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Concha



Una concha es la cobertura dura, rígida y exterior que poseen ciertos animales. Solo se consideran conchas los exoesqueletos de los moluscos.

La concha sirve a los moluscos como elemento defensivo para protegerse de las agresiones externas de sus depredadores, y como punto de anclaje para sus músculos y órganos. Es decir, para la protección y el soporte anatómico. Tiene tres capas, aunque alguna de ellas puede desaparecer en ciertos grupos de moluscos. La más interna es el nácar o endostraco. Es una mezcla orgánica de capas de conquiolina (una escleroproteína, relacionada con la quitina que constituye el caparazón de los insectos, crustáceos y otros organismos) y cristales de aragonito. La intermedia es el mesostraco, donde aparecen cristales prismáticos de carbonato cálcico (CaCO3), en forma de aragonito o calcita. Por último, el periostraco es una capa orgánica de conquiolina. Solamente podría decirse que la conquiolina se parece a la queratina, porque ambas son escleroproteínas.

El nácar se segrega por unas células ectodérmicas del manto de ciertas especies de moluscos. La sangre de los moluscos es rica en una forma líquida de calcio, que se concentra fuera del flujo sanguíneo y se cristaliza como carbonato de calcio. Los cristales individuales de cada capa difieren en su forma y orientación. El nácar se deposita de forma continua en la superficie interna de la concha del animal (la capa nacarada iridiscente, también conocida como madreperla). Estos procesos proporcionan al molusco un medio para alisar la propia concha y mecanismo de defensa contra organismos parásitos y desechos dañinos.

Cuando un molusco es invadido por un parásito o molestado por un objeto extraño que el animal no puede expulsar, entra en acción un proceso conocido como enquistación, por el cual la entidad ofensiva se ve envuelta, de forma progresiva, por capas concéntricas de nácar. Con el tiempo se forma lo que conocemos como perlas, y la enquistación se mantiene mientras el molusco viva.

Las conchas son muy duraderas y permanecen mucho más tiempo que los animales de cuerpo blando que las producen. En lugares donde se acumulan grandes cantidades de conchas se forman sedimentos que pueden convertirse por compresión en caliza. En el caso de las acumulaciones de conchas de origen antrópico, generalmente como producto del descarte luego del consumo como alimento de las partes blandas, se denominan concheros, y constituyen algunos de los tipos de sitios arqueológicos más comunes en las costas marinas.[1]

Es segregada por el manto, un repliegue dérmico que recubre el cuerpo del animal y que sirve de base para el posterior depósito de sales minerales. Estas se cristalizan de diferentes formas dando lugar a las diferentes capas de la concha.

Son, en su mayoría, dextrógiras, es decir, la espiral que la constituye se enrolla siempre hacia la derecha. Existen otras (muy pocas) que son levógiras (esto es, crecen enrolladas hacia la izquierda) como la Neptunea contraria o Sinistralia maroccensis y, en ocasiones, se encuentra algún ejemplar levógiro de una especie que es normalmente dextrógira, debido a una mutación producida durante las primeras fases del desarrollo de larvario.

Se denomina valva a cada una de las partes del esqueleto exterior (la concha) que componen a los moluscos bivalvos.

Las valvas puede ser:

La concha de los moluscos gasterópodos está formada por una pieza asimétrica enrollada en espiral cuya abertura quedará hacia la derecha o hacia la izquierda si se observa la concha con el ápice hacia arriba y la abertura hacia el observador. La mayoría de las especies de moluscos gasterópodos tienen una concha que se abre hacia la derecha (dextrógiras), mientras que en el resto de especies se abre hacia la izquierda (levógiras). Se trata de un carácter específico; aunque dentro de una misma especie, pueden nacer individuos con este carácter dispuesto al contrario, constituyendo rarezas.

Las conchas de los moluscos gasterópodos marinos se denominan caracolas y su nombre se emplea frecuentemente para referirse por sinonimia a todos los caracoles marinos. Entre las especies denominadas caracolas se incluyen los géneros Melongena, (caracola gigante sagrada o caracol chactel), Pleuroploca (Pleuroploca gigantea), Turbinella y Strombus (familia Strombidae), pero el nombre se aplica a muchas otras especies, especialmente cuando las conchas tienen ambos extremos puntiagudos, es decir, que tienen espiras altas y un canal sifonal notable.

La concha es de forma variable y la mayoría de las especies la presentan y generalmente es espiralada, sólida y constituida de carbonato de calcio, La concha puede presentar una serie de ornamentaciones como lo son: orificios y canales respiratorios, costillas verticales, cordones espirales y suturas Cuando la concha es de forma espiralada la misma presenta varias regiones o estructuras como son la abertura, la columela, la vuelta del cuerpo y la espira. La gran mayoría presenta una estructura anexa que se encarga de cerrar la concha cuando el caracol se retrae dentro de este denominada opérculo el cual es de forma y tamaño variable.



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