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Bicho palo



Los fásmidos (Phasmida o Phasmatodea, del griego antiguo: φάσμα phasma, aparición o espíritu) son un orden de insectos neópteros, conocidos comúnmente como insectos palo e insectos hoja, palote (Chile y Argentina), zacatón o campamocha (México), mata caballo (Colombia), mariapalito (Venezuela, Colombia, Ecuador, República Dominicana y Panamá) o bielus (en la población de Xerta, España), debido a su aspecto corporal; también son llamados mula del diablo (Costa Rica, Honduras) también son llamados "madre culebra".[1]

Hay descritas más de tres mil especies. Son un grupo especializado en el camuflaje (cripsis) con colores, formas y comportamientos extraordinarios que los confunden con la vegetación sobre la que habitan y de la que se alimentan.[1]

Entre los fásmidos se encuentran los insectos más pesados (Heteropteryx dilatata con 30-40 gramos de peso) y los más grandes (Phobaeticus chani con 35,7 cm de longitud). Son hemimetábolos y exopterigotos.

Por sus formas presentan tres tipos morfológicos principales:

En general, los insectos palo, como su nombre indica, tienen forma de ramita, lo que les hace pasar inadvertidos para muchos depredadores. No obstante, no es el único sistema que tienen estos insectos de defenderse de los enemigos.

Tanto los comúnmente llamados insectos palo como los insectos hoja pertenecen al orden Phasmida (=Phasmatodea), pero pertenecen a distintas superfamilias. La forma de hoja de estos animales se refuerza porque sus alas están adornadas con dibujos que recuerdan enormemente a las inervaciones que tienen las hojas de las plantas y porque sus patas están dotadas de expansiones laminares que se confunden con las de las propias hojas.

Viven generalmente sobre arbustos y árboles de los que se alimentan, presentando tanto homotipia como homocromía. Tanto si son ninfas como adultos, los insectos palo generalmente se refugian de sus depredadores escondiéndose entre la vegetación durante el día; por la noche es cuando tienen actividad y se alimentan o copulan. En ocasiones aprovechan brisas de aire para moverse o comer, aprovechando que al mismo tiempo se mueven algunas hojas y tallos de la planta sobre la que estén y así no llaman la atención demasiado.

Los estadios inmaduros o ninfas presentan generalmente morfología similar a la del adulto pero en miniatura. Para crecer realizan generalmente de 5 a 7 mudas (las hembras suelen hacer más mudas que los machos). En algunas especies la coloración varía durante las distintas etapas del crecimiento en función de varios factores (genéticos, ambientales, etc.) El ciclo de vida varía según las especies pero puede ser de varios meses hasta tres años.[2]

Aparte de su apariencia críptica, también cuentan con otros sistemas defensivos, como hacer ruido o tener estructuras con vivos colores, sus alas, que despliegan cuando se sienten amenazados, entre otros muchos. Además, se pueden desprender de sus extremidades (fenómeno denominado autotomía) cuando son capturados por un depredador y sujetados por este punto. Algo parecido a lo que ocurre en algunos reptiles como las lagartijas con la cola.

El ciclo vital de los fásmidos varía en función de la especie, habiendo casos en los que tan sólo dura entre 4 y 6 meses y otros en los que puede durar más de un año. En muchos casos se puede observar el espermatóforo que utiliza el macho para transferir los espermatozoides a la hembra durante el apareamiento. El tiempo de la cópula puede variar en función de la especie.

La mayoría de especies de insecto palo se pueden reproducir sexualmente y o por partenogénesis. En algunos casos, aunque la reproducción sexual sea lo común, también puede darse la partenogénesis si no hay machos, aunque probablemente esto hace que disminuya la variabilidad genética de la descendencia. Para algunas especies se desconoce si existen machos, ya que nunca se han observado, aunque lo más probable es que sí que los haya, aunque sean muy escasos.[1]

Ponen huevos provistos de una especie de tapadera, llamada opérculo, que se desprende en la eclosión para que la ninfa salga. Los huevos suelen ser similares a semillas y según la especie pueden variar en color, tamaño, forma, textura, dureza, etc.

Hay diferentes métodos de puesta según la especie; por ejemplo, en el caso de Extatosoma tiaratum, la hembra lanza los huevos y caen al suelo; otro caso diferente (Brasidas samariensis) es el de las especies en las que las hembras poseen epiprocto que utilizan para enterrar los huevos; y por último también se dan casos en los que los huevos son pegados en ramas u hojas, es el caso de Sipyloidea sipylus.

En Europa hay unas diecisiete especies de insecto palo descritas, pertenecientes a los géneros Bacillus, Clonopsis, Leptynia y Pijnackeria. También hay unas pocas especies más que habitan en Europa pero que son introducidas, como ocurre por ejemplo con un par de especies del género Acanthoxyla, que son originarias de Madagascar pero están presentes en el sur de Inglaterra.

En la península ibérica actualmente hay descritas trece especies y varias subespecies. Su ciclo biológico es anual, siendo activos únicamente durante los meses más calurosos (especialmente los géneros Leptynia y Pijnackeria), que suelen ser activos desde finales de primavera hasta principios de otoño.

Phyllium sp., de los Ghats Occidentales

Clonopsis gallica

Ctenomorpha chronus

Leptynia hispanica



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