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Chungking Express



Chungking Express es la cuarta película dirigida por el director hongkonés Wong Kar-Wai. Se estrenó en el festival internacional de cine de Locarno en agosto de 1994.

Chungking Express recorre a ritmo de sonidos electrónicas, blues melancólicos y rock and roll, dos historias relacionadas sutilmente entre sí.

En la primera, una peligrosa traficante de drogas que ha perdido una mercancía de cocaína por culpa de unos contactos indios, pasa la noche con el solitario agente de policía 223. Qiwu, el agente 223, ha sido recientemente abandonado por May, su novia. Dentro de esta historia se trata bastante explícitamente el tema de "la cuenta atrás", según la cual Hong Kong iba a volver a pertenecer a China en 1997. Brigitte Lin en su último papel -anunció retirarse para dedicar tiempo a su familia- aparece aquí con una peluca rubia, unas gafas de sol y un chubasquero. Wong Kar-Wai tomó a la actriz más representativa de la China moderna para disfrazarla de rubia occidental. Por otro lado, el personaje de Takeshi Kaneshiro, Qiwu, al verse abandonado por May, busca por todos los establecimientos latas de piña -la fruta favorita de May- que caduquen el primero de mayo de 1994. Por otro lado, Bridgette recibe a su vez una amenaza por parte de su contacto occidental, que le da una lata a punto de caducar como símbolo del tiempo que tiene para encontrar la droga perdida, tras lo cual Bridgette decide, puesto que no ha encontrado la mercancía, salvar su vida asesinando al contacto, el único personaje no oriental de toda la película. Tras la muerte del cual podemos recibir un breve flash del rostro oriental de Lin. Dentro de esta historia, la obsesión con el tiempo es constante, como claro símbolo de la cuenta atrás de la propia ciudad de Hong Kong.

Al final de la historia, ambos personajes se encuentran en un café. Él acaba conquistándola, pero tras subir a la habitación del hotel, no llega a consumarse el acto sexual: ella se duerme, él come ensaladas del chef y se va al amanecer. Al final, lo único que le queda al agente 223 es una felicitación por su cumpleaños en su busca.

El cambio de historia ocurre cuando el agente 223 se dirige al bar Midnight Express y rechaza a la alocada Faye, una chica que acaba sintiéndose atraída por el agente 663, interpretado por Tony Leung. Este agente tiene una relación con una azafata, que acaba por abandonarle. Conoce a Faye porque cada noche pasa por el Midnight Express a pedir una ensalada del chef para su chica. La relación que desarrollan ambos personajes es extraña: Faye, enamorada del agente, consigue las llaves de su casa para dedicarse a cambiar el espacio íntimo del agente por otro. Conocedora de los problemas de insomnio del agente, pone somnífero en sus botellas de agua, y para que olvide a su novia azafata, esconde todos los objetos que puedan recordar a la misma, cambia un peluche por otro, "ahoga" a un avión de juguete en la pecera, esconde la camisa de la azafata, y un largo etcétera en el que Faye trata de reconfigurar el mundo del policía.

El agente 663 obviamente nota las diferencias, y sabe que la chica entra en su casa, aunque no se lo diga. La personalidad del agente 663 presenta ciertas costumbres que no se antojan muy normales: principalmente, su costumbre de desdoblarse sobre objetos, de hablar con ellos como si fueran seres vivos con conciencia propia, claro símbolo de su debilidad psicológica tras el abandono. De esta forma, en Chungking Express objetos mundanos como una lata de piña caducada, una toalla "que llora" y un avión de juguete llegan a transformarse en símbolos personales de los personajes. Según el crítico de cine Carlos F. Heredero, "asociaciones íntimas y ritos particulares que movilizan las fantasías y las emociones de unos personajes propensos a la ensoñación imaginaria y la abstracción de la realidad por la vía de sumergirse en la evocación de la persona amada".[1]

La historia de los dos personajes acaba cuando el policía cita a la camarera del Midnight Express en el bar California. Contra toda expectativa, Faye acaba en la verdadera California, de la que vuelve un año después, convertida en azafata, mientras que el agente 663 se encuentra rigiendo el Midnight Express.

Después del rodaje de la película de artes marciales Ashes of Time (Cenizas del tiempo), Wong Kar-Wai encontró un tiempo libre durante el cual “no tenía nada que hacer”. De esta forma, tomó a su equipo y a algunos actores, incluyendo a la por entonces desconocida como actriz, pero conocida como cantante Faye Wong, para rodar a toda velocidad una película antitética a Ashes of Time, donde la lentitud de las meditaciones de los perdidos personajes medievales fuera cambiada por un retrato del hombre contemporáneo.

"Después del tratamiento más grave y profundo de Ashes of Time, con Chungking Express quise realizar una película contemporánea más ligera, pero donde los personajes se enfrentaran a los mismos problemas (…) Chungking Express supone una ruptura en el conjunto de mi obra: los personajes llegan a aceptar su soledad, son más autónomos y más independientes, no hallan desesperación en su propia búsqueda, sino sobre todo divertimiento". Así, en el plazo de dos semanas ya se había rodado la película entera, que sería, contra todo pronóstico, la que acabaría lanzando a Wong Kar-Wai a la fama internacional[2]​ por mediación del director Quentin Tarantino y la prestigiosa revista de cine francesa Cahiers du Cinéma, icono de la "Nouvelle vague" de los años sesenta.




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