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Danza de los Dragones



La Danza de los Dragones es un conflicto militar que tiene lugar siglos antes de los hechos que se narran en las novelas de Canción de hielo y fuego. La guerra fue un enfrentamiento civil entre los partidarios de Rhaenyra Targaryen (llamados «Negros») y los de Aegon II Targaryen (llamados «Verdes»), cuando ambos mostraron su pretensión al Trono de Hierro. El enfrentamiento terminó con la muerte de ambos pretendientes y la subida al trono del hijo de Rhaenyra, Aegon III Targaryen.

Conocido con el nombre de «Danza de los Dragones», este conflicto se gestó durante el reinado de Viserys I Targaryen. Bajo el reinado de Viserys, la Casa Targaryen nunca había tenido tantos miembros y tantos dragones; como consecuencia, esto se tradujo en un gran número de miembros compitiendo por las posiciones de poder. Por otro lado, Viserys había fracasado en tener un heredero varón con su primera esposa, Aemma Arryn, con quien solamente tuvo una hija, Rhaenyra. Ante la falta de herederos varones, Viserys comenzó a educar a Rhaenyra para convertirla en su sucesora. Viserys contraería matrimonio una segunda vez, en esta ocasión con Alicent Hightower, miembro de la poderosa Casa Hightower; con ella tendría cuatro hijos, incluyendo tres varones. Esto no trastocó los planes de Viserys, quien seguía pretendiendo que fuera Rhaenyra quien lo sucediera.

Una nueva situación imperaba, de manera que surgieron partidarios de la causa de Aegon, el primogénito de Viserys con Alicent, entendiendo que el varón debía prevalecer sobre la mujer en cuestiones de sucesión. Dentro de la corte se generaron dos bandos; el que apoyaba el ascenso de Aegon sobre Rhaenyra y los que aún continuaban compartiendo la visión del rey de que Rhaenyra fuese la heredera. La tensión siguió en aumento cuando Rhaenyra contrajo matrimonio con Laenor Velaryon, con quien tendría tres hijos varones, sin embargo, comenzó a rumorearse que sus hijos no eran de Laenor. Tras la muerte de este, Rhaenyra contrajo matrimonio de nuevo, esta vez con su tío Daemon y hermano del rey, con quien tendría otros dos hijos.

Ambos bandos —distinguidos bajo los nombres de «Negros», partidarios de Rhaenyra, y «Verdes», partidarios de Aegon— se profesaban un odio mutuo, apenas disimulado ante el rey. Rhaenyra se trasladaría a vivir a Rocadragón, la fortaleza ancestral de los Targaryen, junto a su familia y principales apoyos, mientras que los Verdes proseguían intentando convencer al rey de que nombrara sucesor a Aegon.

A la muerte de Viserys, el Consejo Privado se reunió para decidir al sucesor. Ser Otto Hightower, la Mano del Rey, argumentó que si Rhaenyra ascendía al trono, Daemon sería el auténtico rey y no perdonaría a aquellos que se opusiesen a Rhaenyra. Tyland Lannister, Consejero Naval, afirmó que los juramentos de lealtad hechos a Rhaenyra no habían sido realizados por ellos mismos, de manera que carecían de validez al prevalecer el varón sobre la mujer en términos de herencia. El Consejo Privado, compuesto por Otto Hightower, Tyland Lannister, Criston Cole —Lord Comandante de la Guardia Real—, Larys Strong —Consejero de los Rumores— y la reina viuda Alicent Hightower, decidieron conjurarse para asegurarse de que fuera Aegon el sucesor de Viserys.

Decididos a retrasar el anuncio de la muerte del rey el máximo tiempo posible, su muerte fue ocultada mientras se dedicaban a apresar o eliminar a cualquier partidario de Rhaenyra en la capital —esta se hallaba en Rocadragón a punto de dar a luz, de manera que se encontraba incapacitada—. Poco después, Aegon fue proclamado «Rey de los Siete Reinos» como «Aegon II».

Tras enterarse de que había sido traicionada, Rhaenyra se puso de parto prematuro y dio a luz a una niña que nació muerta. Rhaenyra juró vengarse de los Verdes y reunió a sus propios partidarios. Fue proclamada como «Reina de los Siete Reinos» en Rocadragón, su esposo Daemon como «Lord Protector» y su hijo mayor, Jacaerys Velaryon, como «Príncipe de Rocadragón» y su heredero. A partir de ahí se generaron dos bloques o «Consejos», cada uno apoyando a un pretendiente distinto.

Los Negros poseían más dragones que sus adversarios, pero carecían de jinetes para montarlos, mientras que los Verdes controlaban las principales ciudades de Poniente (Desembarco del Rey, Antigua y Lannisport) y el tesoro real. Daemon era partidario de conseguir el apoyo de los grandes señores de los Siete Reinos antes de emprender ninguna acción militar, por ello, el príncipe Jacaerys Velaryon acudió al Norte y al Valle de Arryn a ganarse las lealtades de los grandes señores para su causa.

Daemon acudió a conquistar Harrenhal como base para reunirse con los señores de las Tierras de los Ríos. Mientras el hijo mayor, Jacaerys, acudiría al Norte y al Valle para conseguir el apoyo de las casas Stark y Arryn, el mediano Lucerys, acudió a ganarse el favor de Bastión de Tormentas. Allí, Lucerys se topó con Aemond, el hermano de Aegon II. Lord Borros Baratheon ofreció su lealtad a cambio de que alguno de ellos contrajera matrimonio con alguna de sus hijas, pero Lucerys no pudo aceptar, pues ya se hallaba comprometido, pero Aemond sí que lo hizo. Lord Borros no permitió ningún enfrentamiento en su bastión. Ya fuera de la fortaleza, Aemond, montado en Vhagar, no tuvo problemas en deshacerse de Lucerys y de su dragón Arrax.

Clamando venganza por la muerte de Lucerys, Daemon Targaryen, que había sido Comandante de los Capas Doradas de Desembarco del Rey, contaba con contactos dentro de la capital. Dos asesinos, conocidos como Sangre y Queso, se infiltraron en la Fortaleza Roja y confrontaron a la reina Helaena, capturando a sus dos hijos, Jaehaerys y Maelor, exigiendo a la reina que escogiera quién debía morir. La reina Helaena escogió a Maelor, entonces ellos asesinaron al príncipe Jaehaerys. Desde entonces, la reina Helaena cayó en un estado de locura y nunca se recuperó del trauma.

Al observar cómo el bando de los Verdes cedía más y más terreno, Aegon II decidió destituir a Otto Hightower como Mano del Rey y nombró en su lugar a Ser Criston Cole. Este inició una política mucho más agresiva, decidiendo castigar a los señores que habían decidido apoyar a Rhaenyra. Se lanzó a someter a las casas nobles de las Tierras de la Corona; una vez puso asedio sobre la Casa Staunton, esta pidió ayuda a Rocadragón, partiendo la princesa Rhaenys montada en su dragón Meleys. Nada más aparecer Rhaenys, Aegon y Aemond surgieron montados en sus dragones Fuegosolar y Vhagar. Rhaenys no tenía ninguna posibilidad contra los dos dragones juntos, y en la batalla que se sucedió, la princesa Rhaenys y su dragón murieron en el enfrentamiento. Aegon y Fuegosolar también quedaron gravemente heridos; Fuegosolar quedó temporalmente incapacitado para volar y Aegon cayó en coma debido a las graves heridas sufridas. Su hermano Aemond asumió entonces la Regencia.

Para aplacar la furia de Lord Corlys Velaryon por la muerte de su esposa, el príncipe Jacaerys lo nombró Mano de la Reina. Decidida a poner a sus hijos a salvo, Rhaenyra envió a su hijo Joffrey al Valle, mientras que a sus hijos con Daemon, Aegon y Viserys, fueron enviados a Pentos custodiados por la flota Velaryon. Sin embargo, los Verdes consiguieron el apoyo del Reino de las Tres Hijas, cuya flota capturó a los príncipes Aegon y Viserys. El joven Aegon consiguió escapar en su dragón, aunque Viserys no tuvo tanta fortuna y permaneció cautivo el resto del conflicto, considerándosele muerto.

Sabiendo que sus dragones, mientras no tuvieran jinetes, no serían útiles para la causa de los Negros, el príncipe Jacaerys hizo un llamamiento, retando a todos aquellos que tuvieran sangre Targaryen para domar alguno de los dragones que permanecían en Rocadragón. Decenas lo intentaron, pero lo mayoría fracasaron. Únicamente cuatro personas consiguieron domar a algunos de ellos: Hugh Martillo logró domar a Vermithor, Ulf el Blanco domó a Ala de Plata, Addam Mares sometió a Bruma, y una muchacha llamada Ortigas que domó a Ladrón de ovejas; todos ellos recibirían el nombre de «Semillas de Dragón».

Empleando su flota, la Casa Velaryon bloqueó el Gaznate —el estrecho que comunicaba Desembarco del Rey con el Mar Angosto—. Incomunicados por mar, los Verdes emplearon la flota del Reino de las Tres Hijas para romperlo. Montado en su dragón Vermax, el príncipe Jacaerys, junto a cuatro de las Semillas de Dragón, partió a rechazar el ataque de la flota aliada. En un principio, parecía que los Negros tenían controlada la situación, pero el dragón Vermax voló demasiado bajo y se estrelló en el mar junto a Jacaerys, siendo ambos asaetados por los hombres de la flota aliada. Pese a que parte de su flota había sido destruida, el Reino de las Tres Hijas puso rumbo a la isla de Marcaderiva, asentamiento de la Casa Velaryon, sometiendo a la isla a un brutal saqueo de la cual nunca se recuperó. Considerada teóricamente una victoria para los Negros, que habían conseguido destruir la flota aliada, lo cierto es que observaron cómo el heredero Jacaerys fallecía junto a su dragón, la pérdida de un tercio de la flota Velaryon y el saqueo de Marcaderiva.

Mientras tanto, en la capital, Ser Criston temía que los aliados norteños de Rhaenyra se sumaran con las Casas ribereñas. El príncipe Aemond quería partir hacia Harrenhal a luchar contra Daemon, y pese a que sus consejeros le sugirieron que aguardara a que llegaran las tropas de la Casa Baratheon o a que el rey se recuperara, Aemond estaba decidido a marchar contra su medio-tío. Aemond y Ser Criston partieron con un ejército de 4.000 hombres hacia las Tierras de los Ríos; sin embargo, esto era justo lo que Daemon pretendía, ya que ahora Desembarco del Rey se hallaba desprotegida.

Daemon y Caraxes se unieron a Rhaenyra y su dragón Syrax que marcharon a Desembarco del Rey. Gracias a traidores dentro de los Capas Doradas, las puertas de la capital se abrieron a los Negros. En menos de un día, todo Desembarco del Rey estaba en manos de Rhaenyra mientras los familiares de Aegon II fueron tomados como cautivos; Ser Otto Hightower fue ejecutado, mientras que Tyland Lannister y el Gran Maestre Orwyle fueron encerrados y torturados. Rhaenyra tomó entonces posesión del Trono de Hierro. Pese a que en un principio la población tomó la llegada de Rhaenyra con entusiasmo, las ejecuciones y los altos impuestos hicieron que se ganara el rechazo de la población.

Pese a todo, Aegon logró escapar de la capital con ayuda de su Consejero de los Rumores, Larys Strong, junto con su hijos Maelor y Jaehaera. Partió hacia Rocadragón, donde Lord Larys persuadió a su castellano de que se uniera al bando de Aegon. En poco tiempo, todos los hombres leales a Rhaenyra en Rocadragón estaban muertos y Aegon ya controlaba la fortaleza. Su única oposición provino de la princesa Baela Targaryen, que logró escabullirse hasta su dragón. Montada en su dragón Bailarina lunar, Baela combatió contra Fuegosolar, pero fue derrotada; la princesa, a diferencia de su dragón, pudo sobrevivir. Por otra parte, Maelor y Jaehaera fueron trasladados a lugares seguros por Guardias Reales; Jaehaera pudo llegar a salvo a Bastión de Tormentas, sin embargo, mientras Maelor atravesaba la ciudad de Puenteamargo rumbo a Antigua, los habitantes de la ciudad los asaltaron y descuartizaron a Maelor tras matar al Guardia Real.

Al enterarse de la noticia de la caída de Desembarco del Rey, Aemond y Ser Criston chocaron respecto a qué hacer a continuación. El primero era partidario de avanzar y recuperar la capital, mientras que el segundo defendía unirse a las fuerzas de la Casa Hightower que acababan de reunirse. De esa manera se dividieron, Aemond permaneció arrasando las Tierras de los Ríos con Vhagar mientras Ser Criston partiría hacia el sur.

Tratando de acumular la mayor parte de fuerzas posibles, Ser Criston pidió ayuda a Lord Jason Lannister, el cual comandó un ejército que combatió contra un ejército norteño liderado por Roderick Dustin al que se habían sumado fuerzas de los Blackwood y los Frey; se llamaría la Batalla de la Orilla del Lago, donde hubo casi 4.000 bajas entre ambos bandos. La batalla fue una victoria de los Negros, que vencieron al ejército Lannister matando al propio Lord Jason a cambio de sufrir una gran cantidad de bajas. Ser Criston partía hacia el sur encontrando un paisaje desolador, pretendiendo unirse a las huestes Lannister, pero estas ya habían sido derrotadas y les aguardaban los norteños y ribereños de Roderick Dustin. Ser Criston y su ejército, menores en número, desmoralizados y agotados, fueron masacrados, muriendo Ser Criston en la refriega.

Aemond y Vhagar seguían siendo una amenaza, de modo que Daemon y Caraxes partieron junto a Ortigas y Ladrón de ovejas para detenerlo. Al mismo tiempo, dos de los Semillas de Dragón, Hugh Martillo y Ulf el Blanco, partieron para combatir a los ejércitos de Lord Ormund Hightower y el príncipe Daeron Targaryen que marchaban rumbo a Desembarco del Rey. Se inició la llamada Primera Batalla de Ladera. El ejército de los Verdes era superior en número, pero los defensores de Ladera, liderados por Roderick Dustin, cargaron sobre los Hightower y atravesaron sus filas. Dustin mató personalmente a Lord Hightower antes de caer él mismo. Los defensores de Ladera creyeron que habían triunfado, hasta que Hugh Martillo y Ulf el Blanco descendieron sobre sus dragones y quemaron por completo la ciudad de Ladera. Al enterarse de sus traiciones, la reina Rhaenyra empezó a cuestionar la lealtad de los Semillas de Dragón restantes; ordenó el arresto de Addam Velaryon y de Ortigas, pero Lord Corlys Velaryon habló en defensa de su hijo adoptivo, en vano. Addam huyó junto a su dragón Bruma, lo que hizo que Rhaenyra ordenara apresar a Corlys. Ante la inminente llegada de los Verdes, el caos se apoderó de Desembarco del Rey y la reina ordenó cerrar las puertas de la capital.

Daemon y Ortigas se hallaban en el bastión de la Casa Mooton cuando se enteraron de la orden de arresto de la reina sobre Ortigas. Esta se marchó en su dragón para nunca volver a ser vista, mientras que Daemon partió a Harrenhal junto a Caraxes para enfrentarse a Aemond. Tras aguardar la llegada de Aemond, este apareció al cabo de pocos días montado en Vhagar. La lucha fue encarnizada; Daemon consiguió hundir su espada en el ojo de Aemond mientras ambos dragones colisionaban en el aire y caían sobre el lago Ojo de Dioses. Vhagar murió en la caída con el príncipe Aemond aún en su espalda, mientras que Caraxes sucumbió poco después; el cuerpo de Daemon nunca fue encontrado.

Antes de las Traiciones de Ladera, el poder de Rhaenyra se hallaba en su apogeo. Su Mano, Lord Corlys, le sugirió negociar la paz y ofrecer amnistías a los partidarios de Aegon. Por su parte, Daemon defendía que la guerra solo acabaría con las cabezas de sus medio-hermanos clavadas en picas. Las Traiciones de Ladera dieron un giro drástico al rumbo de la guerra.

El arresto de Lord Corlys Velaryon hizo que la flota de la Casa Velaryon abandonara la causa de la reina. La situación en Desembarco del Rey ya era bastante caótica y la extraña muerte de la reina Helaena fue el detonante de lo que vino a continuación: la población de la capital se levantó contra Rhaenyra y los Capas Doradas se vieron desbordados. Distintos reyezuelos se autocoronaron en los distintos distritos de la capital. La población giró entonces su atención hacia Pozo Dragón, el lugar donde los Targaryen mantenían a sus dragones. Una multitud corrió hacia allí para eliminarlos azuzados por un extraño predicador, desatándose una carnicería. El príncipe Joffrey, temiendo por su dragón Tyraxes, montó al dragón de su madre y partió, pero cayó de su espalda y murió en la caída. Los dragones Shrykos, Morghul, Tyraxes y Fuegoensueño murieron a manos de la multitud al ser incapaces de deshacerse de sus cadenas. Syrax, el dragón de Rhaenyra, murió combatiendo.

Viendo que la ciudad estaba perdida, Rhaenyra, su único hijo superviviente y un grupo de leales huyeron de la capital rumbo de regreso a Rocadragón.

Los Verdes, al enterarse del caos que sacudía la capital, insistieron en marchar cuanto antes. Sin embargo, se desconocía dónde estaba el rey Aegon, y la muerte del príncipe Aemond y de los hijos del rey hicieron que el príncipe Daeron fuera considerado para sucederle. Uno de los traidores, Hugh Martillo, demandó la Corona por derecho de conquista. Ofendidos por su arrogancia, los señores leales a Daeron asesinaron a Hugh y a Ulf, a la vez que Addam Velaryon, montado en su dragón Bruma, atacó por sorpresa a los Verdes. En la batalla que se llevó a cabo, el príncipe Daeron murió en extrañas circunstancias, mientras Addam y Bruma se enfrentaban a los dragones Tessarion y Vermithor, los cuales se hallaban sin jinetes. En la lucha murieron los tres dragones y el propio Addam. Sin comandantes, los Verdes se retiraron.

De vuelta a Rocadragón, Rhaenyra se percató que la fortaleza se había pasado al bando de su medio-hermano Aegon. Este, enterado de la llegada de Rhaenyra, ordenó apresarla y la dio de comer a su dragón Fuegosolar delante del hijo de Rhaenyra, Aegon.

Mientras tanto, en la capital, varios sujetos gobernaban Desembarco del Rey como reyezuelos. Lord Borros Baratheon, que aún no había participado en la guerra de forma activa, partió hacia la capital y restauró el orden. Aegon II regresó a Desembarco del Rey nada más enterarse de que se había restaurado el orden. Aegon ordenó liberar a Lord Corlys Velaryon e incluso lo introdujo en su Consejo Privado. Ante la ausencia de un heredero varón, Aegon tomó como esposa a una de las hijas de Borros.

Pese a que Rhaenyra había muerto y Aegon había tomado posesión de nuevo del Trono de Hierro, el conflicto aún no había finalizado. Lord Borros partió con su ejército a combatir un ejército ribereño al mando de Lord Kermit Tully, quien ahora peleaba por la causa de Aegon el Joven, como era llamado. Las tropas de los Baratheon eran superiores en número, lo que hizo que este se confiara. En la Batalla del Camino Real, el ejército ribereño venció al de Lord Borros gracias al clima desfavorable, muriendo en la batalla el propio Borros Baratheon. Esta victoria dejaba a los Negros el camino expedito hasta Desembarco del Rey, mas sabiendo que nuevas tropas del Norte y el Valle de Arryn partían hacia el sur para sumarse a la causa del joven Aegon. El rey Aegon II se negó a rendirse y rechazó la propuesta de Lord Corlys de unirse a la Guardia de la Noche, amenazando incluso con matar a su sobrino. Esa misma noche, el rey Aegon II fue descubierto muerto en su cama, envenenado. El instigador de su asesinato nunca se descubrió, recayendo todas las sospechas en Corlys Velaryon y en Larys Strong.

Debido a que Aegon II murió sin herederos, se decidió coronar al hijo de Rhaenyra, Aegon el Joven, que ascendió al trono con el nombre de «Aegon III». Inmediatamente, Lord Corlys Velaryon envió misivas a todas los señores para que aceptaran el reinado de Aegon III, lo que la mayoría hicieron. Cuando parecía que la paz era inminente, Lord Cregan Stark y su ejército de norteños llegaron a la capital dispuestos a castigar a todos aquellos que se opusieron a Rhaenyra. Para calmar sus ánimos, el joven rey nombró a Lord Stark su Mano del Rey, cargo que efectuó solo un día, el cual estuvo plagado de arrestos y ejecuciones. El propio Corlys estuvo a punto de ser ejecutado, salvándose por la intercesión de la princesa Baela Targaryen. Posteriormente, para asegurar la paz, el rey Aegon casaría con Jaehaera Targaryen, la única hija del difunto Aegon II.

Debido a la minoría de edad del rey Aegon se decidió establecer un consejo de Regencia que aunara a partidarios de ambos bandos para gobernar hasta su mayoría de edad. Lord Corlys Velaryon, Lady Jeyne Arryn, Lord Roland Westerling, Lord Royce Caron, Lord Manfryd Mooton, Ser Torrhen Manderly y el Gran Maestre Munkun fueron nombrados como Regentes, si bien se desatarían luchas de poder, sobre todo bajo el mando de Unwin Peake como Mano del Rey. Esta situación finalizaría el mismo día que el rey Aegon III llegó a su mayoría de edad, momento el cual despachó a todos los Regentes y asumió el gobierno efectivo, nombrando a su hermano pequeño Viserys como su Mano del Rey.

Para evitar que una situación similar a la de este enfrentamiento volviera a suceder, se decidió dar prioridad a los varones sobre las mujeres a la hora de sentarse en el Trono de Hierro, incluso aunque estos pertenecieran a líneas lejanas en la sucesión. Esto provocó que ninguna otra mujer volviera a sentarse en el Trono de Hierro.

Tras la gran matanza desatada entre los miembros de la Casa Targaryen, esta nunca volvió a ser tan poderosa como lo había sido hasta el estallido de la Danza. Al finalizar el conflicto, únicamente cinco miembros de la Casa Targaryen quedaban vivos: el joven rey Aegon III, su hermano menor Viserys, la esposa de Aegon, Jaehaera y las gemelas Baela y Rhaena Targaryen.

Por otro lado, solo unos pocos dragones habían sobrevivido al conflicto. Los dragones que nacieron con el paso del tiempo fueron siendo cada vez más débiles, algunos apenas llegaron a tener el tamaño de un perro. Durante el reinado de Aegon III moriría el último de los dragones, por lo que Aegon obtuvo el apodo de «Veneno de Dragón». Las causas por las que pasó esto son aún desconocidas dentro de la saga; unos afirmaron que se debió a que el rey Aegon los mandó asesinar debido al odio que adquirió por ellos tras ver cómo uno devoraba a su madre, mientras que otros afirman que la vida en cautividad volvió débiles a los dragones.[4]

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