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Cotija de la Paz



Cotija de la Paz es una ciudad mexicana del estado de Michoacán y cabecera del municipio de Cotija.

Cotija es un pueblo que tiene población de ascendencia española, italiana y del sur de Francia. La palabra Cotija viene de "cotixani", palabra de origen chichimeca[cita requerida] (cabe hacer mención que en la región nunca han existido asentamientos chichimecas). Cotija quiere decir «lugar donde la garganta se hace ancha». Existen otras acepciones sobre su significado y de dónde proviene, sin embargo todas carecen de antecedentes bibliográficos. A Cotija se le conoce como tierra de santos.

Así como existen indicios de asentamientos anteriores a la llegada de los españoles, es decir que ya se encontraba gente viviendo en las orillas del río Cuervo y el río Claro.

Existen diferentes versiones sobre la fecha exacta de la fundación del pueblo. Sin embargo, el reverendo Sacerdote José Romero Vargas dedicó varios años de su vida a la investigación histórica de ésta, que fue su tierra natal. Después de varios años de encuesta determinó que esta era la más posible y verídica versión sobre la fundación de Cotija.

Durante los primeros años del dominio español formó parte de la encomienda de Tarecuato-Tepehuacán, concedida a Don Antonio Caicedo. En el último cuarto del siglo XVI el virrey autorizó que familias españolas se asentaran en el valle formándose una congregación dentro del corregimiento de Tingüindín.

Entre 1575 y 1576 en el sitio que los antiguos llamaban Cotixa, y muy cerca de un cristalino riachuelo que después llamaron El Río Claro, sentó don Melchor Manzo de Corona sus casas de morada. Con él llegaron también su esposa, doña Juana Pérez, sus hijos Melchor y Leonor, y algunos indígenas, como Juan Alonso, nacido en Tacatzcuaro.

De 1581 a 1595, se establecieron alrededor de esta estancia otros once colonos españoles. Algunos edificaron sus casas y con perseverancia se dedicaron, principalmente, a la ganadería. Al transcurrir de los años y atraídos por el buen clima y la belleza de la zona, se fueron avecindado otras familias españolas. Ya para este entonces se le conocía como El Rincón de Cotixa y la estancia de don Melchor Manzo era considerada como la cabecera o centro de las demás. Por esta razón en ella se construyó una primitiva capilla a Nuestra Señora del Pópolo y se hacía los domingos el tianguis.

Ya desde antes de 1730, la capilla de El Rincón de Cotija tenía sacerdote de pie, pero los bautismos, los casamientos y los entierros no se permitían y era forzoso acudir a la sede parroquial en Tinguidin.

Fue hasta noviembre de 1740 cuando se remedió este mal cuando el obispo de Michoacán Fr. Marcos Ramírez del Prado que el la capilla y atrio del Rincón de Cotija se diera sepultura eclesiástica. Entre el 2 al 5 de agosto de 1759, durante una visita oficial del Juez Comisario, subdelegado para Ventas y Composiciones de Tierras y Aguas Baldías y Realengas de la jurisdicción de Xiquilpan, Periban, y Tinguindin, el señor licenciado don Francisco Antonio de Echavarri, decreto que a partir de esa fecha El Rincón de Cotixa y el Llano de Titiacoro quedaran unidas para siempre en un solo nombre, con la categoría oficial de La Congregación de Cotija.

Desde 1790, Cotija es oficialmente designado como pueblo dejando de ser congregación.

Durante una visita que el gobernador de Michoacán Aristeo Mercado hiciera al pueblo, se dio cuenta de que los hijos de Cotija no habían nacido para vivir y enriquecerse con la política, sino que amaban la paz, el orden, la tranquilidad y el progreso.

Con estas impresiones regresó a Morelia el gobernador y dos años después decretó que desde el 5 de mayo de 1896 el pueblo de Cotija tuviera el rango de ciudad y llevara el nombre de Cotija de la Paz.

A pesar de ser una población eminentemente católica por muchos años, la tradición oral de los pobladores señala que fue fundada por una gran cantidad de sefarditas o judíos conversos. Esta misma tradición la comparte la ciudad de Zamora de Michoacán, y está relatada en varios libros del sacerdote católico Alfonso Verduzco Pardo. También es importante destacar la participación de Cotija en la guerra Cristera en México (1926 a 1929).

La población de Cotija a inicios del siglo XX se distinguía por una sentida religiosidad, expresada en variadas tradiciones piadosas y en el florecimiento de vocaciones sacerdotales y religiosas, habiendo sido esta localidad cuna de seis obispos dentro de la Iglesia Católica.

El queso Cotija es el producto gastronómico más destacado de la población. Desde hace aproximadamente 400 años se comenzó a crear esta variedad de queso en rancherías aldeanas al pueblo. En el año 2000 fue creada una marca registrada del queso Cotija estableciendo normas comunes para su elaboración artesanal. Para mantener este patrimonio gastronómico, cada año se lleva a cabo una feria del queso Cotija. El queso Cotija artesanal fue reconocido, entre 500 participantes, como el mejor queso extranjero del año en el campeonato mundial de quesos en Cremona, Italia, en noviembre del 2006.[cita requerida]



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