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Carlos Oquendo de Amat



¿Qué día cumple años Carlos Oquendo de Amat?

Carlos Oquendo de Amat cumple los años el 17 de abril.


¿Qué día nació Carlos Oquendo de Amat?

Carlos Oquendo de Amat nació el día 17 de abril de 1905.


¿Cuántos años tiene Carlos Oquendo de Amat?

La edad actual es 119 años. Carlos Oquendo de Amat cumplió 119 años el 17 de abril de este año.


¿De qué signo es Carlos Oquendo de Amat?

Carlos Oquendo de Amat es del signo de Aries.


¿Dónde nació Carlos Oquendo de Amat?

Carlos Oquendo de Amat nació en Puno.


Carlos Augusto Luis Humberto Nicolás Oquendo Amat, mejor conocido como Carlos Oquendo de Amat (Puno, Perú, 17 de abril de 1905 - Guadarrama, España, 6 de marzo de 1936), está considerado uno de los mayores escritores peruanos de todos los tiempos y, junto con sus compatriotas José María Eguren, César Vallejo, Martín Adán, César Moro, entre otros, como uno de los más sobresalientes exponentes de la poesía contemporánea del Perú.

Carlos Oquendo nació en la ciudad de Puno a las orillas del Lago Titicaca, en el sureste del altiplano peruano, aproximadamente a 3.900 metros sobre el nivel del mar. Sus padres fueron el político y periodista Carlos Belisario Oquendo Álvarez, también afamado médico graduado en la Universidad de París, y Zoraida Amat Machicao, dama proveniente de una de las familias más prestigiosas del Distrito de Moho.

Recibió una esmerada educación de parte de sus padres, lo que le permitió adquirir una sólida formación intelectual. A raíz de la persecución política a su padre, candidato progresista a diputado provincial, por parte de los sectores conservadores, la familia se vio obligada a instalarse en Lima, en 1908, cuando el poeta contaba con tres años de edad, y entonces comenzaron las dificultades económicas. El médico Oquendo volvió a exiliarse en una provincia norteña (Pomabamba) en busca de trabajo, en vista de que el oficialismo le cerraba todas las puertas, quedando el pequeño Carlos al cuidado de Zoraida. La educación del poeta se desarrolló íntegramente en la capital, volviendo al terruño materno en esporádicas y breves ocasiones. Estudió la primaria en una escuela de Barrios Altos, un suburbio obrero colindante al centro de Lima y, posteriormente, gracias a una beca estatal, estudió la secundaria en calidad de alumno interno en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe (1917-1921), considerado entonces como el centro escolar más importante del país.

A raíz de su ingreso a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en 1922, logró vincularse con el ambiente literario limeño y conoció a figuras como el narrador Manuel Beingolea, su amigo y benefactor, los hermanos poetas Enrique Peña Barrenechea y Ricardo Peña Barrenechea, los también vates Adalberto Vara Llanos, su más íntimo amigo y quien fuera introductor de la prosa surrealista en el Perú, Xavier Abril, Rafael Méndez Dorich. Otros amigos suyos fueron los escritores José Vara Llanos, hermano menor de Adalberto, Martín Adán, Armando Bazán, Jesús Burga de los Ríos, Carlos Schiaffino, Jorge Jiménez Monsalve, Ricardo Arbulú Vargas, el historiador Jorge Basadre y el dibujante Emilio Goyburu , autor este último del grabado que aparece en la carátula de 5 metros de poemas. A pesar de su carácter alegre y de vivir más o menos inmerso en su propio mundo poético, su vida estuvo jalonada por momentos trágicos que lo marcarían en el futuro. En 1918, a la muerte sorpresiva de su padre, hizo que las falencias económicas empezaran a agudizarse. En 1923 falleció Zoraida Amat Machicao, su madre, bisnieta del virrey Manuel de Amat y Junyent, mujer de reconocida belleza aunque sumida en sus últimos años en las garras del alcoholismo y otras enfermedades. Fue este el golpe más duro que al poeta le tocó soportar a lo largo de su breve vida.

Su obra es de carácter claramente vanguardista, una de las que inauguran esta corriente literaria en el Perú. Publicó un solo poemario entre los 23 y 24 años de edad llamado: 5 metros de poemas, su obra maestra (1927-1929), que es una única hoja que mide aproximadamente cinco metros, desdoblable como un acordeón y que, al abrirse, deja ver el panorama de poemas que corren uno detrás de otro, a manera de una película de cine y en la que cada poema es una imagen casi onírica de un mundo extraño pero sugerente, fotogramas con escenas que se suceden de una belleza incomparable.

En algunos poemas utiliza el recurso de los caligramas que ilustran las imágenes poéticas que desea crear. Asimismo, hace referencia a la tecnología y la cultura de su tiempo. Sus poemas, influidos por el Creacionismo y el Ultraísmo, sorprenden así por su forma literalmente gráfica. Aunque también tiene poemas como «aldeanita» de sentida nota nativista o andinista, colorido y musical, al igual que un alegre huayno serrano.

De espíritu soñador, su trabajo poético se expresó en su propia naturaleza interior, que le proporcionó sugestivas imágenes que, quién sabe, seguramente lo ayudarían a vivir. «Tuve miedo/ y me regresé de la locura», dice, o: «Se prohíbe estar triste». Pero también nos muestra imágenes de América. «El cielo de pie con su gorrita a cuadros/ espera/ los pasajeros/ DE AMÉRICA». La vanguardia llegó al Perú principalmente a través de Oquendo de Amat, cuyo libro se abría como un acordeón, y que era un objeto lleno de poemas, absolutamente diferente de los libros tradicionales, de tal modo, 5 metros de poemas escrito desde su adolescencia (algunos poemas figuran fechados con los años 1923 y 1925) y publicado por la editorial Minerva en 1929 (aunque aparece impreso con fecha del 31 de diciembre de 1927, lo cual parece ser que por razones monetarias no se concretó), siendo un libro que en su tiempo se incorporó desafiante a la corriente vanguardista, caracterizada de una intención renovadora, de avance y exploración, ya que después de la Primera Guerra Mundial se buscaron nacientes símbolos que pudiesen reflejar el camino de una nueva civilización social, artística y cultural. Oquendo de Amat sorprendió a todos con una obra de peculiares características: estaba presentado en papel continuo, plisado en partes iguales, que se desplegaba como film respondiendo dicho formato por exactos cinco metros. Ya en la primera hoja anunciaba: «abra este libro como quien pela una fruta».

Mención aparte merece la delicada sensibilidad de su composición "madre", poema cumbre de Oquendo que es comentado por Carlos Meneses:

Se sabe que Oquendo de Amat viajó en 1929 a la ciudad de La Paz Bolivia, en donde fue encarcelado y luego expulsado por sus ideas políticas. En 1934 en la ciudad de Arequipa fue responsable del partido que fundara el pensador marxista José Carlos Mariátegui, uno de los intelectuales más importantes del país. En aquel tiempo si bien nunca dejó de lado la poesía, Oquendo se dio íntegro a la militancia partidaria y a combatir las feroces dictaduras militares de Luis Sánchez Cerro y Óscar R. Benavides. En el mismo año de 1934 es desterrado a Panamá. Se conoce que también estuvo en Costa Rica y México, en su itinerario de desterrado a Francia primero, y luego a España, a la Segunda República Española, y fue acá donde falleció por tuberculosis el 6 de marzo de 1936. Murió en el Hospital de Tuberculosos de la ciudad de Navacerrada, en la Sierra de Guadarrama, Madrid, España, tan solo con 30 años de edad como él mismo lo advirtiera en uno de sus poemas. Dos meses antes había sido internado en un hospital de Madrid, enfermo de tuberculosis mal que también sufrieron sus progenitores. Falleció en Guadarrama, poco antes de iniciarse la Guerra Civil Española.

¿Y cómo era Oquendo? Alberto Tauro del Pino nos dice:

Su amigo el poeta peruano Enrique Peña Barrenechea recordó a Oquendo con unos versos, que luego fueron añadidos a la lápida de su tumba:

Recién en los últimos años, es que se reconoce el valor de Carlos Oquendo de Amat a través de su trabajo literario, rompiendo las fronteras y siendo considerado pionero de la vanguardia de la Literatura latinoamericana.

Su vida de soledad, pobreza y miseria, como un ejemplo "misterioso y lamentable" del destino de muchos jóvenes poetas latinoamericanos, que terminaron creando sin querer un mito con respecto a su vida, motivó al escritor peruano Mario Vargas Llosa a tomarlo como el poeta modelo en su discurso oficial en Caracas, cuando fue distinguido con el reconocido Premio Rómulo Gallegos el 4 de agosto de 1967. Leamos las palabras iniciales de ese discurso:



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