Bora Bora es una de las islas de Sotavento, de las islas de la Sociedad, en la Polinesia Francesa. La verdadera ortografía de su nombre era Pora Pora ('primera nacida' en tahitiano). Se la llama también May ti pora ('creada por dioses').
Se trata de una isla del tipo atolón, con una zona central montañosa que está rodeada por una barrera de arrecife coralina y de islotes. Se encuentra en las llamadas islas de la Sociedad, que forman parte de la Polinesia Francesa; y se encuentra situada al noroeste de Tahití, unos 260 km al noroeste de Papeete, Tahití. También tiene a su alrededor diversos motus, que son pequeños islotes alargados que suelen tener cierta anchura y vegetación. Uno de los motus más bellos y fotografiados de la Polinesia es el motu Tapu, sobre todo antes de que un huracán se llevase parte de las lenguas de arena que tenía en sus extremos. En 2012 la población era de 9858 habitantes. Alberga el aeropuerto de Bora Bora.
Esta isla del archipiélago de la Sociedad es de dimensiones bastante reducidas: la isla principal sólo mide 8 km de norte a sur y 5 km de este a oeste; la superficie total de Bora-Bora, incluidos islotes, es inferior a 39 km². Bora Bora tiene una extensión de 29,3 km² en la isla central montañosa, que es un volcán extinto, a su vez rodeado por una laguna separada del mar por un arrecife. El punto más alto es el monte Otemanu, de 727 metros.
Bora-Bora se forma por un volcán apagado, rodeado por una laguna y una franja de arrecife. Su cumbre es el monte Otemanu (727 m) situado al centro del atolón; otra cumbre, el monte Pahia, sobre la isla principal, alcanza 661 metros de altitud.
La isla principal dispone de tres bahías abiertas sobre la laguna: la bahía de Faanui, la bahía de Tuuraapuo o bahía Povai al oeste, y la bahía Hitiaa al noroeste. La bahía de Tuuraapuo separa la isla principal de dos islotes de naturaleza volcánica: Toopua y Toopua-iti.
Unos arrecifes en forma de collar, de coral, rodean la isla central y la protegen del mar abierto como si fuese un dique. Se trata de un arrecife-barrera, que sólo presenta una apertura sobre el océano: el paso de Teavanui, situado al oeste de la isla principal, que permite a la mayoría grandes buques de carga y a los cruceros el poder entrar en la laguna. Deben, no obstante, permanecer en un canal ya que fuera de este, gran parte del agua de la laguna es poco profunda. El arrecife-barrera es muy amplio en algunos de sus tramos, donde supera dos kilómetros de anchura al suroeste de la isla. Al este y al norte de la isla, el arrecife soporta una serie de islotes constituidos por ruinas coralinas y arena (los motu). Precisamente, sobre uno de ellos que se sitúa al norte, el Motu Mute, es donde el ejército estadounidense construyó una importante base aérea durante la segunda guerra mundial, y que actualmente se ha convertido en el aeropuerto de Bora-Bora.
La laguna, muy abundante en pesca, es notable por su amplitud y su belleza. Su color varía con la profundidad: añil oscuro cuando ésta es importante (paso Teavanui, bahías de Poofai y Faanui), todos los matices pastel del azul y del verde en otras partes. Los corales, cuando están muy cerca de la superficie, junto con la fauna que los coloniza, llegan a lucir una gran variedad de colores: yema de huevo, rojo, azul o púrpura.
Bora-Bora forma parte de un conjunto de islas volcánicas vinculadas a la actividad de una zona peligrosa. Se trata de un volcán apagado, que fue activo en el Plioceno Superior (entre 3,45 y 3,10 millones de años), que después sufrió una depresión al menos parcial y una fuerte erosión bajo un clima tropical caliente y húmedo. La bahía de Tuuraapuo fue el cráter principal del volcán, cuyo desplomado borde suroeste, tan solo subsiste todavía en los islotes o «motu» Toopua y Toopua-iti, que culminan respectivamente a 148 m y 17 m, de altitud. las rocas volcánicas son de tipo basáltico (esencialmente de los basaltos alcalinos y algunos hawaiites, así como algunas intrusiones de gabbro, sobre todo en el islote Toopua). Proceden mayoritariamente de vaciados, siendo muy raros los episodios explosivos.
La capital de la isla es Vaitape. El atolón de Tupai, cercano e inhabitado, es una dependencia administrativa de Bora-Bora.
Bora-Bora es un municipio también, que comprende la isla de Bora-Bora, y el atolón de Tupai. Está formada por 3 municipios asociados: Nunue, Faanui (al cual está vinculado Tupai) y Anau. El alcalde de Bora-Bora es Gaston Tong Sang desde el 9 de julio de 1989.
Hoy en día la isla es casi totalmente dependiente del turismo. En los últimos años varios centros turísticos se han construido en los islotes del arrecife (motu) que rodea la laguna. En los años 80, el Hotel Bora Bora construyó los primeros over-the-water («sobre el agua»), casitass sobre pilotes en la laguna y en la actualidad este tipo de edificaciones es una característica estándar en la mayoría de los complejos de Bora Bora. La calidad de las casitas oscila de comparativamente baratos, con las condiciones básicas de alojamiento a lugares muy lujosos. La mayoría de los destinos turísticos son aquacéntricos, sin embargo, es posible visitar otras atracciones, como algunos cañones de la Segunda Guerra Mundial. Air Tahití tiene cinco o seis vuelos diarios al aeropuerto de Bora Bora Motu Mute en Tahití (así como a otras islas).
Llamada «la perla del Pacífico», es una de las islas que más se visitan en la Polinesia Francesa. Es también considerada como una de las 10 islas más bonitas del mundo. Cada año, Bora-Bora ve desembarcar a aproximadamente 20 000 turistas. Una presión que la isla parece controlar puesto que, en París en noviembre de 2007, recibió el premio de «Marianne d'Or», recompensando su acción en la protección del medio ambiente. Bora-Bora fue distinguida en 2012 y 2013 por la bandera azul de Europa por quinto año consecutivo gracias a sus esfuerzos en cuanto a gestión del agua (desalación del agua, saneamiento colectivo de las aguas residuales de los hoteles y particulares) y conservación del medio ambiente. Se creó un centro de observación de la vida marina orientado a las tortugas en 2011.
Bora-Bora es tan famosa como lo es Tahití. La isla es el símbolo del turismo polinesio y su notoriedad irradia a través de los continentes. Para muchos, es la encarnación del paraíso terrenal haciendo de ella un destino predilecto para las lunas de miel.
Aunque el francés y el tahitiano son las principales lenguas habladas por sus habitantes, las personas en contacto con los turistas en general tienen algún conocimiento de inglés. La mayoría de los visitantes a Bora Bora son estadounidenses, australianos, japoneses o europeos.[cita requerida] El transporte público en la isla es inexistente. El alquiler de coches y las bicicletas son el sistema recomendado para el transporte. También hay visitas en helicóptero, y alquiler de coches todoterreno o catamaranes en Vaitape. El snorkeling y el buceo en los alrededores de la laguna de Bora Bora son actividades populares. Muchas especies de tiburones y rayas habitan en la franja de agua que rodea la isla. Hay operadores de buceo que ofrecen inmersiones para observar los peces y ver como se alimentan los tiburones. Además de los islotes existentes en Bora Bora, hay una zona nueva artificial en la esquina noreste de la laguna en la propiedad del St. Regis Resort.
Su clima es tropical marítimo con lluvias monzónicas de verano. Las lluvias son abundantes y ocurren principalmente entre noviembre y abril, en el verano meridional o austral. Predomina el tiempo cálido durante todo el año.
Según cuenta una leyenda, Bora Bora habría sido la primera isla extraída del océano después de la creación de Havai'i (conocida actualmente como Raiatea), de ahí su nombre, que se debe pronunciar Pora Pora y que habría significado: nació el primero. Bora Bora sería así la segunda isla colonizada por el pueblo polinesio oriental, después de la primera que sería la isla de Raiatea.
Ningún yacimiento arqueológico de Bora Bora es hoy por hoy tan antiguo como los de Maupiti y Huahine (alrededor del año 900 de nuestra era). Se considera que puede ser que los primeros pueblos polinesios se instalaron sobre aquella época, y que procedían de las islas de Samoa y/o de Tonga. Según las excavaciones arqueológicas efectuadas en otras islas del archipiélago de las Islas Marquesas, cabe también la posibilidad de que los primeros pobladores se instalaran sobre el siglo IV, antes de que llegaran a poblar toda la Polinesia oriental; pero nuevos resultados podrían poner en entredicho esta teoría y poner de manifiesto que, como sostiene la tradición, la cercana isla de Raiatea fuese el primer centro de dispersión de los polinesios orientales.
La hipótesis de las migraciones austronesias, desde el Sudeste asiático es apoyada por numerosas pruebas lingüísticas, biológicas y arqueológicas. Por ejemplo, las lenguas de las Fiyi y de Polinesia pertenecen al mismo subgrupo oceánico, el Fiyi-polinesio, que forma parte de la gran familia de las lenguas austronesias. Esta migración, a través de varios centenares de kilómetros de océano, fue posible por el empleo de piraguas a balancín que podían alcanzar varias decenas de metros de longitud y transportar familias, plantas con cepellón en cestas y animales domésticos. Así pues, en 1769, James Cook observa en Tahití un barco de 33 metros de longitud, pudiendo navegar a vela o con remos. En el año 2010, una expedición sobre una piragua simple a balancín y a vela efectuó con éxito el viaje de asentamiento a la inversa, de Tahití a Asia. En cualquier caso, se puede pensar que los primeros habitantes de Bora Bora habían llevado con ellos, como en otros archipiélagos polinesios, el perro, el cerdo, el pollo, la rata y distintas plantas útiles que sabían cultivar. Los restos que historiadores y arqueólogos han hallado también ponen de manifiesto que también sabían extraer parte de los recursos del mar y que eran expertos en el arte del tallado de la piedra para fabricar herramientas. Lo que parece que sí llegaron a olvidar fue el arte de la alfarería, que había sido conocido por sus lejanos antepasados: los polinesios occidentales.
Se trata de una isla pequeña pero, que a la vez, fue una potencia religiosa y bélica. La historia de Bora-Bora se caracteriza por la rivalidad de dos clanes, el primero situado en el entorno de Faanui, que agrupaba las familias adjuntas al lugar de culto de los dioses polinesios o «marae» de Farerua; y el segundo que agrupa a las familias de Nunue y Anau, en torno al «marae» Vaiotaha. Este marae de Vaiotaha fue por otra parte durante mucho tiempo uno de los más importantes centros religiosos de la Polinesia.
Bora-Bora por otra parte también se caracterizaba por la rivalidad con la isla de Raiatea por la hegemonía del poder religioso. Hasta un determinado tiempo, se distingue un determinado paralelismo de las instituciones entre Bora Bora y Raiatea, que hace pensar que las dos islas ejercen conjuntamente el poder religioso y político sobre las otras Islas de Sotavento. Sin embargo, es Raiatea la que termina por ser el centro del poder religioso, en detrimento de Bora-Bora. Por otro lado, la isla de Bora-Bora conserva un poder bélico especialmente potente, que se expresa a la vez en guerras internas entre los clanes bora-borenses y en guerras externas con los habitantes de las islas rivales.
El explorador neerlandés Jakob Roggeveen hace la primera mención documentada de la isla en 1722. James Cook lo indica en 1769 y en 1777.
Es un antiguo Estado polinesio del siglo XIX, anexado en 1895 a Francia, por la voluntad de la última reina Teriimaevarua III y de los principales jefes del reino.
En el siglo XVIII, surge un gran jefe, llamado Puni (Teihotu Matarua), quien consiguió dominar los otros clanes de la isla de Bora-Bora. Se alió a continuación con los líderes de la isla de Tahaa (ubicada entre Bora Bora y Raiatea). Con esta alianza, alcanzó a dominar las islas Raiatea, Tahaa y Maupiti. En 1769, cuando James Cook desembarca en Tahaa y Raiatea, las islas ya están bajo la soberanía de Puni. A la muerte de Puni, su sobrino Tapoa I, jefe supremo de Bora-Bora, Raiatea y Tahaa, se instala en Raiatea, dejando así el poder local de Bora Bora a los caudillos May y Tefaaora, originarios de los poblados de Nunue y Anau, y adjuntos al Marae de Vaiotaha.
En los años 1810, el jefe May y 262 guerreros belicosos se alían con Pomare II, de Tahití, en su lucha contra el clan tahitiano de Teva. En 1815, la batalla de Fe'i Pi a Punaauia (en la isla de Tahití) significa la victoria del partido protestante (Pomare II que se convierte en 1812) contra el partido tradicionalista. El cristianismo se convierte así la religión de los vencedores, y a su vuelta a Bora Bora en 1816, los guerreros de Bora Bora que lucharon en Tahití comparten su conocimiento de esta nueva religión con el resto de la población. El éxito fue tal que en 1818, los habitantes de Bora Bora reclaman a los misioneros de las islas de Moorea y de Huahine libros evangélicos y pastores protestantes para enseñar la nueva religión. El reverendo Orsmond visita por primera vez la isla este mismo año, y se instala en Bora-Bora en 1820. El 12 de mayo de 1820, Tamatoa III, jefe de Raiatea, instaura un código de obediencia misionero compuesto de 25 artículos que se inspiran en el código de Tahití (el código Pomare) y prevén los métodos de aplicación de la justicia. El mismo año, el jefe May introduce este código legislativo en Bora-Bora y lo extiende a Maupiti. En 1822, la iglesia de Bora-Bora se inaugura en Vaitape, en el distrito de Nunue.
Al final de los años 1820, una gran parte de la población de Bora-Bora se adhiere al movimiento Mamaia. Este movimiento milenarista, nacido en la isla de Raiatea, fusiona las antiguas creencias y la nueva religión y pone en entredicho la autoridad de los misioneros protestantes. Cuando en 1826, se rechaza a los principales líderes de este movimiento de Raiatea, la herejía se propaga en todas las Islas de Sotavento, incluida Bora-Bora. La secta Mamaia gana tal influencia sobre Tahaa y Bora-Bora que en loa años 1830 estas dos islas se alían para comprometerse en una guerra contra las de Raiatea y Huahine, las cuales permanecían fieles a los misioneros. El Jefe Tapoa II, responsable de la alianza y gran jefe de Tahaa fue sin embargo derrotado, y su esposa Pomare IV, reina de Tahití, se separa de él en 1831. Tapoa II se traslada y se instala entonces en Bora-Bora como gran jefe de la isla, a petición de los clanes May y Tafaaora. Tapoa II permanece, sin embargo, en buenos términos con su exesposa Pomare IV, e incluso, en 1841, adopta a una de sus hijas, Teriimaevarua, que designa como heredera.
Cuando en 1842, el reino de Tahití se coloca bajo el protectorado de Francia, Bora-Bora no fue incluida y no sufrió tampoco los desórdenes que provocaron. Sin embargo, Bora Bora se aprovecha de las repercusiones del asunto Pritchard, puesto que, para poner fin a la disputa franco-británica, el rey francés Luis Felipe ratifica el Convenio de Jarnac del 19 de junio de 1847, que reconoce la independencia de las Islas de Sotavento, entre las que se halla Bora-Bora. Las dos grandes potencias coloniales se comprometen a no tomar posesión de dichas islas, ni incluso a colocarlas bajo protectorado. Es, pues, sobre una isla independiente que Tapoa II reina hasta su muerte en 1860.
Bajo el reino de Teriimaevarua II, la situación internacional se modifica. En efecto, el convenio de Jarnac, garantizando la independencia de las Islas de Sotavento, sólo compromete a sus dos signatarios, Francia y Gran Bretaña. Ahora bien, a partir de 1878, Alemania parece interesarse de cerca por las Islas de Sotavento. En 1879, los alemanes intentan establecer alianzas con Raiatea y Bora-Bora. Las dos islas se niegan, y Teriimaevarua II informa al Gobierno francés de la tentativa alemana. Para Francia, se vuelve urgente derogar el convenio de Jarnac, con el fin de impedir la instalación de una potencia rival a las puertas de su colonia, tanto más que con la perspectiva de un futuro canal de Panamá, que haría que la posición de las Islas de la Sociedad se volviera estratégica. Para hacer frente a las tentativas alemanas, Raiatea y Tahaa solicitan por otra parte la protección de Francia en 1880. Entre 1880 y 1887, estas dos islas se colocan bajo el protectorado provisional de Francia. En primer lugar, los jefes de clanes y la Reina de Bora-Bora se declaran por su parte listos para aceptar el protectorado francés, pendiente de un acuerdo con los británicos. Más tarde, serán hostiles a un cuestionamiento de su independencia por parte de Francia. Durante este tiempo, Francia e Inglaterra negocian la derogación del convenio de Jarnac, que ocurre en octubre de 1887. Esto conlleva la anexión de las Islas de Sotavento por parte de Francia, el 19 de marzo de 1898, y Bora-Bora deja de ser independiente y se convierte en un territorio francés. Es necesario, sin embargo, destacar que contrariamente a los habitantes del antiguo reino de Tahití, a los habitantes de Bora-Bora no se les concede la ciudadanía francesa. Como los otros habitantes de las Islas de Sotavento, los isleños pasan a ser sujetos al régimen del indigenado.
Durante la Segunda Guerra Mundial, y para hacer frente a la invasión japonesa durante la Guerra del Pacífico (1937-1945), el ejército estadounidense instala una base militar sobre la isla, bajo el nombre de «Operación Bobcat». A partir de 1942, cerca de 5000 militares y servicios auxiliares apoyados por una fuerza militar de nueve buques, y disponiendo de 20.000 toneladas de material, toman posesión de la isla aprovechando su ubicación estratégica y su forma especial que permite una fácil defensa gracias a sus características naturales. Durante este período, los estadounidenses arreglan la isla: construcción de una pista de aterrizaje sobre el Motu Mute, modernización de la red de carreteras, base de hidroaviones, adaptación de los muelles de Vaitape, creación de una planta generadora de energía eléctrica. La isla es fortificada y en ella se instalan 7 potentes cañones de defensa costera (todavía visibles) así como antiaérea, en lugares estratégicos alrededor de la isla para protegerla contra un potencial ataque militar japonés. La pista aérea fue la mayor de la Polinesia. Sin embargo, la isla no asistió a ningún combate en su territorio dado que la presencia estadounidense en la isla de Bora Bora y los avances aliados permitieron el alejamiento de los frentes de guerra. El cierre oficial de la base militar de Bora Bora se efectuó el 2 de junio de 1946. A pesar de todo, a muchos estadounidenses les gustó su experiencia en la isla de Bora Bora, y el pueblo que los había acogido, y algunos decidieron permanecer y otros regresaron más tarde como turistas, y constituyen aún hoy una parte importante de su clientela. Desgraciadamente esta apertura al exterior de Bora-Bora pudo desvirtuar la isla: Inmigración de población, saturación en la construcción de hoteles, pérdida de identidad, hay quien opina que la isla perdió «su autenticidad original de antes de la guerra», y que se puede seguir viendo en otras islas como Riaiatea o Tahaa por ejemplo.
Al final de la guerra, y con la resolución del gobierno francés del 24 de marzo de 1945, los habitantes de Bora-Bora obtienen la ciudadanía francesa. A partir de 1958, la pista del aeropuerto construida por los estadounidenses permite la apertura de una conexión París-Bora Bora. Esta nueva línea aérea permite la llegada de los primeros turistas a la isla. Pero es la transformación de la pista, así como de la consiguiente apertura en 1961 del aeropuerto internacional Tahití Faa'a, en la isla de Tahití, lo que va de verdad a permitir el desarrollo del turismo de masas en Bora-Bora. El primer hotel abre el mismo año, en el sur de la isla. El 17 de mayo de 1972, Bora-Bora accede al estatuto de municipio. Esta nueva existencia jurídica y administrativa es una etapa esencial para el desarrollo de la isla.
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