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Cortes de Cuéllar de 1297



Cortes de Cuéllar de 1297. Cortes del reino de Castilla celebradas en Cuéllar entre los meses de febrero y marzo de 1297, durante la minoría de edad de Fernando IV de Castilla.

Fueron convocadas por la reina María de Molina, madre de Fernando IV de Castilla, y por el infante Enrique de Castilla el Senador, tutor del rey Fernando IV durante su minoría de edad.

Las Cortes de Cuéllar de 1297 fueron una asamblea plena a la que se convocó a los ricoshombres, maestres de las órdenes militares y hombres buenos de las villas de Castilla, aunque también asistieron los prelados del reino.[1]​ Los representantes de los concejos concedieron un servicio al rey, que fue destinado a pagar las soldadas de los nobles.[2]

Dentro de los asuntos tratados en la asamblea destacaron los graves problemas económicos de la Hacienda castellana, y el infante Enrique de Castilla propuso la venta de la plaza de Tarifa al rey Muhammad II de Granada, que había sido conquistada en 1292, durante el reinado de Sancho IV de Castilla, padre de Fernando IV. No obstante, dicha propuesta no fue aceptada por considerar que se trataba de la llave de control Estrecho de Gibraltar y por la oposición de la reina María de Molina.[3]

El infante Enrique de Castilla consiguió que las Cortes aprobaran la cesión del castillo de Alarcón a su sobrino Don Juan Manuel, nieto de Fernando III de Castilla, como compensación por haberle arrebatado los aragoneses la villa de Elche, a pesar de la oposición de la reina María de Molina, que no deseaba sentar ese tipo de precedentes entre los nobles y magnates castellanos,[4]​ aunque se vio obligada a consentirlo para complacer al infante Enrique, al que hubo de entregar además las villas de Gormaz y Calatañazor para impedir que se uniera a los enemigos de Fernando IV.[5]



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