En la mitología griega, Crono, Chrono o Chronos (griego antiguo: χρόνος, romanización: Khrónos, pronunciación: clásica: kʰrónos, Koiné: kʰrˈo̞no̞s, bizantina: xrˈonos, significado: tiempo abstracto general, tiempo o periodo determinado , literalmente: «Tiempo») era la personificación del tiempo, según se dice en las obras filosóficas presocráticas. Algunos autores optan por una transcripción fonética desde el griego moderno para la letra griega Χ (Ji) adoptando la forma Jronos. También se le llamaba Eón o Aión (Αίών, ‘tiempo eterno’).
En los mitos griegos, Crono (Chronos) era el dios de las Edades (desde la Dorada hasta la de Bronce) y del zodiaco. Es un dios con forma de un ser serpentino con tres cabezas: de hombre, de toro y de león. Se entrelazó con su compañera Ananké (la Inevitabilidad) en una espiral en torno al huevo primigenio y lo separó, formando el universo ordenado de la tierra, el mar y el cielo.
Chronos permaneció como el dios remoto e incorpóreo del tiempo que rodeaba el universo, conduciendo la rotación de los cielos y el eterno paso del tiempo. Ocasionalmente se parecía a Zeus con la forma de un hombre anciano de largos cabellos y barba blancos.
En la tradición órfica, Chronos era hijo de Gea o bien de Hydros (el Océano primigenio) y Thesis (la primigenia Tethys). Junto con Ananké, era padre de Éter y Érebo o Fanes. Otras fuentes afirman que era padre de las Horas y, con Nix, de Hemera. Otras fuentes griegas mencionan a Kairos (el dios del tiempo oportuno) como hijo de Crono (Chronos) y en otros casos como hermano de este.
En los mosaicos grecorromanos era representado como un hombre girando la rueda zodiacal.
A menudo se confunde a Chronos, personificación del tiempo, con Cronos (Κρόνος), rey de los Titanes y dios del tiempo «humano» (del calendario, las estaciones y las cosechas), hijo de Urano y Gea, y padre de Zeus.
La confusión entre ambos se debe a la traducción desde el latín de sus nombres: Κρόνος es Cronus en latín, y χρονος se traduce como Khronos. En español se elimina la 'K' de Khronos, dando lugar a Chronos. El error está en que a menudo 'Cronus', el titán, es traducido como 'Cronos' (cuando según las normas de evolución 'us' pasa a 'o', y por tanto debiera ser 'Crono'). Así se confunde con facilidad 'Chronos' (dios del tiempo) y el erróneo 'Cronos' (padre de Zeus). Dicha confusión aparece en diversidad de fuentes posteriores, y en la actualidad muchas obras académicas y enciclopedias funden ambas figuras o ignoran completamente la existencia de Chronos como una personificación separada y diferente del tiempo.
En astronomía, el planeta que hoy conocemos como Saturno por influencia romana, fue llamado Chronos por los griegos, quienes tomaron prestada a su vez esta tradición de Oriente. Era el dios-planeta más exterior, y se le consideraba el séptimo de los siete objetos celestes que son visibles a simple vista. Dado que tenía el mayor periodo reproducible observable del cielo, que actualmente es de unos 30 años, se pensaba que era el guardián del tiempo, o Padre Tiempo, dado que ningún otro objeto visto o registrado tenía un periodo mayor. Es por esto que a menudo se le representaba como un anciano de largas barbas, como se menciona más arriba.
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