Cine-puño

El cine-puño es un concepto cinematográfico acuñado por el director de cine soviético Sergei M. Eisenstein. Para este director, el cine debe buscar un shock en el espectador evitando su alienación por las historias de amor romántico sino que aquello que ve tiene que provocarle una presa de conciencia a nivel político.

Eisenstein propone el cine-puño o efecto de shock en el espectador para alejarlo de la vida ficticia de la obra artística y, mediante escenas, planos y montaje; ubicarlo en el tiempo y espacio para que él mismo cuestione aquello que ve y ejercite su conciencia.^[1]​

Además, el propio cine soviético apuesta por un cine que sirva de plataforma para que el espectador entre en consciencia políticamente. Eisenstein combate la visión del cine como reproducción íntegra de la realidad, pues lo veía como un conjunto de fragmentos que se historian en la cognición del espectador.^{[cita requerida]}

El cine soviético se sitúa en la Rusia de las décadas de 1920 y 1930 y envuelve a un grupo de cineastas imprescindibles en la historia del cine y en la evolución cinematográfica. Estos cineastas reflexionan mucho sobre la metodología cinematográfica y desarrollan conceptos como el montaje de atracciones, el efecto Kuleshov, la geografía perfecta, el guion de hierro, el cine-ojo y el propio cine-puño.^{[cita requerida]}

El concepto de cine-puño nace de la mano de la teoría cinematográfica de Eisenstein y está estrictamente ligado a las características que invaden la cinematografía soviética. Los cineastas soviéticos desarrollaron su trabajo partiendo de las bases establecidas por el cine vanguardista y el modo de representación institucional, fue especialmente influyente el cineasta americano David W. Griffith. Todas las innovaciones previas a este cine las tomaron los soviéticos e hicieron de ellas un lenguaje cinematográfico personalista y experimental.^{[cita requerida]}

Los cineastas soviéticos fueron los primeros en enfrentarse a la política pues se sumergieron en la idea de que el cine puede desarrollar, apoyar y promover una ideología o un pensamiento. El cine soviético se conoce como el primer cine propagandístico de la historia. Todo esto debido a la situación que los envuelve y que sirve de contexto histórico (comunismo, leninismo, proletariado y estalinismo son factores esenciales para este cine).

De todas las artes, el cine es para nosotros la más interesante. - Lenin.^[2]​

Es en 1920 cuando Eisenstein entra en el movimiento de la Central Obrera, conocido como Proletkult ("cultura del proletariado"), además de conocer a artistas vanguardistas y dejarse influencias por ellos. En este momento escribe su primer artículo importante para el desarrollo del cine titulado "El montaje de atracciones" que defiende que el arte debe hacer surgir una serie de emociones en el espectador.^[3]​ En esta obra, Eisenstein desarrolla cómo cada plano puede hablar de una realidad de una realidad completa sin tener que depender del resto de secuencias. Pero, a la vez, al combinar los planos puede dar lugar a otro significado completamente distinto al primero. Esto es lo que busca el cine de Eisenstein: que de la unión de dos secuencias distintas, el espectador pueda obtener una tercera realidad. A esto denomina el "montaje de atracciones".^[4]​

Es por esto que Eisenstein difiere de la opinión de Dzinga Vertov cuando habla del "cine-ojo". Eisenstein defiende, en contra de ese cine más naturalista y que refleja la realidad, un cine que busca una respuesta activa por parte del espectador, un surgimiento de dudas en su conciencia y movilidad del pensamiento, busca que se involucre en lo que está viendo y que eso le haga reflexionar a nivel social y político. A este cine, lo llama "cine-puño". Así, Eisenstein se opone a la idea de que el cine sirva como herramienta de evasión sino como herramienta política y que conciencia.^{[cita requerida]}

Las películas que reflejan esta búsqueda de movimiento de conciencia y choque en la mente del espectador son:

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