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Círculo de Jena



El Círculo de Jena, románticos de Jena o primer romanticismo alemán (en alemán original Jenaer Frühromantik) se constituyó entre 1797 y 1802[1]​ o 1804,[2]​ y designa el primer periodo del movimiento romántico en Alemania, donde se originó.

Este movimiento retoma los fundamentos teóricos de una renovación estética y metafísica iniciada por Wieland, Herder, Goethe, Schiller, Schelling y Fichte. Los principales representantes de este movimiento nacido en Jena fueron los hermanos Friedrich y August Wilhelm Schlegel, sus compañeras respectivas Dorothea Veit y Caroline Böhmer, Novalis, Friedrich Hölderlin, Ludwig Tieck, Friedrich Schleiermacher, Caroline Schlegel y Johann Gottlieb Fichte.

En otoño de 1799 Friedrich Schlegel se instaló en Jena. "Un santuario del pensamiento, la ciudad fue el centro de la filosofía poskantiana alemana".[3]​ Su hermano August se hallaba ya allí desde 1796 y desde 1798 era profesor universitario participando en la revista Las Horas animada por Schiller en 1795, y luego en su Almanaque de las Musas (Musenalmanach, 1796-1800).[4]August Schlegel mantiene correspondencia con Goethe; se ve con Schiller desde 1798. Friedrich Schlegel, regresando de Berlín, donde había estado viviendo desde 1797, se encontró con Ludwig Tieck y Wilhelm Heinrich Wackenroder. Esta reunión fundó el Círculo de Jena que, renovando los fundamentos teóricos de la literatura alemana, se separó de la influencia de Goethe. Este último, al que apenas apreciaba Friedrich Schlegel, mantuvo un recuerdo amargo de la escisión y retrospectivamente llamó en su correspondencia a los hermanos Schlegel "monarcas absolutos y déspotas. Cada mañana nuevas prohibiciones o ejecuciones: las listas están cubiertas con nombres, los andamios se pararon."[5]​ Es a través de la revista Athenaeum como Friedrich Schlegel llegó a reunir a su alrededor a los primeros románticos alemanes, de algún modo enfrentados al llamado Clasicismo de Weimar.

La revista literaria Athenaeum, fundada en 1798 por los hermanos Schlegel, es considerada la publicación central del Círculo de Jena. Friedrich Schlegel, August Wilhelm Schlegel, Dorothea von Schlegel, Caroline Schelling (entonces casada con August Schlegel), Novalis, August Ferdinand Bernhardi, Sophie Bernhardi, Friedrich Schleiermacher, August Ludwig Hülsen y Carl Gustaf von Brinkman aportaron más de tres volúmenes de textos de 1798 a 1800. Athenaeum, según Alain Montandon, atestiguaba el hecho de que el romanticismo "antes que ser una sensibilidad o un estilo, es ante todo una teoría (lo que no sorprendería a nadie que conozca la importancia de las lecturas y reflexiones filosóficas de la época [...])". Y la teoría de lo que Friedrich Schlegel concibe en su Carta sobre la novela / Brief über den Roman (1800) como un absoluto literario, mezcla tanto la práctica como la crítica. Esta es la primera lección la deriva Friedrich Schlegel de la lectura de Jacques le fataliste de Diderot, o del Tristram Shandy de Sterne, novelas fundadas en la digresión, una forma absoluta de libertad creativa. De hecho, en vez de acoger la publicación de obras literarias originales, lo que hace Schlegel es una revisión y principalmente una reunión de fragmentos de pensamiento y notas de lectura, una colección crítica; haciendo de esta forma de recogida fragmentaria el fundamento de una nueva estética que Schlegel llama «Witz», que Baudelaire llama «fusées/cohetes» y que será explorada en particular por Novalis.[6]

Una mirada lanzada a los sumarios de las diversas libranzas de Atheneum reseña la amplitud de los temas tratados por los primeros románticos alemanes, señal de la voluntad de Friedrich Schlegel, hombre orquesta del movimiento, de asentar firmemente una ideología totalizadora en todos los aspectos del mundo[7]​ y de la relación del sujeto con el mundo: aspecto crítico del Witz, examen comparado de las religiones (protestantismo y catolicismo, al cual se convirtieron Tieck y Brentano y más tarde Friedrich Schlegel),[8]​ problemas estéticos, problemas metafísicos.

«Lo propio del proyecto romántico, como Novalis lo definió en sus cuadernos, consiste en querer la variación y en pensar la diversificación en la obra dentro de la naturaleza y dentro del hombre».[9]​ Esta voluntad de renovelar la visión del mundo de su tiempo por fragmentos, mezclando múltiples disciplinas, haciendo cohabitar metafísica y misticismo, cuento popular y forma poética, hizo a los primeros románticos alemanes los predecesores de los surrealistas. «Que este mundo se agote por aislarse con su esoterismo no significa que sea menos entrañable y en principio los surrealistas franceses fueron capaces de encontrar en estos fascinantes precursores románticos -como dijo André Breton sobre el más científico de estos románticos, J. W. Ritter- a unos "surrealistas avant-la lettre".[10]



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