En canto, se denomina coro, coral o agrupación vocal a un conjunto de personas que interpretan una pieza de música vocal de manera coordinada. Es el medio interpretativo colectivo de las obras cantadas o que requieren la intervención de la voz.
El coro está compuesto por diferentes tipos de voces, agrupadas en cuerdas. Cada cuerda agrupa las voces en función del registro o tesitura (intervalo de notas que es capaz de interpretar) de cada una.
Los coros se componen habitualmente de cuatro cuerdas: sopranos, contraltos, tenores y bajos. Sin entrar en mucho detalle, podríamos decir que cada cuerda interpreta simultáneamente una melodía diferente, y es gracias a la formación de diferentes acordes que se consiguen los efectos deseados por el autor.
La elección de la disposición de los coros viene dada por la relación del espacio y la acústica del auditorio, también por el número de integrantes por cada voz.
En general se tiende a la disposición o agrupación por voces graves y agudas o disposición en escala. Esta disposición es paralela a la disposición de los instrumentos de la orquesta y permite un rápido reconocimiento visual por parte del director.
La proporción de las voces dentro del coro viene dada por la potencia y número de armónicos de las mismas. Los bajos son los más potentes y armónicos, por tanto será el grupo proporcionalmente más reducido. Una buena proporción sería, aproximadamente, de un 32-35 % de sopranos, un 25-28 % de contraltos, un 18-22 % tanto de tenores como de bajos, teniendo siempre más tenores que bajos.
La tipología coral puede clasificarse atendiendo a diversos criterios:
Por el criterio de instrumentalidad:
Por el criterio de timbre y tesitura: Cuando contienen voces de la misma naturaleza, voces blancas o graves a un mismo tiempo.
Tipos de coros en función de la composición de sus voces:
Clasificación de los coros atendiendo al tamaño:
El coro es un juicio colectivo que históricamente nace en el momento en el que un grupo de personas se ponen a cantar juntas bajo unas mismas directrices marcadas por ellas mismos o por la personalidad de un director. El coro fue tomando forma y auge en Grecia, que es donde nacieron varias de las artes. Coro proviene del griego ronda. Los coros griegos eran formaciones de hombres, mujeres, mixtos o de hombres y niños. Cantaban solamente música monódica, normalmente en el teatro. Los coros eran utilizados para adorar a sus deidades (dioses). También en otras culturas como la hinduista se utilizaba el canto. Esta era una manera de adorar a sus dioses. Por medio del canto también se contaban leyendas, como ser la creación del mundo.
En el antiguo Egipto la música era considerada como la jerarquía inmediata al faraón y los principales músicos de la orquesta del palacio real, pero en primer lugar el cantante principal era considerado con rango de parientes del rey. En casi todas estas civilizaciones solo se permitía cantar a los hombres, aunque en Mesopotamia se organizaban coros de mujeres cuando ellas recibían a los hombres que regresaban victoriosos de la guerra. En Mesopotamia la música estaba íntimamente asociada con ritos de adoración a los astros y dioses. El dios Ea era el protector de la música, y se representaba mediante el sonido de un gran tambor. No solo lo adoraban con intervención de la música, sino que lo relacionaban con ella directamente, consideraban que algunos dioses eran músicos según muestran esculturas y relieves.
El coro surgió en la antigua Grecia como expresión musical y teatral colectiva, y siguió existiendo en Roma, donde consta su presencia en actos musicales de circo Flavio, en la época del emperador Claudio.
Ligado en la Edad Media a las funciones litúrgicas, el coro fue adquiriendo mayor importancia gracias a la polifonía en los dos siglos que precedieron al renacimiento. En la Edad Media se forman coros en las iglesias y monasterios para acompañar a la liturgia, normalmente integrados solo por hombres (monasterios masculinos y catedrales) o solo mujeres (monasterios femeninos). En la liturgia habitual respondía y cantaba todo el pueblo conjuntamente (hombres y mujeres). Es también la Edad Media la que inventa una notación musical que llega hasta nuestros días y que nos permite construir el repertorio coral.
A principios del siglo X ―en el periodo conocido como Ars antiqua― aparece la polifonía, que permite el desarrollo de las agrupaciones vocales. Se canta en principio a dos voces y más tarde a tres y cuatro voces, aunque no en forma de coro sino de solistas (tríos y cuartetos).
En los siglos XIV y XV, en el periodo conocido como Ars nova, los niños pasan a formar parte de los coros, constituyendo las voces agudas de las obras polifónicas. En el siglo XVI aumenta el número de integrantes y se nombran las voces según su tesitura (cantus, altus, tenor y bassus).
En los siglos XVII y XVIII, en los periodos denominados Barroco y Clasicismo, los coros siguen aumentando el número de integrantes y las voces que designan su tesitura son nombradas con los términos actuales (soprano, contralto, etc.). Aumenta el número de partes vocales reales. Es la época de las grandes obras corales de Händel, Bach, Vivaldi, Haydn y Mozart.
En el siglo XIX, durante el romanticismo, se da una revolución en el mundo coral con la megalomanía de los conjuntos corales que llegan a agrupar a más de ochocientos integrantes y el fenómeno de socialización, siendo los coros considerados como medios de solidaridad y formación de los individuos. El siglo XX continúa con el fenómeno de socialización.
Los coros litúrgicos católicos de la Edad Media y del Renacimiento requerían una escritura exclusivamente para voces masculinas. Eso hace que para los coros de aficionados actuales, las voces graves sean muy graves y que las voces agudas sean el equivalente de una contralto femenina, que es la altura máxima a la que podía llegar razonablemente un falsetista. Eso hace a su vez que las partituras escritas deban transcribirse una tercera mayor o una cuarta justa por encima de la tonalidad original, para poder ser interpretadas por coros modernos a voces mixtas. Un ejemplo es el motete Sicut Cervus Desiderat, de Palestrina, cuya versión moderna editada en Italia hacia 1930 está escrito en la tonalidad de fa mayor, y que versiones adaptadas a coros de aficionados transcriben a la mayor. Algunos directores de coro usan falsetistas varones cantando la voz de contraltos en obras de ese período. A diferencia de una contralto femenina, cuyo tono es neutro o sombrío sobre todo en el registro medio y grave, los falsetistas le infunden a la cuerda un color sumamente especial, rico en armónicos.
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