Cartajima es un municipio español de la provincia de Málaga, Andalucía, situado en el oeste de la provincia en el Valle del Genal, siendo una de las poblaciones que conforman la comarca de la Serranía de Ronda.
Por carretera se halla situado a 111 km de Málaga y a 646 km de Madrid.
En 2016 cuenta con una población de 241 habitantes.
Las noticias sobre el pasado de Cartajima son en parte confusas, y difícilmente podemos confirmar ciertos datos. Pero haremos un recorrido sobre las muestras más verisímiles, y leyendas transmitidas por generaciones.
Diego Amaya, un anciano de la población, cuando se estaban haciendo unos cimientos en Las Peñuelas aparecieron unos sepulcros con restos humanos, y junto a ellos, en la parte en que descansó la cabeza, algunas monedas. Este acontecimiento viene recogido en una crónica del pueblo. Es posible un enterramiento de la época fenohelénica. Podemos encontrar también termas y necrópolis romana en el Cortijo del Ratón y restos de calzadas romanas, de la que comunicaba Ronda con Cádiz, pasando por Cartajima, y otras de menos entidad que podrían servir como camino para sacar hierro desde las minas de la montaña hacia la población.
El nombre de “Cartajima” es de origen árabe-tagmazib, “Al-Z’jaima”, (el lugar de la altura, según me cuenta un amigo rifeño). En los primeros textos cristianos aparece como Xaritalxime. Es el pueblo situado a mayor altura en toda la comarca, por lo que coincide con su emplazamiento. Tenemos el nombre de varias zonas y fincas, que tienen nombres árabes: Benahayón, Benajeriz, Benahazín, Benajanná, Benajarín. Conquistada Ronda por los Reyes Católicos y rendidos los demás pueblos, Cartajima siguió habitada por abundante población morisca (que seguían con sus ritos religiosos) y sufrieron la persecución y procesos judiciales de parte del Santo Oficio a lo largo del siglo XVI. Sobre todo por las costumbres musulmanas del ayuno y de sacrificar a los animales degollándolos, para desangrarlos, y esta labor sólo la podía realizar un “santón” varón circundado que realizara todos los rezos diarios, como manda el Corán. Según narran crónicas de la Inquisición.
El cultivo de las viñas se mantuvo vigoroso hasta finales del siglo XIX, cuando la epidemia de filoxera acabó con las viñas de toda la comarca. Esa prosperidad económica del XVIII hizo que en este pueblo florecieran oficios más especializados. Consta que unas de las puertas en madera de castaño tallada de la iglesia de Gaucín fueron hechas en Cartajima por un maestro carpintero que debía gozar de mucha estima en la zona como para recibir encargos desde tan lejos. En el Censo de Floridablanca Cartajima presentaba peculiaridades que la hacían una de las poblaciones más prósperas de estos valles, contando con médico y notario, oficios desconocidos en casi todos los pueblos restantes, y con un número de habitantes cercano a los 1.500 que nunca ha sido superado.
Durante la Guerra de la Independencia, Cartajima se distinguió en la lucha contra las tropas napoleónicas, especialmente el guerrillero Andrés García, que cuenta entre sus hazañas con el atentado contra el gobernador de Ronda, que murió cuando paseaba con su escolta por el Tajo.
En 1814 Cartajima fue nombrada villa por Fernando VII. Esta situación de esplendor le mereció la denominación del "Cádiz el Chico".
Los principales accesos al municipio de Cartajima se derivan:
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