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Danzón no. 2



¿Dónde nació Danzón no. 2?

Danzón no. 2 nació en Moncayo.


El Danzón n.º 2 es una obra musical para orquesta sinfónica compuesta por el músico mexicano Arturo Márquez, estrenada el 5 de marzo de 1994.[1][2][3][4]​ Influenciada por el danzón, los ritmos populares y la música mexicana de concierto, es la más destacada de la serie de nueve piezas tituladas así, y se convirtió en una pieza recurrente en la interpretación de orquestas sinfónicas de México y el mundo.[5][6][7]​ El gobierno mexicano en su vigésimo aniversario reconoció a Danzón n.º 2 como «la segunda obra de música mexicana de concierto más famosa, sólo por detrás del Huapango de José Pablo Moncayo».[8][9]​ Críticos como Aurelio Tello lo califican como «uno de los rostros más profundamente genuinos de la actual música mexicana».[10]

La obra fue compuesta por encargo de la Dirección de Actividades Musicales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y estrenada el 5 de marzo de 1994 en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario por la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) bajo la dirección de Francisco Savin. Arturo Márquez la concibió "durante un viaje a Malinalco con el pintor Andrés Fonseca y la bailarina Irene Martínez",[11][6]​ ambos amantes de los bailes de salón mexicanos y del danzón mismo, quienes para colaborar en la inspiración de la pieza, realizaron con el autor viajes al puerto de Veracruz, en donde el baile de danzón es muy tradicional, y a sitios como el Salón Colonia en la colonia Obrera, de la Ciudad de México.[11]​ Márquez abundó en la escucha de ese ritmo, muy popular en México en la década de 1950 con grabaciones como las de Acerina y su danzonera. Su intención fue captar la conjunción tanto del ritmo musical como la del baile que lo acompaña:[11]

La composición significó un parteaguas en la carrera del compositor. Se realizó en un contexto general de renovación en su propio lenguaje así como deseos de esperanza y cambio, vividos en México tras el Levantamiento zapatista, en medio del cual el compositor realizaba la obra.[9]

El Danzón n.º 2 está dedicado a Lily Márquez, hija del compositor.[11]​ Según el autor, ya había esbozado algunas ideas expresadas en esta pieza en su composición previa Paisajes bajo el signo de Cosmos de 1993.[9]

Márquez tuvo en la composición de sus Danzones un cambio creativo, al intentar una renovación de su propio lenguaje procedente de música más avant-garde hacia un diálogo con ritmos populares desde la música de concierto.[12]​ En ellos la forma popular no determinó la estructura final de una pieza sinfónica en forma incluso cuando su autor insertó partes sincopadas, y algunos instrumentos clásicos del género dentro de su composición sinfónica, como las claves y el uso peculiar del timbal como las danzoneras.[13]​ Como lo afirmó el músico dominicano Antonio Gómez-Sotolongo, «Danzón es una obra sinfónica, no el arreglo sinfónico de un danzón».[14]

Cuerdas

Guitarra 1 y 2

Piano

Güiro

Xilófono y marimba

Guitarra 1 y 2

Cuerdas

Piano

Xilófonos

Guitarra 1 y 2

Cuerdas

Piano

Timbales

Xilófono y marimba

Guitarra 1 y 2

Cuerdas

Piano

Güiro

Xilófono y marimba

Guitarra 1 y 2

Cuerdas

Piano

Percusiones

Cuerdas

Piano

Xilófono y marimba

Guitarras

Piano

Timbales

Piano

Cuerdas

Piano

Xilófonos

Guitarra 1 y 2

Cuerdas

Piano

Güiro

Guitarra 1 y 2

Cuerdas

Piano

Claves

Xilófono y marimba

Guitarra 1 y 2

Cuerdas

Piano

Percusiones

Cuerdas

Piano

Guitarras

Xilófono y marimba

Timbales

Guitarras 1 y 2

Piano

Cuerdas

Xilófono y marimba

Güiro

Xilófono y marimba

Guitarra 1 y 2

Cuerdas Piano

Percusiones

Cuerdas

Piano

Xilófono y marimba

Guitarra 1 y 2

Cuerdas Piano

Güiro

Cuerdas

Flauta 1 y 2

Guitarra 1 y 2

Piano

Güiro

Fuente:[7]

El Danzón n.º 2 supuso, según su autor, un parteaguas, es decir, un antes y un después en su carrera. Las críticas a la obra hablan de una obra que logró incorporar exitosamente musicales populares a los académicos, en este caso los mexicanos, lo cual influiría a realizar ejemplos similares en la obra de otros compositores de México y otros países. Tal práctica llevaría a una asimilación actual de la obra de Márquez como un ejemplo de influencia de la identidad y el nacionalismo en una obra musical contemporánea, un ánimo semejante al que determinó la creación del nacionalismo musical mexicano de la primera mitad del siglo XX con autores como Carlos Chávez, Blas Galindo, Silvestre Revueltas y José Pablo Moncayo. Incluso el Danzón n.º 2 es asociado frecuentemente con el Huapango de Moncayo. Como comentó sobre los Danzones de Márquez el crítico Aurelio Tello, «nadie hubiera pensado que cuando en 1992 nació el Danzón n.º 1 para cinta magnetofónica, la música mexicana se enrumbaría con flagrante determinación por senderos que se creían ya dejados de lado». Tal identidad nacionalista, como indica Bielette,[10]​ puede ser una de las razones por las cuales el Danzón se ha posicionado con tal éxito en el repertorio internacional, al erigirse como un símbolo de identidad de lo nuevo mexicano, con su compositor como representante de la música contemporánea producida en el país.

Debido a su carácter rítmico y su asociación con el danzón, las audiencias asociaron paulatinamente la pieza a un ánimo festivo, aunque no fue el propósito inicial de Márquez. Es por ello que en las interpretaciones más difundidas se hacen con el tempo más acelerado que en su estreno y grabación original.[9]

El Danzón n.º 2 ha sido grabado por las siguientes orquestas y artistas:



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Comentarios
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Susana:
Me parece precioso tenía una filmación de su esposa bailando ,como recuperarla
2022-10-06 16:18:35
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