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Cine de Venezuela



El cine de Venezuela se remonta a finales del siglo XIX. Las primeras películas realizadas en Venezuela fueron estrenadas el 28 de enero de 1897 en el Teatro Baralt de Maracaibo.[1][2]

El 11 de julio de 1896 se realiza la primera función de cine en Maracaibo. El aparato empleado fue el Vitascopio de Edison, el cual había sido adquirido por Luis Manuel Méndez en la ciudad de Nueva York. Méndez contrató a Manuel Trujillo Durán para que operara el mencionado aparato.[3]​ Las primeras películas realizadas en Venezuela fueron Célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa, y Muchachos bañándose en la laguna de Maracaibo, ambas estrenadas el 28 de enero de 1897 en el Teatro Baralt de Maracaibo, y cuya realización le ha sido atribuida al mismo Manuel Trujillo Durán.[4]​ En este mismo año, otros pioneros del cine como Ricardo Rouffet y Carlos Ruiz Chapellín realizan algunos cortometrajes en la ciudad de Caracas.

En 1916 Enrique Zimmerman realiza la primera película larga de ficción de la cual se tiene registro: La Dama de las Cayenas o pasión y Muerte de Margarita Gutiérrez.[5]​ Ocho años después, en 1924, se filma La Trepadora, adaptación de la novela homónima de Rómulo Gallegos.

Hacia finales de los años 20, la actividad cinematográfica repunta cuando el Presidente Juan Vicente Gómez instala los Laboratorios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas en la ciudad de Maracay. Igualmente, en Barquisimeto, Amábilis Cordero funda los Estudios Cinematográficos Lara. Con la salida de diversos noticieros y revistas, el cine nacional comienza a verse regularmente en las pantallas del país.

Si bien en 1931 se hicieron algunos intentos de sonido con la película La Venus de Nácar (1931) dirigida por Efraín Gómez estrenada en el Teatro Maracay, no sería hasta 1938 con el estreno del cortometraje Taboga que se puede hablar verdaderamente de cine sonoro en Venezuela. Igualmente se rueda el primer largometraje sonoro en el país: El Rompimiento, de Antonio Delgado Gómez.

En 1935 el film Joropo, protagonizado por Lorenzo Herrera lleva al cine este género musical con buena acogida del público. Producido por un grupo de venezolanos residentes en la ciudad de Nueva York, bajo la dirección de Horacio Cabrera Sifontes, rodado en esa ciudad, ambienta situaciones propias de los llanos venezolanos, y su secuencia final, muestra a todos los personajes vestidos de rigurosa etiqueta, bailando joropo en el gran salón del Waldorf Astoria, considerado para la época uno de los hoteles más lujosos del mundo.

En 1938, Rómulo Gallegos crea los Estudios Ávila en la ciudad de Caracas la primera empresa cinematográfica en el país que, con aspiraciones culturales y comerciales, se ocupa de la producción de la propaganda institucional a través del cine.

A principios de los años 40, Luis Guillermo Villegas Blanco constituye formalmente la empresa Bolívar Films, la cual comienza a realizar alianzas estratégicas con el mexicano Rodolfo Espino y el argentino Lino Veluvirretti, para producir largometrajes dentro de un esquema industrial. En 1941 Rafael Rivero Oramas, realiza para Estudios Avila el largometraje de visos neorrealistas titulado Juan de la Calle. Bolivar Films produce La Balandra Isabel llegó esta tarde, de Carlos Hugo Christensen, llegó a ganar el premio a mejor fotografía en la cuarta edición del Festival Internacional de Cine de Cannes en el año 1951.

El cineasta italiano Elia Marcelli, es contratado por la Shell de Venezuela para la filmación de un ciclo de documentales basados en el legado artístico y cultural del folklor Venezolano. En el año 1958, Marcelli se adjudica el Premio Internacional Cantaclaro por el documental Llano adentro.

Caín adolescente estrenada en 1959 es la primera cinta del cineasta Román Chalbaud, basada en su obra de teatro del mismo nombre. En el año 1959, la película documental Araya de Margot Benacerraf logra el Premio de la Crítica en el Festival de Cannes (compartido con Hiroshima, Mon Amour de Alain Resnais), el mayor reconocimiento obtenido por una película venezolana hasta el momento.[6]​ La misma Benacerraf sería nombrada directora de la Cinemateca Nacional de Venezuela en 1966.

En 1962 Marcelli dirige Séptimo Paralelo, un largometraje de denuncia ante la situación de los indios Yaruro en el Río Arauca y el Orinoco, que se convertiría en un suceso en Latinoamérica, promoviendo campañas de protección para las etnias más vulnerables del Amazonas.

En el año de 1965, Mauricio Odremán Nieto estrena su película EFPEUM. Esta película, que puede ser catalogada como la primera película de ciencia ficción venezolana, nació prematuramente en una Venezuela que aún no había despertado del realismo, y que apenas comenzaba a aceptar el realismo mágico como un elemento de la cultura del venezolano. El cineasta comenta en su novela fantástica El día que todo haga Paff (1973) lo ocurrido con su película:

A inicios de los 70 migran a Venezuela cineastas de la talla de Mauricio Walerstein, Franco Rubartelli, Jorge Sanjinés, Alberto Monteagudo, y Félix Nakamura . En 1973, la película Cuando quiero llorar, no lloro de Mauricio Walerstein, basada en la novela homónima de Miguel Otero Silva, logra un éxito sin precedentes en taquilla, lo que comienza un boom del llamado Nuevo Cine Venezolano, corriente de cine social muy famosa en los años setenta y cuyos máximos exponentes serían, además de Walerstein, Román Chalbaud (especialmente con su film El pez que fuma), y Clemente de la Cerda con Soy un Delincuente[7]​ cuyas musas serían actores como Orlando Urdaneta, Hilda Vera, Haydée Balza, Miguel Ángel Landa y Chelo Rodriguez.

Esta corriente se mantendría durante gran parte de los años ochenta, con películas como Macu, la mujer del policía de Solveig Hoogesteijn y Homicidio Culposo de César Bolívar. En el año 1985, seis películas venezolanas —La graduación de un delincuente, Macho y hembra, Ya-Koo, Oriana, El atentado y Más allá del silencio—, se encontrarían entre las diez películas más taquilleras. Sin embargo, durante esta década el país cae en una profunda crisis financiera, lo que repercute en una notable disminución del cine nacional.

Los años noventa comienzan con muy buen pie para el cine nacional. Se estrenan Disparen a Matar (1990) de Carlos Azpúrua, Jericó (1992) de Luis Alberto Lamata y Río Negro (1990) de Atahualpa Lichy, estas con gran éxito de taquilla y crítica, llegando incluso a conseguir varios premios internacionales.

En 1994 se decreta la Ley de Cinematografía Nacional, en la cual se establece la creación del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía que sustituyó al previo Foncine. Sin embargo, el resto de la década se caracteriza por una escasa producción cinematográfica, siendo lo más resaltante las colaboraciones de Elia Schneider y José Ramón Novoa, con las películas Sicario (1994) (una de la más galardonadas y taquilleras hasta ese momento), Huelepega: Ley de la calle (1997) y Garimpeiros (1999, conocida en el extranjero como Oro Diablo).

En el año 2000 la cinta Manuela Sáenz, del realizador Diego Rísquez, logra un nuevo éxito de taquilla para el cine nacional. Sin embargo, el verdadero cambio en el cine venezolano se podría ver unos años después, en el 2003, con el estreno de Yotama se va Volando, de Luis Armando Roche y el mexicano Rodolfo Espino, primera cinta venezolana realizada en cine digital que es estrenada en salas comerciales.

En el año 2004 se estrena Punto y raya de Elia Schneider con Roque Valero y Edgar Ramírez, una de las películas de más éxito y reconocimiento internacional. La película obtiene cuatro premiaciones en festivales internacionales.

En el año 2005 la cinta Secuestro Express, de Jonathan Jakubowicz, se convierte en la película nacional más vista en Venezuela. Igualmente se considera un gran éxito su venta a la distribuidora Miramax para su comercialización a nivel mundial. Este mismo año se estrena El Caracazo de Román Chalbaud, la cinta más costosa en la historia del cine venezolano, pero con pésimos resultados en la taquilla. Además, entra en vigencia una Reforma a la Ley de Cinematografía Nacional que fomenta algunos cambios, tales como un porcentaje de cuota de pantalla para el cine venezolano, además de fomentar una mayor participación de la empresa privada en la actividad cinematográfica a través de diversos impuestos e incentivos fiscales.

En el 2006 se inaugura La Villa del Cine un complejo cinematográfico patrocinado por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información para estimular la producción de obras de cine y audiovisuales nacionales, bien sea largometrajes, cortometrajes, documentales, animación, entre otros.

La cinta Elipsis de Eduardo Arias-Nath, producida en el año 2006, fue estrenada el 29 de septiembre y es la primera película venezolana producida y distribuida por la 20th Century Fox y su división latinoamericana. Durante ese año se estrenaron once películas venezolanas en el país, siendo la más taquillera la cinta Francisco de Miranda, de Diego Rísquez.[8]

Producida en el año 2005, y estrenada el 15 de septiembre de 2007, sale la película Postales de Leningrado, de Mariana Rondón. Cinta que fue financiada por Ministerio de la Cultura, PDVSA y el canal TeleSUR. Hasta el momento una de las películas venezolanas más exitosas en el ámbito internacional, habiendo ganado el máximo galardón del Biarritz, y dos premios en la 31.ª Mostra Internacional de Cinema de São Paulo. Además, fue la seleccionada para consideración a los premios Óscar de ese año, en la categoría "Mejor película extranjera".

En el año 2007 se estrena la película Miranda regresa donde se relata la historia de este prócer, producida por la Fundación Villa del Cine, dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

En el año 2008, el cortometraje El Café de Lupe, de la directora Mariana Fuentes, se convierte en el corto venezolano con la mayor aceptación en festivales de cine, participando esta cinta en más de 30 festivales a nivel nacional e internacional. El corto cuenta con las interpretaciones de algunos de los más destacados actores venezolanos, entre ellos Elba Escobar, Mimi Lazo, Erich Wildpret y Gonzalo Cubero. Este corto fue financiado en su totalidad por el CNAC.

En el año 2009, se estrenaron películas como Día Naranja (Alejandra Szeplaki), Libertador Morales, el Justiciero (Efterpi Charalambidis), documental Swing con son (Rafael Marziano), Un lugar lejano (José Ramón Novoa), Zamora (Roman Chalbaud), documental FANtasmo (Jonás R. G.), y el documental Memorias del gesto (Andrés Agusti), entre muchas otras producciones independientes.

Este año destaca nacional e internacionalmente Venezzia, dirigida por Haik Gazarian. Se dice que es la película más costosa del cine venezolano (su presupuesto habría rebasado el millón de dólares), además de narrar una historia poco conocida: la del suministro petrolero venezolano durante los años de la Segunda Guerra Mundial, enmarcada en una historia de amor. Venezzia suma 15 premios acumulados alrededor del mundo en festivales de cine, así se convierte en la producción cinematográfica venezolana más reconocida y la más vista en los últimos diez años. Se planea para enero del año 2011 su estreno en México, seguidamente será exhibida en Ecuador y las ciudades hispanas de EE. UU.

En el 2010 se cuenta con grandes films como Hermano del director Marcel Rasquin, ganadora en el Festival de Moscú como "Mejor película". Además fue la postulada por Venezuela para optar por una plaza en los premios Óscar de la Academia como "Mejor película extranjera". Cheila, una casa pa’ maita de Eduardo Barberena que en la edición 2009 del Festival del Cine Venezolano se llevó la mayor cantidad de premios: "mejor película", "mejor actriz principal", "mejor actriz de reparto", "mejor guion" y "mejor dirección" (compartido con César Bolívar), y el "premio del público". También se encuentra Habana Eva que, protagonizada por Juan Carlos García, Prakriti Maduro y dirigida por Fina Torres, se lleva el reconocimiento como "Mejor película internacional" en el Festival de Cine Latino de New York 2010, primer festival en el que se presenta el largometraje. Como clásico del 2010 pasará a la historia La Hora Cero de Diego Velasco, con música de Freddy Sheinfeld y Gabriel Velasco, con la actuación de Zapata 666, Erich Wildpret, Marisa Román, Albi de Abreu, entre otros.[9]

En el 2011 la cinta El chico que miente de Marité Ugás captura la atención del público nacional, y también el de los seleccionadores del Festival de Berlín, convirtiéndose en la primera cinta venezolana en participar en tan ilustre competencia. En este mismo año, las películas Reverón (Diego Rísquez) y El rumor de las piedras (Alejandro Bellame Palacios) acaparan los premios en el Festival de Cine Venezolano de Mérida, llevándose siete y seis galardones respectivamente.

En 2012 El misterio de las lagunas. Fragmentos andinos de Atahualpa Lichy es el documental venezolano más seleccionado en festivales extranjeros. (23 festivales, entre los cuales: Festival des Films du Monde, Montréal; Bafici, Argentina; Busan, Corea; Guadalajara, México; San Juan, Argentina, etc.).

En 2013 la película Pelo malo de la cineasta Mariana Rondón gana la Concha de Oro en el Festival Internacional de cine de San Sebastián, al igual que formó parte de la sección: Cine del Mundo Contemporáneo, en el Toronto International Film Festival. Posteriormente es estrenada en Venezuela el 25 de abril de 2014.

En 2014 se estrena el documental cinematográfico Hay Alguien Allí, dirigido por Eduardo Viloria Daboín y Gioconda Mota. Basado en hechos reales, es la primera producción cinematográfica venezolana que trata acerca del autismo; también, la película de Miguel Ferrari, Azul y no tan rosa, se convierte en la primera película venezolana en ganar el Premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana. En ese mismo año la película Libertador forma parte del corte de 9 películas preseleccionadas en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa en los Premios Óscar de 2014; sin embargo no logra pasar a las 5 nominadas finales. Cabe destacar que había sido estrenada en el Toronto International Film Festival de 2013 y en Venezuela el 24 de julio de 2014, el mismo día de la conmemoración del natalicio del Libertador Simón Bolívar.

En 2015 la película La distancia más larga de la directora Claudia Pinto, estrenada en agosto de 2014, resulta ganadora del premio a la Mejor Ópera Prima Iberoamericana en la segunda edición de los Premios Platino. En ese año ocurre el logro cinematográfico más significativo en la historia del cine venezolano, la película Desde allá, ópera prima de Lorenzo Vigas, se convierte en la primera película venezolana en formar parte de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Venecia, el más antiguo del mundo y el segundo más importante, no conforme a esto resulta ganadora del León de Oro a la mejor película del festival, convirtiéndose en la primera película hablada en español y latinoamericana en lograrlo. Desde allá también se presentó en el Toronto International Film Festival en la sección: Discovery, en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en la sección: Horizontes Latinos, en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en la Competición Oficial Latinoamericana y en el Festival de Cine de Londres en la sección: Drive ; todos festivales de "Clase A".

Las instituciones y gremios más importantes del país son los siguientes.

Las casas de producción en cine más grandes del país son las siguientes:

Las principales empresas de distribución en Venezuela son:

Más del 90% de las salas de exhibición del país se encuentran repartidas en dos circuitos comerciales:

Además, existen circuitos alternativos de exhibición:

Impulsado por las nuevas tecnologías, son comunes las plataformas para ver películas en línea, en modalidad PPV (pay per view). El cine venezolano no se queda atrás. En septiembre de 2020 nace CineMestizo,[10][11][12]​ una plataforma web dedicada exclusivamente al cine venezolano. Con un catálogo de más de 50 películas siempre en crecimiento, es una opción interesante que apoya al cine venezolano. Es una manera en que todo cineasta venezolano puede usar para exhibir sus películas. Se dice incluso[12]​ que CineMestizo puede servir como archivo del cine nacional.

En Venezuela, los festivales han sido muy regulares, los más destacados e importantes son:

De igual forma, existen algunos premios que buscan el reconocimiento a la excelencia en la realización cinematográfica. Los cuatro más importantes son:

En Venezuela existen pocas escuelas especializadas en la enseñanza audiovisual a nivel universitario: la Escuela Nacional de Medios Audiovisuales, la cual fue creada el 15 de diciembre de 1995 y funciona en la ciudad de Mérida, en la Universidad de Los Andes siendo esta la primera licenciatura en Medios Audiovisuales, la Escuela Nacional de Cine creada en 2009,[13]​ que funciona en Caracas bajo el auspicio de la Universidad Central de Venezuela y Bolívar Films. Desde 2010, la UNEARTE.[14]​ ofrece el PNF en Artes Audiovisuales, licenciatura con distintas menciones cinematográficas. También existe la Escuela de Cine y Televisión de Caracas y Escuela de cine Sergio Antillano[15]​ en el estado Zulia.

En todo el resto del territorio nacional, existen carreras universitarias que si bien no tratan exclusivamente esta área, pueden llegar a presentar ciclos o menciones que permiten a los estudiantes desarrollarse en el campo audiovisual. Algunas de estas son:



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