Combate de San Lorenzo nació en Santa_Fe.
El Combate de San Lorenzo fue un enfrentamiento armado que ocurrió el 3 de febrero de 1813, junto al convento de San Carlos Borromeo situado en la ciudad de San Lorenzo de la actual provincia de Santa Fe, Argentina, en el que las fuerzas independentistas rioplatenses (argentinas) sorprendieron y vencieron a las españolas de la Milicia urbana de Montevideo (realistas) quienes vía fluvial aprovisionaban la ciudad en el Sitio de Montevideo (1812-1814). Fue el único combate en territorio argentino que libraron tanto el Regimiento de Granaderos a Caballo como su creador, el entonces coronel José de San Martín.
La ciudad de Montevideo —declarada por España como capital provisional del Virreinato del Río de la Plata— era la principal base naval española en el océano Atlántico sur; por tierra estaba sitiada por el ejército patriota rioplatense de José Rondeau, al que luego se sumaría José Gervasio Artigas. De modo que los españoles tenían que hacer uso del mar y del Río de la Plata para abastecerse. Frecuentemente, una escuadrilla realista salía de Montevideo en dirección al Río Paraná, y sus hombres merodeaban las costas robando los ganados.
Una expedición compuesta de once embarcaciones, que había salido de Montevideo con el propósito indicado, fue seguida paralelamente por tierra por el coronel de caballería José de San Martín, al frente de 125 hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente creado por él.
Las fuerzas de San Martín se adelantaron, deteniéndose el 2 de febrero cerca de la posta del Espinillo, situada a 21 km al norte de Rosario, donde hoy se ubica la ciudad del capitán oriental Justo Germán Bermúdez. Tras cambiar los agotados caballos por unos frescos proporcionados por el comandante militar de Rosario, Celedonio Escalada, continuaron, al día siguiente, su recorrido hasta el Convento de San Carlos, ingresando por el lado oeste del monasterio. Y, tras negociar la situación con el superior de los frailes franciscanos del convento, fray Pedro García, San Martín ocultó a sus granaderos, de modo que la escuadrilla realista no pudiera divisarlos.
Los realistas desembarcaron y avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona. Para su sorpresa, fueron atacados por los granaderos a caballo y sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una de ellas —la de la izquierda y la primera en moverse— estaba encabezada por José de San Martín; la otra estaba encabezada por el capitán Bermúdez, quien estaba secundado por el joven teniente porteño Manuel Díaz Vélez. Bermúdez ejecutó un rodeo muy grande, forzando la escapatoria de los españoles hacia sus buques. La táctica militar empleada por San Martín consistió en una maniobra envolvente, tomada de Napoleón.
El desembarco no se produjo enfrente del convento, como había previsto San Martín, sino en dirección al centro de la actual ciudad. Por ello, la columna de San Martín llegó antes de que la de Bermúdez completara el movimiento. Por un momento, los españoles lograron defenderse. Una bala hirió al caballo de San Martín, que rodó y apretó una de las piernas del coronel, inmovilizándolo. Un enemigo iba a clavarle la bayoneta, cuando apareció el soldado puntano Juan Bautista Baigorria quien en ese preciso instante se interpuso, mató al soldado realista y comenzó una defensa heroica de San Martín. Mientras, el soldado correntino Juan Bautista Cabral ayudó a San Martín a liberarse de la opresión del lomo del caballo sobre su pierna, salvándole la vida.
Tanto el capitán Justo Bermúdez como el teniente Manuel Díaz Vélez y el soldado Juan Cabral morirían en esa heroica acción, por eso son conmemorados en la Historia Argentina. Existe la creencia de que Baigorria murió en la batalla de San Lorenzo, pero los registros muestran que sirvió en el ejército de los Andes hasta aproximadamente el año 1818.
La llegada del grupo de Bermúdez, impidiendo que los realistas se reorganizaran en cuadro, completó la victoria de San Martín, obligando a los realistas a huir apresuradamente. Algunos realistas se arrojaron al río desde la barranca y perecieron ahogados. El combate duró, en total, alrededor de 15 minutos.
Este combate constituyó el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballo.
Pese a lo escaso de las tropas comprometidas, y a la escasa duración de la batalla, ésta tuvo consecuencias estratégicas: no hubo más campañas de los realistas de Montevideo hacia el río Paraná, y la ciudad comenzó a tener problemas de abastecimiento. Estos llevarían, mucho más tarde, a su caída en manos de las tropas de Buenos Aires.
San Martín se expuso al fuego enemigo hasta el punto de que en este combate casi perdió la vida. Para explicar este hecho, téngase en cuenta que en esa época muchos de los oficiales principales encabezaban los combates para ser ejemplo de sus subordinados, el otro motivo parece haber sido disipar las sospechas que pudiera haber sobre la fidelidad de San Martín: tras décadas de vida en España, aún mantenía acento peninsular, y se sospechaba que fuera un agente realista (proespañol).
Parte del combate de San Lorenzo, suscrito por el coronel José de San Martín al superior gobierno:
El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V. E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores.
El legado del combate de San Lorenzo se preservó con las toponimias de tres localidades del Gran Rosario: Puerto General San Martín (por el victorioso general libertador, como muchos otros sitios de Argentina), Capitán Bermúdez (capitán del Regimiento de Granaderos, jefe del ala derecha en el ataque), y Granadero Baigorria (un soldado de Granaderos). La carretera que atraviesa las citadas localidades, Ruta Nacional 11, toma el nombre de Avenida San Martín al atravesar su zona urbana. También una gran avenida, San Martín, de Rosario lleva ese nombre y en el casco histórico de Rosario existe la Bajada Sargento Cabral, en homenaje a Juan Bautista Cabral.
El Convento de San Carlos Borromeo conserva los restos mortales de los combatientes muertos en una urna. Hay un Museo Histórico sobre el combate, con la celda ocupada por el General San Martín (que puede visitarse). En el exterior y frente a él, está el monumento conmemorativo del combate, y el Campo de la Gloria.parte de guerra referente al combate en cuestión. Actualmente, dicho árbol (un pino del Mediterráneo) está ya seco, debido a enfermedades y tormentas que lo afectaron durante las últimas décadas. Sin embargo, su tronco aún continúa en el lugar.[cita requerida]
Detrás del edificio vive aún un viejo árbol bajo el cual San Martín redactó elA orillas del Paraná, está el Campo de la Gloria, donde, se dice, se desarrolló el glorioso combate. No obstante el combate tuvo lugar en un puerto natural que existía cientos de metros hacia el norte y que marcharon hacia el convento en diagonal. Esa pequeña playa desapareció tras una furiosa tormenta de 1915, por lo que el verdadero Campo de la Gloria está sepultado bajo numerosas casas.
Cuarenta fueron las bajas producidas entre las tropas realistas, en tanto que las filas patriotas tuvieron 14 y fueron:
A ellos deben agregarse el capitán Justo Germán Bermúdez, nacido en Montevideo, que falleció 11 días después, y el teniente Manuel Díaz Vélez, nacido en Buenos Aires, que fallecería el 20 de mayo de 1813, ambos a consecuencia de las heridas recibidas en combate.
Véase también: Marcha de San Lorenzo.
Letra: Carlos Javier Benielli; música: Cayetano. A. Silva.
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