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Bibliógrafo



La bibliografía (del griego βιβλίο biblío: ‘libro’, y γράφω gráfo: ‘escribir’) es el estudio, descripción y clasificación de documentos, con objeto de producir la compilación de las fuentes documentales de un trabajo intelectual o un catálogo de obras sobre un tema específico. El término bibliografía hace mención expresa a libros, pero en la práctica los documentos pueden ser tanto manuscritos, impresos, digitales o audiovisuales, estén o no publicados.[1]​ También se denomina bibliografía a la propia compilación o catálogo de referencias bibliográficas.[2]

Podemos establecer una primera clasificación en función del tipo de uso que el escritor dio a las fuentes bibliográficas en la redacción de su obra:

Una definición menos tradicional y más actual de la bibliografía podría ser una disciplina que estudia textos bajo las formas de conocimiento registradas y sus procesos de transmisión, incluyendo su producción y recepción.

En un sentido más clásico y más restrictivo, la bibliografía se extiende como una visión de conjunto de todas las publicaciones en alguna categoría:

Una bibliografía intenta dar una visión de conjunto completa de la literatura (importante) en su categoría. Es un concepto opuesto al «catálogo de biblioteca», que sólo enumera conceptos que se pueden encontrar en una biblioteca. Sin embargo, los catálogos de algunas bibliotecas nacionales también sirven de bibliografías nacionales, ya que (casi) todas las publicaciones de tal país están contenidas en los catálogos.

Las bibliografías se pueden ordenar de diferentes maneras, de igual modo a los catálogos de biblioteca.

Las bibliografías anotadas ofrecen descripciones aproximadas de las fuentes, construyendo protocolos o argumentos, que son de gran utilidad para los autores. Creando estas anotaciones, generalmente unas cuantas frases, se establece un resumen que da pistas sobre la idoneidad de cada fuente antes de escribir una obra.


El lugar de donde se extrae la información es el documento que se va a describir, llamado «documento fuente», y dentro de este se establecen jerárquicamente las partes del mismo de donde se toman los datos. La más importante de las fuentes de información internas de un documento es la página titular o portada, que es una página interior impar en donde figura el autor, el título de la obra y el subtítulo además de, normalmente, el pie editorial (que consta de la localidad y el nombre del editor) acompañado, en ocasiones, del número de edición y la fecha de esta; no se debe confundir la portada con la encuadernación, que suele carecer de subtítulo y acostumbra a incorporar ilustraciones relacionadas con el tema de la obra. Entre la cubierta y la portada es común que se intercale la portadilla o anteportada, donde solo consta el título del libro sin subtítulo, y sin mención del autor de la obra. En caso de que el códice contenga anteportada, es esta la primera página que se halla impresa. Cuando el documento no tiene portada, la información se obtendrá de otras partes del libro o documento por el orden jerárquico que se indicará en la lista numerada que se incluirá a continuación. Las partes de donde obtener información del documento fuente según su importancia son las siguientes:[3]

Una vez definidas jerárquicamente las partes de donde se obtienen datos bibliográficos, para los que atañen a la responsabilidad autorial (responsable principal o autor; y responsables secundarios, como editor literario, traductor, prologuista), al título completo, al número de edición, pie editorial (es decir, localidad y editor) y fecha de publicación, la fuente prioritaria es la página titular o portada. Para el ISBN, primera edición, pie de imprenta (o sea, nombre del impresor, localidad y fecha de la impresión) y distribuidora, la fuente primordial es la página de derechos. Si un dato no se puede localizar en el lugar prioritario, se debe acudir al resto de las partes del libro en el orden en que se han consignado arriba y prevalecerá siempre el dato que, según esta jerarquía, alcance rango superior.

Las citas son las referencias de otros autores u obras incorporadas en el documento que se elabora.

Según la Sociedad Catalana de Comunicación (SCC), miembro del Instituto de Estudios Catalanes (IEC),[4]​ las citas textuales se escriben entre comillas cuando ocupan menos de tres renglones. La referencia se escribirá después de las comillas.

Si las citas son más largas de tres líneas, se escribirán en un párrafo independiente, sangrado 1 cm a la izquierda; el cuerpo de letra será un punto más pequeño que el del texto. (Si la letra del texto tiene 12 puntos, la cita tendrá 11 puntos). El interlineado tiene que ser sencillo.

La referencia de la citación va al final, antes del punto final.

Las supresiones de texto en las citas tiene que indicarse con tres puntos entre corchetes: […].

Cualquier referencia de otra obra debe ser reseñada convenientemente, ya sea en el pie de la página, o sino al final del capítulo o al final de la obra.

En la actualidad existen diversos normas de estilo bibliográficas: APA, Harvard, ISO, etc. Pero debemos considerar que el criterio adoptado es la normalización de la cita. Así, cada bibliografía debe respetar el estilo seleccionado (aun cuando fuese de creación personal) y continuarlo en todas las descripciones bibliográficas.



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