Brihuega es un municipio y localidad española de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. El término municipal, atravesado por el río Tajuña, cuenta con 2465 habitantes (INE 2017) y comprende dieciséis entidades de población.
El escudo heráldico que representa al municipio fue aprobado oficialmente el 9 de diciembre de 1986 con el siguiente blasón:
La bandera que usa el ayuntamiento, que no está aprobada oficialmente, es un paño rojo de proporciones 2:3 con el escudo cargado en el centro.
La villa de Brihuega, capital del municipio, está situada a una altitud de 876 m sobre el nivel del mar.río Tajuña, en la comarca de La Alcarria. Está a 32 km de la capital provincial.
y se alza sobre un altiplano en la vega delLa extensión de su término es considerable, pues además del núcleo principal engloba los lugares o entidades menores de Archilla, Balconete, Castilmimbre, Cívica, Fuentes de la Alcarria, Hontanares, Malacuera, Olmeda del Extremo, Pajares, Romancos, Tomellosa, Valdesaz, Villaviciosa de Tajuña y Yela.
En el valle del Tajuña, aguas arriba de la localidad (al noreste), se encuentra el lugar de interés comunitario «Quejigares de Barriopedro y Brihuega», que comprende territorio del municipio de Brihuega y en menor medida de los de Barriopedro y Valderrebollo, con formaciones boscosas de Quercus faginea.
Su origen se encuentra en un poblado celtibérico llamado Brioca, de donde derivó a su actual nombre. El rey Al-Mamún de la taifa de Toledo apreciaba esta zona por sus ricos cazaderos, al punto que alojó en su palacete de Brihuega a su amigo Alfonso, rey de León, cuando en 1072 este fue derrotado en la batalla de Golpejera por su hermano Sancho II de Castilla y expulsado de su reino. La localidad fue una plaza estratégicamente relevante de cara a las campañas para la toma de Toledo por los cristianos, que cristalizaron en 1085.
Alfonso VI no tardaría en hacerse, aquel mismo año, con el Reino de Castilla y conquistar después para sí, ya en 1085, todo el valle del río Tajuña. En 1086 cedió Brihuega al arzobispo Raimundo de Toledo, primer constructor de la fortaleza que preside el valle del Tajuña. Durante mucho tiempo la villa estuvo rodeada de murallas, que concluyó ya en el siglo XIII el también arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, quien en el año 1242 concedió fuero a Brihuega. La localidad vivió su mayor esplendor en el segundo tercio del siglo XIII.
Durante los siglos XVI y XVII se habría producido una significativa migración de briocenses a la ciudad mexicana de Puebla. En 1615 se fundó el monasterio de Santa Ana. Por distintas circunstancias históricas ha sido escenario de importantes acontecimientos bélicos. En diciembre de 1710 fue asaltada por las tropas de Felipe V, comandadas por el duque Luis José de Vendôme en un acontecimiento militar trascendente en el desarrollo de la Guerra de Sucesión, en las batallas de Brihuega y Villaviciosa. Las tropas británicas del general James Stanhope hubieron de capitular.
A mitad del siglo XVIII se fundó en la localidad la Real Fábrica de Paños. Aunque fue una de las instalaciones industriales más prestigiosas del país, en 1835 cerró sus puertas, si bien su uso continuó en manos privadas hasta la Guerra Civil Española.
Durante las reformas territoriales que se plantearon durante el trienio liberal, se llegó a considerar a Brihuega como una candidata, junto a Cifuentes, para la capitalidad provincial, por su mayor centralidad, en detrimento de Guadalajara, desestimándose sin embargo tal posibilidad.
Las lluvias caídas los días 5 y 6 de septiembre de 1877 provocaron una gran inundación, que destruyó alrededor de cincuenta casas y el convento de las Bernardas.
A inicios del siglo XX llegó el cine a la localidad. Desde el inicio de la guerra civil española, los cenetistas instauraron el comunismo libertario en Brihuega, cuyas calles y términos fueron escenario, en marzo de 1937, de la batalla de Guadalajara, que supuso una importante victoria del Ejército Popular Republicano frente a las tropas sublevadas y sus aliados, en este caso fundamentalmente tropas italianas. Durante la contienda, en 1938, desapareció el códice medieval del Fuero de Brihuega, que había sido estudiado a finales del siglo XIX por Juan Catalina García.
En los años 1964 y 1965, la Promotora Briocense de Jesús Ruiz Pastor construyó la plaza de toros.Hare Krisna adquirieron una finca en el municipio, a la que denominaron Nueva Vrajamandala y donde instalaron una comunidad. En 2022 reapareció el fuero desaparecido durante la guerra civil, y se entregó al alcalde.
En 1979, miembros del movimientoEl municipio, que tiene una superficie de 296,41 km²,INE con 2465 habitantes y una densidad de 8,32 hab./km².
cuenta según el padrón municipal para 2017 del
Población de derecho (1842-1897, excepto 1857 y 1860 que es población de hecho) según los censos de población del siglo XIX. Población de derecho (1900-1991) o población residente empadronada (2001 y 2011) según los censos de población del INE.
· Entre el censo de 1960 y el de 1970 el tamaño del municipio crece al incorporar a Archilla, Balconete, Castilmimbre, Fuentes de la Alcarria, Olmeda del Extremo, Pajares, Romancos, Tomellosa y Valdesaz.
· Entre el censo de 1970 y el de 1981 el tamaño del municipio crece al incorporar a Hontanares y Yela.
Población según el padrón municipal de 2017 del INE.
En 1973 el casco histórico de Brihuega fue declarado conjunto histórico-artístico, comprendiendo los principales monumentos de la ciudad. En Brihuega hay tres iglesias del siglo XIII: la iglesia de San Felipe, la iglesia de San Miguel y la iglesia de Santa María de la Peña. También quedan restos de la antigua iglesia de San Simón
Existen tramos de la antigua muralla que envolvía a la localidad, quedando aún en pie dos de sus puertas: el arco de Cozagón y la puerta de la Cadena. Al sur se yergue el castillo de Brihuega, cuyo interior ha servido de cementerio. Próximos se encuentran la plaza de toros de Brihuega, cuyo arquitecto fue Ambrosio Arroyo, y el convento de San José, hoy día un espacio expositivo. Otro de los edificios a destacar de la localidad es la Real Fábrica de Paños del siglo XVIII.
En las afueras quedan restos del Palacio de Ibarra.
El rollo o picota, del siglo XVI, es de granito, de fuste alto y cilíndrico, con basa de granito. Indicaba que Brihuega tenía el carácter de villa y, por ello, con jurisdicción propia. Fue en 1212 cuando el arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada dio derecho de fuero a la villa, testimoniado por la presencia del rollo a la entrada de la villa; da a los judíos el mismo trato que al resto de pobladores de cualquier otra condición que habitaran Brihuega: todos los omnes que moraren en briuega o en su término, xristianos e judíos e moros, todos ayan un fuero. [fuente cuestionable]
Puerta de la Cadena
Iglesia de Santa María de la Peña
Arco de Cozagón y murallas
La localidad es mencionada en Viaje a la Alcarria (1956), de Camilo José Cela.
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