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Crassula ovata



Crassula ovata, comúnmente llamada árbol de jade, es una planta suculenta originaria de Mozambique y algunas de las provincias sudafricanas (KwaZulu-Natal, Cabo Oriental).[1]

C. ovata es una planta perenne, con ramas gruesas y hojas carnosas de 3 a 7 cm, que crecen en pares opuestos a lo largo del tallo. Es originaria de África del sur, crece en los laterales de las montañas en lugares rocosos y calurosos con lluvias invernales. Tiene un crecimiento arbustivo, suele desarrollar un tronco central grueso, por lo que muchas veces crece en forma de pequeño árbol pudiendo alcanzar los 2 m de altura. Las hojas son de un característico color verde jade y algunas variedades pueden desarrollar un tinte rojizo en los bordes cuando se exponen a elevados niveles de insolación. Los tallos jóvenes tienen el mismo color y textura que las hojas, volviéndose leñosos y marrones con la edad. Bajo las condiciones adecuadas, producen flores blancas o rosadas desde fines del otoño hasta el invierno.

C. ovata tolera el calor, la sequía, el viento y cierto grado de salinidad en el aire.[2]​ Como todas las suculentas, es muy sensible al exceso de agua, sobre todo durante la estación fría. Requiere exposiciones soleadas o a media sombra (unas 4-6 horas de sol directo). La sobreexposición a la radiación solar puede provocar la caída del follaje y quemaduras en las hojas. No tolera el frío. En regiones de clima templado puede soportar alguna helada ligera, a condición de que el sustrato se mantenga seco.[3]

El riego en exceso puede ocasionar la caída de las hojas y la putrefacción de la planta. Sin embargo, también la falta extrema de agua puede dañarla. Su cultivo se favorece en un sustrato poroso y con buen drenaje, como turba y perlita en proporción 2-1 o mezcla especial para cactáceas y suculentas, para evitar la retención de agua y dejar que la superficie del sustrato se seque entre riego y riego.

Para estimularla se debe dejar de regar por completo en otoño. La combinación de días más cortos, noches frías y falta de agua durante varias semanas producirán la floración alrededor del comienzo del invierno.[4]

Se propaga fácilmente por esqueje de tallo u hoja. En la naturaleza, los tallos y las hojas a menudo se desprenden cayendo al suelo, y después de unas semanas, pueden echar raíces y formar una nueva planta. Cabe recalcar que con el uso de enraizantes naturales se puede acelerar el proceso.

En jardinería se usa en rocallas o plantada en grandes macetas en el exterior en climas templados. También se suele utilizar como bonsái de interior ya que puede controlarse muy bien su crecimiento.

Crassula ovata fue descrita primero por Philip Miller como Cotyledon ovata y descrito entonces en The Gardeners Dictionary, ed. 8, nº 8[2], 1768 y ulteriormente atribuido al género Crassula por George Claridge Druce y publicado en Rep. Bot. Soc. Exch. Club Brit. Isles 1916, p. 617, 1917.[5]

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