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Cenáculo literario



Movimiento literario es la denominación que se da a los movimientos artísticos en su faceta literaria.

Los movimientos literarios, estudiados a posterioridad por la historia de la literatura o definidos por sus propios miembros o patrocinadores, se concretan en torno a un grupo de autores y obras identificados por ciertas características comunes, tanto de contenido como formales y estéticas; a las que se añaden su coincidencia temporal y espacial (generación literaria), la emulación en el seguimiento de un modelo o una visión común del mundo (como en las escuelas de pensamiento) y el papel de la literatura en él, lo que les hace habitualmente coincidir con estilos artísticos de otros géneros y movimientos intelectuales de carácter más extenso, incluso universal (Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Neoclasicismo, Romanticismo, Realismo, etc.), especialmente por cuanto cada uno de ellos se entiende como reacción pendular al anterior.[1][2]

La relación entre los movimientos literarios y el ambiente intelectual de su época es bidireccional: ambos se influyen mutuamente.

Si el movimiento es consciente de sí mismo, quienes se identifican con él suelen otorgar a alguno de sus textos una condición fundacional, convirtiéndolo en manifiesto (como la Defensa e ilustración de la lengua francesa para la Pléiade -1549-, el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo para el teatro barroco español -1609-, el Arte poética[3]​ para el clasicismo francés -1674-, el Sturm und Drang para el pre-romanticismo alemán -1776-, el Hernani para el romanticismo francés -1830-, la Bofetada al gusto público para la vanguardia rusa -1912- o los explícitamente denominados "manifiestos" simbolista, futurista y surrealista para los movimientos homónimos -1886, 1909 y 1924 respectivamente-).

Aunque sutilmente, hay quien diferencia corriente literaria de movimiento literario.[4]​ El movimiento es un conjunto de autores y obras con características comunes, definidas en un manifiesto. La corriente, sin formar una escuela propiamente dicha, ofrece una estética e ideología fuerte. En otras ocasiones, el movimiento es más restringido, limitándose al equivalente a un grupo de artistas: un círculo literario que se somete al juicio de sus pares, como el círculo de Médan (cercle de Médan)[5]​ en torno a Émile Zola[6]​ o el círculo de Bloomsbury en torno a Virginia Woolf. Las reuniones literarias, salones literarios o tertulias literarias, incluso cuando tienen un carácter más formal (sociedad literaria,[7]sociedades de emulación), no se limitan estrictamente a los autores, sino que incluyen a lectores (si únicamente a ellos, se denominan clubes de lectura),[8]​ patrocinadores, dilettanti, meros curiosos, y extienden sus intereses a otros ámbitos.

No debe confundirse movimiento, corriente o círculo literario con el concepto restringido de estilo literario (la particular manera que presenta la creación literaria de un autor concreto y por la que es reconocible).

Frente a esa concepción particular del estilo, la concepción general sí identifica a los estilos con los movimientos literarios, como ocurre con el que probablemente pueda definirse como el primer movimiento literario definido en la literatura occidental: el dolce stil novo de la Italia bajomedieval, que prefigura a la modernidad; y sus precedentes (los trovadores provenzales).

Los movimientos literarios pueden ser simultáneos, rivales y hasta opuestos entre sí, como el culteranismo y el conceptismo en la España del siglo XVII;[9]​ o los de la posguerra española de los años 1940 en torno a las revistas Garcilaso (garcilasismo), Espadaña y Escorial.[10]​ Posiblemente la primera declaración de la existencia de dos movimientos literarios opuestos (y la opción consciente por uno de ellos) la hace a comienzos del siglo XIII el autor del Libro de Alexandre, al oponer el "mester de clerecía" y el "mester de juglaría" : Mester traigo fermoso, non es de joglaría / mester es sin pecado, ca es de clerezía / fablar curso rimado por la cuaderna vía / a sílabas cuntadas, ca es grant maestría.

Quevedo, conceptista.

Góngora, culterano.

La literatura contemporánea presenció una multiplicación de los movimientos literarios en el contexto de la ruptura entre el academicismo y las vanguardias y de la profunda transformación de la relación entre autor, obra y público (arte por el arte, malditismo).[11]​ Identificados por la crítica o promovidos por distintos intereses, muy a menudo constituyen verdaderas operaciones publicitarias y comerciales del mundo editorial o teatral (lost generation, beat generation, teatro del absurdo, Angry Young Men, boom latinoamericano, novísimos).



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