Carlos Mauro Hoyos Jiménez (Támesis, Antioquia, 26 de julio de 1939-Rionegro, 25 de enero de 1988) fue un jurista y político colombiano. Fue procurador general de la Nación desde septiembre de 1987 hasta que fue secuestrado y asesinado por sicarios del narcotraficante Pablo Escobar.
Abogado de la Universidad de Medellín, con especialización en Derecho Constitucional. Durante su vida pública alternó entre los cargos de la rama judicial y su militancia en el Partido Liberal. Fue juez municipal y concejal de El Retiro; en el ámbito departamental fue diputado, tesorero y contralor de Antioquia; fue representante a la Cámara en varias oportunidades y secretario general del Partido Liberal.
El 17 de septiembre de 1987 Carlos Mauro Hoyos se posesionó como procurador general de la Nación, tras ser elegido por el Senado. Asumió el cargo en uno de los momentos más críticos de la Historia colombiana, debido a la creciente amenaza terrorista del narcotráfico, en cabeza de Pablo Escobar. Durante su administración como procurador general, Hoyos se destacó por su relación con la DEA (Administración para el Control de Drogas) de Estados Unidos, lo que lo convirtió en uno de los objetivos de la mafia.
El 25 de enero de 1988, Carlos Hoyos fue secuestrado cuando se dirigía al aeropuerto José María Córdoba de Rionegro después de haber visitado Medellín.
Según Popeye (Jhon Jairo Velásquez) ―sicario de Pablo Escobar (jefe del cartel de Medellín)― Hoyos fue secuestrado pues Escobar quería hacerle un «juicio político» por traición a la patria. Dicha acusación se basaba en que Escobar ―que desde tres meses atrás venía sobornando a Hoyos para que este (como jefe de todos los fiscales de la República) se opusiera a la aprobación de extradición de colombianos a los Estados Unidos― se enteró de que Hoyos estaba siendo sobornado por la DEA (Administración para el Control de Drogas) de Estados Unidos para operar en sentido contrario.
Popeye ha asegurado que Hoyos fue capturado herido y luego fue escondido en una finca en el oriente antioqueño. Como reacción, el Ejército de Colombia organizó un operativo sobre la zona. De hecho, los militares se encontraban no solo cerca del lugar donde estaba Hoyos, sino que también se hallaban cerca, sin saberlo, de otra finca donde estaban escondidos dos de los hermanos Ochoa Vásquez.
Entonces por orden de Escobar, Velásquez fue hasta la finca y explicó a Hoyos el motivo de su secuestro (que llevaba apenas diez horas), y que ante la presión militar en la zona debían “anticipar la aplicación de la sentencia” por lo que sería ejecutado inmediatamente. Allí mismo Velásquez asesinó a Hoyos de tres disparos y lo hizo abandonar junto a una cañada cercana en inmediaciones donde Andrés Pastrana estaba secuestrado (curiosamente el plan de los captores era tener a Pastrana y a Hoyos secuestrados en un mismo lugar).
En 1991 David Ricardo Prisco Lopera, jefe de la banda de Los Priscos, también estuvo sindicado por el asesinato de Carlos Mauro Hoyos, entre otros varios crímenes.
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