Del griego Κλυμενη Klymenê, «fama»
En la mitología griega, Clímene era una oceánide, hija por tanto de Océano y Tetis. Por el titán Jápeto fue la madre de Atlante, Prometeo, Epimeteo y Menecio. Otras versiones dicen que Clímene no era la esposa de Jápeto, sino la madre de Deucalión. Pero la versión de Ovidio es la más célebre, y nos cuenta que fue la esposa de Mérope, rey de Etiopía. Clímene fue seducida por el dios-Sol Helios, que la hizo madre de Faetón y de las helíades, aunque algunos autores piensan que la madre de estos era la ninfa Rodo. Otra versión hace de Clímene la esposa legítima de Helios, ignorando la historia de Mérope.
Cuando Faetón, insultado por Épafo, le suplicó a su madre que le de una prueba de su linaje divino, Clímene se compadeció y accedió a que este conociera a su padre. Helios le ofreció a Faetón un deseo y este pidió conducir su carro durante un día, pero no pudo controlar a los caballos y terminó quemando la Tierra y muriendo abrasado. Las Helíades, sus hermanas, lloraron tan fuertemente ante su sepulcro y tanto se lamentaron que los dioses las convirtieron en álamos y sus lágrimas en ámbar, que cayeron al río Erídano (Po). Su padre, Helios, se encontraba tan agobiado por la pena que un día entero transcurrió sin Sol, y la Tierra solo se iluminaba por los grandes incendios que el carro había provocado.
Pedro Calderón de la Barca escribió una comedia sobre este mito, Apolo y Climene, publicada en la Quarta parte de comedias del celebre poeta español don Pedro Calderon de la Barca... (Madrid: Francisco Sanz, 1688).
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