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Buyíes



Emirato dependiente del Califato Abasí
(de facto, un estado independiente)

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Los Búyidas (en persa, آل بویه‎, Āl-e Buye; caspiano: Bowyiyün), también conocidos como Buyíes o en inglés como Buwaihids o Buyyids, fueron una dinastía irania chiita[4][5][6][7][8]​ que era originaria de Daylam. Fundaron una confederación que controló la mayor parte de lo que hoy es Irán e Irak en los siglos X y XI.

Los fundadores de la confederación búyida fueron ‘Alī ibn Būya y sus dos hermanos menores, al-Hassan y Ahmad. ‘Alī ibn Būya había servido primero en calidad de soldado al señor daylamó Makan ibn Kaki,[9]​ antes de pasarse a las filas del iraní Mardavij, señor ziyárida de Tabaristán y familiar de los vecinos señores de Gilan,[10]​ región aledaña a Dailam. A ‘Alī se le unieron luego sus dos hermanos. En 932, 'Ali recibió como feudo Karaj y gracias a ello pudo reclutar un ejército propio con gentes de Dailam. La autonomía de ‘Alī impelió a Mardavij a intentar matarlo, pero el visir de este comunicó los planes de su señor a aquel. Los hermanos buyíes huyeron entonces a Fars con cuatrocientos de sus seguidores dailamitas,[11]​ y se apoderaron de Arrajan.[12]​ Los hermanos y el general abasí Yaqut se disputaron la región, que lograron conservar los primeros.[9]​ Esta victoria les permitió acometer la conquista de la capital provincial, Shiraz.[13]

‘Alī pactó con los terratenientes de Fars, entre los que se contaba la familia Fasanjas, de la que más tarde surgieron destacados funcionarios que sirvieron a los búyidas. Reclutó también más tropas, algunas turcas encuadradas en la caballería. Luego envió a Ahmad a Kermán, aunque este no pudo apoderarse de la provincia y tuvo que replegarse, ante la denodada resistencia de los baluchis y los qaf.[14]​ Mardavij, que deseaba derrocar al califa abasí de Bagdad y restaurar el imperio iraní zoroástrico, arrebató a los abasíes Juzestán y sometió a ‘Alī a su autoridad.[15]​ Por suerte para los buyíes, Mardavij fue asesinado poco después, en el 935, lo que desató el caos en los dominios ziyáridas, coyuntura que aprovecharon los hermanos buyíes: ‘Alī y Ahmad se apoderaron de Juzestán, mientras que Hasan hacía lo propio con la capital ziyáridas Ispahán y en 943 conquistaba Rayy, en la que fijó su capital; con esta conquista, se adueñó del todo el Jibal. En 945, Ahmad penetró en Irak y sometió vasallaje al califa; adoptó entonces el laqab Mu'izz ad-Dawla («Restaurador del Estado»), ‘Alī el de Imād al-Dawla («Soporte del Estado») y Hasan el de Rukn al-Dawla («Pilar del Estado»). A partir del 934, los tres hermanos dedicaron los siguientes nueve años a apoderarse del califato Abasí. Al tiempo que aceptaban la autoridad titular del califato de Bagdad, los gobernantes búyidas asumieron el control efectivo del estado.

Las primeras décadas de la confederación búyida estuvieron caracterizadas por grandes conquistas territoriales. Además de Fars y Jibal, que fueron conquistadas en los años 930, y del centro de Irak, que se sometió en 945, siendo califa Al-Mustaqfi, los búyidas tomaron Kermán (967), Omán (967), la Yazira (979), Tabaristán (980) y Gorgan (981).

Después de esto los búyidas entraron en lenta decadencia: algunas partes de la confederación se independizaron de hecho gradualmente con sus propias dinastías regionales.[16]

El siglo durante el cual gobernaron los búyidas, junto con el auge de otras dinastías iraníes en la región, representa un período en la historia de Irán a veces llamado el "Intermedio Iraní" pues fue un interludio entre el gobierno de los árabes abasíes y los turcos selyúcidas.[17]​ De hecho, como iranios dailamitas los búyidas conscientemente revivieron los símbolos y prácticas de la dinastía sasánida persa.[18]​ De hecho, a partir de 'Adud al-Daula usaron el antiguo título sasánida de Shahanshah (en grafía persa, شاهنشاه), literalmente rey de reyes.[19][20]

La confederación búyida fue dividida y gobernada por múltiples miembros de la dinastía. Ellos nominalmente reconocían la soberanía de los califas de Bagdad, quienes en realidad no tenían poder temporal dentro del estado. El título usado por los gobernantes búyidas fue emir, lo que significa gobernador o príncipe. Generalmente uno de los emires era reconocido como principal respecto al resto; este individuo usaba el título de amīr al-umarā,[20]​ o emir senior. Aunque el emir senior era la cabeza formal de los búyidas, usualmente no tenía ningún control significativo fuera de su propio emirato personal; cada emir disfrutaba de un alto grado de autonomía dentro de sus propios territorios. Como se ha señalado anteriormente, algunos de los más fuertes emires usaron el título sasánida de Shāhanshāh. La sucesión de poder era hereditaria, con padres dividiendo su tierra entre sus hijos.

El ejército búyida consistía de sus compatriotas dailamitas iranios, quienes sirvieron como soldados de infantería y de caballería turca que tenía un importante papel en el ejército abasí. Los dailamitas y turcos a menudo peleaban entre sí en un intento de ser la fuerza dominante dentro del ejército.[21]​ Para compensar a sus soldados los emires búyidas les entregaban un iqtá, los derechos a un porcentaje de los impuestos de una provincia, aunque la práctica de pago en especie también se usó frecuentemente.[22]

Como la mayor parte de los dailamitas de la época, los búyidas eran originariamente zaidíes. Después de tomar el poder en Irán e Irak, sin embargo, comenzaron a acercarse a los imamíes, posiblemente debido a consideraciones políticas.[23]​ De hecho, los búyidas rara vez intentaron forzar un punto de vista religioso particular sobre sus súbditos excepto cuando se trataba de asuntos donde serían políticamente expeditivos. Los abasíes suníes conservaron el califato, aunque se vieron privados de todo poder secular. Además, para prevenir tensiones entre los chiitas y los sunitas dentro de las agencias gubernamentales, los emires búyidas ocasionalmente nombraban a cristianos para altos cargos en lugar de musulmanes de cualquiera de las dos sectas.[24]

A mediados de los años 1000, los emiratos búyidas gradualmente cayeron ante los gaznávidas y los turcos selyúcidas. En 1055, Tughrul conquistó Bagdad, la sede del califato, y expulsó al último gobernante búyida. Como los búyidas, los selyúcidas mantuvieron el califato Abasí como gobernante titular.[25]

Generalmente, los tres emires búyidas más poderosos en cualquier época fueron los que controlaban Fars, Jibal e Irak. A veces un gobernante llegaría a controlar más de una región, pero ninguno de ellos ejerció control directo sobre las tres regiones.

Dailámidas de Fars

Poder en Fars asumido por el Jefe kurdo Shabankara Fadluya

Dailámidas de Rayy

A los gaznávidas.

Dailámidas de Irak

A los selyúcidas.

No era infrecuente que los hijos menores fundaran líneas colaterales, o que miembros búyidas individuales controlaran una provincia y empezaran a gobernar allí. Nota: la siguiente lista está incompleta.

Búyidas de Basora

A los búyidas de Fars.

Búyidas de Hamadán

A los Kakúyidas.

Búyidas de Kermán

A los búyidas de Fars.

Búyidas de Juzestán

A los búyidas de Fars.





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