra Roma.[18]​ Los romanos, alarmados por esta movilización celta, pactaron un tratado con el cartaginés Asdrúbal dándole el control sin restricciones de Hispania para así poder concentrarse en la amenaza más cercana.[19]

Debe entenderse que las tribus de la Cisalpina no eran un grupo étnico unificado.[20]​ El poderío de estas grandes tribus, boyos e ínsubrios, llevó a que otras más pequeñas, como los cenómanos, buscaran en Roma su protección.[21]​ La población de la región debía ser de un millón doscientos mil a un millón seiscientos mil habitantes.[22]​ Estos números son muy estimativos, pues ninguna cifra de la época representa a la población total.[23]

Los romanos llamaron a sus aliados en Italia para reclutar tropas.[24]​ El cónsul Lucio Emilio Papo tenía cuatro legiones, 22 000 hombres en total, además de 32 000 soldados de pueblos aliados (socii), estacionados mayoritariamente en Ariminum.[25]​ Situaron a 50 000 infantes y 4000 jinetes sabinos y etruscos[26]​ en la frontera etrusca bajo el mando de un pretor[27]​ (cifra posiblemente exagerada),[28]​ y enviaron 40 000 umbros, sarsinates, vénetos y cenómanos para atacar el territorio de origen de los boyos y distraerlos de la batalla.[29]​ El otro cónsul, Régulo, tenía un ejército del mismo tamaño que el de Lucio Papo,[25]​ pero estaba estacionado en Cerdeña.[30]​ En Roma había una reserva de 20 000 infantes y 1500 jinetes ciudadanos y 30 000 aliados a pie y 2000 a caballo,[31]​ y dos legiones de reserva en Sicilia y Tarento formadas por 8400 infantes y 400 caballos.[32]

Según Polibio, Roma y sus aliados contaban con 700 000 soldados de infantería y 70 000 de caballería.[33]​ Los latinos aportaban 80 000 infantes y 5000 jinetes, los samnitas 70 000 de los primeros y 7000 de los segundos,[34]​ los yapigios y mesapios 50 000 a pie y 16 000 montados,[35]​ los lucanos 30 000 y 3000, los marsos, marrucinos, frentanos y vestinos 20 000 y 4000,[36]​ romanos y campanios 250.000 y 23.000,[37]​ o 348.200 y 26.600.[38]

Los galos invadieron Etruria y comenzaron a marchar hacia Roma.[39]​ Las tropas romanas estacionadas en la frontera etrusca se encontraron con ellos en Clusium, a tres días de Roma, donde ambos ejércitos acamparon.[40]​ Esa noche, los galos, dejando a su caballería y sus fuegos de campamento como cebo,[41]​ se retiraron a la ciudad de Fiesole, protegidos por fortificaciones.[42]​ Por la mañana, la caballería gala se retiró a la vista de los romanos, siendo perseguida por éstos pensando que huían.[43]​ En pleno avance, los romanos recibieron el contraataque del ejército galo y éste, debido a la sorpresa y la ventaja de su posición,[44]​ salió victorioso tras una dura batalla. Seis mil romanos murieron y el resto se refugió en una colina donde intentó hacerse fuerte.[45]

Aquella noche llegó Lucio Emilio Papo[46]​ y acampó cerca.[47]​ Aneroëstes persuadió a los galos para que se retirasen a lo largo de la costa etrusca[48]​ con su botín para retomar la guerra más adelante, cuando aquel hubiera sido puesto en lugar seguro.[49]​ Papo les persiguió y acosó por la retaguardia pero sin arriesgarse a entablar batalla.[50]​ El otro cónsul, Régulo, se había trasladado desde Cerdeña, llegó a Pisa, y se dirigió hacia Roma.[51]​ Sus exploradores se encontraron con los galos cerca de las forrajeras de Telamón (la actual Talamona).[52]

Según Polibio cada cónsul disponía de 4 legiones romanas, contando con dos ejércitos de 20 800 infantes y 1200 jinetes[4]​ y 30 000 infantes y 2000 jinetes aliados itálicos[5]​ cada uno. Esto a llevado a eruditos modernos, como Duncan Head, a estimar que ambas fuerzas romanas contarían con aproximadamente un centenar de miles de efectivos.[6]​ Paul McDonnel-Staff dice que Atilio tendría 50 000 soldados y Papo 60 000.[53]

En cuanto a los celtas, Polibio habla de 50 000 infantes y 20 000 jinetes y carros,[54]​ pero Diodoro Sículo los eleva a 200 000.[8]​ Según McDonnel-Staff sólo había 20 000 boyos y tauriscios y 30 000 ínsubrios y gesatas.[53]

Régulo situó sus tropas en orden de batalla y avanzados,[55]​ en un intento de ocupar una colina sobre el camino por el que los galos tenían que pasar.[56]​ Los galos, sin darse cuenta de la llegada de Régulo, suponiendo que Lucio Emilio Papo había enviado algunos de sus jinetes como avanzada, decidieron enviar algunos jinetes e infantería ligera contra ellos para ocupar la colina,[57]​ pero tan pronto como vieron la estratagema del enemigo, desplegaron su infantería tanto delante como detrás.[58]

Los galos colocaron a los gaesatae e insubrios en la parte posterior contra Papo,[59]​ y a los boyos y tauriscios al frente, contra Régulo,[60]​ sus alas protegidas por los carruajes y carros y una pequeña fuerza que custodiaba el botín en otro cerro cercano.[61]​ La batalla por la colina principal fue feroz,[62]​ y aunque Papo envió la caballería para ayudar,[63]​ Cayo Régulo murió en el combate y su cabeza fue llevada a los dirigentes galos. Al final, sin embargo, la caballería romana logró la posesión del cerro.[64]

Los romanos, avanzando en ambas direcciones, lanzaron una lluvia de jabalinas, que devastó a los gaesatae,[65]​ vulnerables en la parte posterior[66]​ y que luchaban desnudos[67]​ con pequeños escudos.[68]​ Algunos se precipitaron violentamente contra el enemigo y fueron muertos. Otros se retiraron hasta el ejército, su retirada provocó un desorden entre sus aliados.[69]​ La jabalina romana obligó a retirarse al enemigo, y la infantería avanzó en manípulos. Los insubrios, boyos y tauriscios mantuvieron su posición con tenacidad,[70]​ pero los escudos y las espadas romanas fueron más efectivas en combate cuerpo a cuerpo que los escudos más pequeños de los galos y sus largas espadas, haciendo que los romanos se impusieran.[71]​ Finalmente, la caballería romana atacó por debajo de la colina en uno de los flancos de los galos. Su infantería fue sacrificada y la caballería gala se retiró.[72]

Alrededor de 40 000 galos murieron[9][10][11]​ y 10 000 fueron capturados, incluyendo a Concolitanus.[9]​ Aneroëstes escapó con un pequeño grupo de seguidores que se suicidó con él.[73]​ Lucio Emilio Papo llevó a cabo una expedición de castigo en contra de los boyos,[74]​ y más tarde utilizó el botín tomado en la ceremonia de su triunfo.[75][76]​ Según Paulo Orosio, los registros oficiales hablan de 3.000 romanos muertos,[7]​ pero historiadores modernos duplican esa cifra.[2]

Los boyos se rindieron después de una feroz campaña de castigo[77]​ de los cónsules Tito Manlio Torcuato y Quinto Fulvio Flaco al año siguiente.[78]​ Según Orosio, fueron los primeros en cruzar el río Po y dieron muerte a 23.000 ínsubrios y capturaron a otros 6.000.[79]

En marzo de 223 a. C.,[80]​ los cónsules Publio Furio Filo y Cayo Flaminio[81]​ marcharon contra los ínsubrios[82]​ con ayuda de los celtas anares y cenómanos, que se habían vuelto sus aliados.[83]​ Su ejército se componía de unos cuatro legiones romanas más una fuerza equivalente de latinos, campanios y umbros, en total, 40.000 hombres.[84]​ Fueron trasladados en mar desde Pisae[80]​ hasta Genoa, luego atravesaron los Alpes marítimos para seguir al interior.[84]

Los ínsubrios salieron a enfrentarlos en una batalla decisiva[85]​ con 50 000 guerreros[86]​ (cifra considerada exagerada).[87]​ El encuentro se dio al este de la actual Castelnuovo Bocca d'Adda. Los romanos, aunque sabían que los enemigos los superaban por mucho en número,[88]​ dejaron al otro lado del río Olgio a sus aliados celtas, temiendo que los traicionaran,[89]​ y derribaron los puentes.[90]​ También dejaron claro a sus legionarios que sólo podían vencer o morir.[91]​ Los cónsules formaron a su ejército con la orilla del río a sus espaldas, tan cerca que si retrocedían un poco los soldados entrarían en sus aguas.[92]​ Los romanos triunfaron porque se adoptaron la táctica de apuñalar al enemigo mientras rechazaban sus golpes con sus escudos,[93]​ en cambio, los celtas sólo podían lanzar tajos de arriba a abajo pues sus espadas no tenían punta.[94]​ Cayeron 9.000 celtas y se tomaron 17.000 prisioneros.[95]

Un año más tarde, los cónsules Marco Claudio Marcelo y Cneo Cornelio Escipión Calvo rechazaron la petición de paz de los ínsubrios.[96]​ Los celtas contrataron 30 000 gesatas[97]​ en el Ródano y se prepararon para resistir.[98]​ Acorde a Tito Livio, esta fue la primera vez que romanos cruzaron el Po[99]​ y asediaron Acerrae[100]​ pero los ínsubrios respondieron atacando a los anares y sitiando Clastidio.[101]​ Entonces Marcelo tomó parte de sus legiones y fue a ayudar a sus aliados,[102]​ encontrándose que los celtas levantaron el asedio y le presentaban batalla campal.[103]​ Ese día la caballería romana, sin ayuda, empujó a los celtas contra el Po,[104]​ muriendo muchos ahogados.[105]​ Los gesatas fueron aniquilados y su rey, Virdomaro, fue muerto por la espada de Claudio, quien luchó en primera línea.[106]​ Por su parte, Escipión tomó Acerrae y los ínsubrios se retiraron a Mediolanum, su capital[107]​ hasta entonces floreciente.[108]​ El cónsul la tomó por asalto y devastó el territorio.[109]

Finalmente, la tribu celta se rendía sin condiciones a Roma.[110]​ La Galia Cisalpina quedó bajo poder romano hasta la segunda guerra púnica[3]​ en 218 a. C.. Pasarían otros quince años hasta que Roma expulsara a los cartagineses de la zona y sería entre el 200 y 191 a. C. que reconquistaran la zona. Esta mantendría grados diversos de autonomía hasta su integración gradual pero definitiva durante el siglo I a. C..[1]​ Sería la expulsión de los boyos lo que dejaría grandes territorios disponibles, permitiendo la colonización latina del área.[111]​ Según el historiador militar estadounidense Aryeh Nusbacher, los celtas sólo hubieran podido triunfar si hubieran concentrado todas sus fuerzas en enfrentar a uno de los ejércitos consulares, de haberlo vencido podrían haberse enfrentado al segundo por separado.[112]



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