El estudio diagnóstico y terapéutico del páncreas y la vía biliar (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica), combina la endoscopia con los Rayos X para su realización; el gastroenterólogo es el especialista que suele practicarlo. Se suele abreviar CPRE o ERCP (del inglés Endoscopic Retrograde Cholangiopancreatography).
Se utiliza un duodenoscopio, que es un endoscopio de una longitud mayor a la del gastroscopio (que se usa para la esofagogastroduodenoscopia) que además tiene visión lateral (la mayoría de endoscopios tiene visión frontal). La visión lateral permite la localización de la papila mayor o ampolla de Vater y de la papila menor o accesoria, ambas se encuentran en la segunda porción de duodeno.
Usualmente es el ampolla de Vater el punto de interés, ya que es a través de esta que drena tanto la vía biliar como el conducto pancreático principal. La papila menor solo es de interés en el estudio de una anomalía congénita llamada páncreas divisum.
Al canular el ámpula de Vater se puede inyectar medio de contraste y es allí cuando entran a funcionar los Rayos X, por medio de fluoroscopía que es un estudio dinámico. Se observa como en una película cómo avanza el medio de contraste y dibuja la vía biliar o pancreática. Permite determinar su anatomía y detectar deformidades, presencia de cálculos, de tumores o de estrecheces. Si se detecta alguna anormalidad, con frecuencia se pasa a la fase terapéutica.
Enfermedades como los cálculos de la vía biliar, los tumores de la vía biliar y pancreática, las obstrucciones postquirúrgicas, los pseudoquistes del páncreas, la disfunción del esfínter de Oddi y el páncreas divisum son candidatos a terapéutica endoscópica por medio de la CPRE.
Los procedimientos que se realizan con mayor frecuencia son:
Es un procedimiento seguro, sin embargo no está exenta de complicaciones. La más frecuente es la inflamación del páncreas también conocida como pancreatitis aguda tras el procedimiento CPRE. Suele ser provocada por la inyección de medio de contraste a la vía biliar o por el edema del esfínter que impide un drenaje adecuado del jugo pancreático. Se presenta en un 6 % de todas las CPRE. Algunos factores aumentan su incidencia como una vía biliar no dilatada, el ser mujer, el ser joven, la canulación dificultosa y la realización de esfinterotomía.
Otras complicaciones menos frecuentes, pero potencialmente más peligrosas son la perforación intestinal, el sangrado y la inflamación y/o infección de los conductos hepáticos y biliares.
También se agregan las complicaciones relacionadas con la sedación del paciente y no con el procedimiento como son la broncoaspiración y el paro respiratorio.
Todas las complicaciones pueden ser tratadas y constantemente hay nuevas opciones para disminuir algunas como la pancreatitis post CPRE.
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