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Carreras de caballos



El turf es un término común en diversos países americanos para designar a las carreras de caballos en las que el público puede apostar. Debido a que las carreras de caballos tuvieron su origen en las campiñas de Inglaterra, recibieron el nombre popular de turf («césped», en inglés).[1]

El origen de las carreras asciende a la más remota antigüedad. Fueron el objeto principal de las fiestas de Grecia y cantadas por sus poetas. La fábula de los centauros parece probar que ciertos pueblos de este país, particularmente los tesábanos, habían adquirido desde muy temprano una grande habilidad en el arte de la equitación. Varios pasajes de Homero, de Píndaro y de Sófocles, atestiguan que las carreras de caballos estaban ya muy en boga cuando fueron introducidas en los Juegos Olímpicos, hacia la olimpiada 85. De la Grecia pasó el gusto de estos ejercicios a los romanos quienes los hicieron entrar en sus festejos públicos. La carrera consistía en dar siete veces la vuelta al circo; los caballos iban atados a carros ligeros y encontraban en cierto paraje del tránsito límites colocados de tal manera, que sin una destreza infinita de parte del conductor, el carro podía hacerse pedazos. Muchas veces se inmolaba al dios Ares el caballo vencedor, y su propietario recibía en cambio otros caballos, coronas de oro, de plata, vestidos.

Las brillantes luchas del hipódromo en Roma, fueron trasladadas a las orillas del Bósforo pero la importancia que algunos emperadores dieron con frecuencia a esta institución, fue tal vez una de las causas que contribuyeron a la caída del imperio romano. Durante la Edad Media las carreras de caballos cayeron en un profundo olvido; no reaparecieron en parte sino para la época de los torneos y de las fiestas caballerescas, de las que tanto tiempo se mostró tan pródiga la Europa medieval.

En nuestros días a los ingleses se les debe la resurrección de las carreras, pero bajo un punto de vista diferente al de las antiguas. Esos juegos no eran más que un medio de desarrollar el valor, la fuerza, la destreza, y la agilidad de los luchadores y de los guerreros; para los modernos se considera como un medio de mejorar la especie caballar así como un medio de diversión.[2]

En los caballos de carreras se busca equilibrio y velocidad, mientras que el carácter o temperamento del animal queda en segundo plano. Los caballos de carrera son a menudo de la raza Purasangre, pero pueden ser de otras razas, como Cuarto de milla, Akhal Teke y otras. Los Caballos de rendimiento superior suelen ser de mayor valor económico y posteriormente son vendidos como sementales (padrillos) y las hembras como yeguas madres.

Las carreras ocurren en pistas de vuelta cerrada, conocidos también por hipódromos, por lo general óvalos o, más raras, triángulos. También hay pistas abiertas, como para cuadreras. El piso es de arena o césped. Además de las pistas los hipódromos poseen tribunas con vista panorámica de las carreras para los aficionados y ventanillas para venta de apuestas.

Las carreras son por lo general en galope, con saltos (steeplechase) o no (galope plano). Hay menos comunes, como las carreras de trote. Los caballos pueden moverse en la pista en sentido de las agujas del reloj (sentido horario) o al revés (sentido antihorario), y este estilo de carrera y la forma de desenvolverse varía de un país o de una región a otra. Las carreras pueden ser comunes o clásicos de distintas categorías, siendo las de Grupo I o Grandes Premios las pruebas más importantes y las que distinguen a las organizaciones y los hipódromos que las promocionan. Las distancias de las carreras varían entre los 400 metros (cuarto de milla) y los 4000 metros, pero a menudo las pruebas comunes se quedan entre 1000 metros (un kilómetro) y 1600 metros (una milla), y los Grandes Premios entre 1600 metros y 2500 metros. Un ejemplo entre los Grandes Premios es el Gran Premio Latinoamericano, Grado I, sobre 2000 metros.

Jockey es la denominación del jinete de carreras de caballos, aunque se pueda llamar por la denominación general de «jinete» (que involucra a los jinetes de equitación). Entre los jockeys sudamericanos famosos pueden citarse a José Santos, Irineo Leguisamo, Vilmar Sanguinetti, Marina Lezcano, Jorge Valdivieso, Pablo Falero, Jorge Ricardo y Juan José Paulé

Los entrenadores de caballos hacen el mantenimiento del caballo, además del entrenamiento, o sea son quienes los preparan para las carreras. También son los encargados de seleccionar las carreras más adecuadas en las que debe competir cada caballo, teniendo en cuenta las aptitudes del equino. A cambio, reciben del dueño del caballo una contra prestación, normalmente fija a la que se añade un porcentaje de las ganancias. Algunos entrenadores famosos: Francisco Maschio, Julio Félix Penna, Juan Bianchi.

Las apuestas son el principal medio de sustentación del turf, lo que hace distinguirlas de otros deportes hípicos. Las posibles apuestas en una carrera son: a ganador, a segundo, a tercero, imperfecta, exacta, trifecta y cuatrifecta.[3]

Los hipódromos típicamente realizan un sistema de apuestas mutuas, en el que el dinero apostado por todos los espectadores se coloca en una bolsa común.



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