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Cupido durmiente (Miguel Ángel)



El Cupido durmiente, fue una escultura creada en el Renacimiento por el artista Miguel Ángel. En el año 1496 fue realizada en mármol a tamaño natural. Es una obra desaparecida desde el siglo XVII, y se considera plausible que hubiera sido destruida en el incendio del extinto palacio de Whitehall de Londres en 1698.[1]

Después de una breve estancia en Bolonia, regresó Miguel Ángel a Florencia, donde esculpió el Cupido, al verla, una vez terminada, Lorenzo di Pierfrancesco de Médici (1463-1503) le dijo al escultor: «Quizá si la enterraras y la trataras para darle el aspecto de una obra antigua, la enviaría a Roma, donde estoy seguro de que creerían que es una antigüedad y la venderías mucho mejor». En aquella época las obras antiguas se vendían con más facilidad que las de realización nueva, y el Cupido fue sometido a un proceso de envejecimiento artificial. La escultura fue vendida como una pieza de la Antigüedad[2]​ encontrada en un hallazgo arqueológico al cardenal Riario, sobrino del papa Sixto IV, quien pagó doscientos ducados de oro, pero el marchante que se encargó de la operación le entregó a Miguel Ángel solo treinta ducados. Comprado más adelante por César Borgia en 1502, terminó finalmente regalado a Isabel de Este. El 21 de julio de 1502 llegó a Mantua, y fue almacenado en la Gruta del Studiolo que tenía la marquesa en el Castello di San Giorgio. Aparece documentado en un inventario en Mantua de 1542, y allí habría permanecido hasta al menos 1627. A finales del siglo XVII, fue trasladado a Inglaterra junto con las colecciones de Gonzaga, perdiéndose todo rastro de él cuando fue recibido como obsequio por Carlos I de Inglaterra en 1632. En 1698, el Cupido de Buonarroti fue probablemente destruido junto a otras obras de arte en los grandes incendios que asolaron el palacio de Whitehall.[3]



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