Darío Echandía Olaya (Chaparral, 13 de octubre de 1897- Ibagué, 7 de mayo de 1989) fue un jurista, ideólogo, filósofo y político colombiano, egresado de la Universidad del Rosario, miembro del Partido Liberal que ocupó el cargo de presidente de Colombia en tres oportunidades, sin haber sido elegido por voto popular.
Tuvo un papel decisivo en los dos mandatos presidenciales que condujo Alfonso López Pumarejo y, luego, en los episodios de “El Bogotazo” o en el desarrollo de la política de concordia en bipartidismo conservador-liberal.
Echandía fue un activo dirigente después de que abandonó la presidencia de la República en 1944. Primero fue embajador ante la Santa Sede y el Reino Unido, luego profesor universitario, jefe único de su partido, consejero de políticos en ejercicio y de otros jefes de Estado. Pero, sobre todo se erigió en la conciencia moral y jurídica del liberalismo y del país. En los comienzos del Frente Nacional el presidente Alberto Lleras Camargo lo nombró Gobernador del Tolima.
Fue Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y de la Comisión de Reajuste Institucional, la cual ayudó a diseñar las Instituciones del Frente Nacional. También fue rector de la Universidad Libre de Colombia, así como miembro honorario del Instituto Caro y Cuervo desde 1961.
Darío Echandía Olaya nació el 13 de octubre de 1897 Chaparral (Tolima), el mayor de los ocho hijos de Vicente Echandía Castilla y Carlota Olaya Bonilla.
Tras estudiar en su ciudad natal, obtuvo su título de bachiller en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Posteriormente, obtuvo el título de Abogado en la Universidad del Rosario en Bogotá en 1917, siendo orientado por Rafael María Carrasquilla.
Vinculado al Partido Liberal desde muy joven, Echandía ocupó un escaño en la asamblea departamental de Tolima en representación de su partido entre 1918 y 1922. Luego de su incursión en política, decidió pasar a la rama judicial, ejerciendo como juez civil del circuito de Ambalema (1924-1927) y magistrado del Tribunal Superior de Ibagué (1927-1928). En 1928 es designado gerente del Banco Agrícola Hipotecario en Armenia (Quindío).
Participó activamente en la elección de Enrique Olaya Herrera como presidente en 1930, y desde ese entonces se convirtió en uno de los hombres de confianza del director del Partido Liberal, Alfonso López Pumarejo. Ese mismo año, y a nombre del ala izquierda de su partido, fue miembro de la Dirección Nacional Liberal, y en 1931 fue elegido senador.
En 1934 fue elegido representante a la cámara.
A comienzos del primer mandato presidencial de Alfonso López Pumarejo en 1934, Echandía fue designado ministro de Gobierno y luego como ministro de Educación y de Relaciones Exteriores; cargos desde los cuales se dedicó al impulso de la “Revolución en Marcha”, el programa de reformas impulsadas por López, dentro de la “República Liberal”.
Como ministro de Gobierno fue protagonista de la reforma constitucional de 1936 en el Congreso. Presentó el proyecto respectivo a las Cámaras el 10 de septiembre de 1934. La reforma del 36 incorporó a la Constitución colombiana el concepto de función social de la propiedad, la intervención del Estado para racionalizar la economía y el reconocimiento de los derechos económicos y sociales. Echandía fue impulsor de la concepción social del Derecho y del Estado en Colombia.
Postulado por el sector de izquierda del partido (y en especial por Jorge Eliécer Gaitán) para suceder a López en 1938, declinó su aspiración al ver que las mayorías del partido se inclinaban por el moderado Eduardo Santos, quien resultaría elegido presidente y nombraría a Echandía, embajador ante la Santa Sede.
Al comienzos del segundo mandato presidencial de Alfonso López Pumarejo en 1942, Echandía fue designado ministro de Relaciones Exteriores.
El Senado le nombró Designado a la Presidencia (como se denominaba en Colombia al vicepresidente) y como tal, reemplazó a López, ejerciendo la Presidencia de la República, entre octubre de 1943 y mayo de 1944. Tras el regreso del presidente López, a Echandía le correspondió afrontar el fallido golpe de Estado del 10 de julio, asumiendo de nuevo la jefatura del Estado, hasta recuperar el orden institucional y obtener el regreso de López al poder.
López reasumió con éxito el poder el 16 de mayo de 1944, pero tuvo que renunciar un año después, en 1945, obligando al partido liberal a designar a un reemplazo que terminó el período de López. Echandía apoyó la designación del político Alberto Lleras Camargo, quien fue confirmado por el Congreso como presidente y estuvo en el cargo hasta 1946, cuando entregó el poder.
Para las elecciones presidenciales de 1946, el partido liberal se dividió entre Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán, y Echandía fue sugerido como candidato de unidad, pero rechazó el ofrecimiento diciendo: "No deseo dividir en tres lo que ya está dividido en dos".
El triunfo del conservador Mariano Ospina Pérez ese año, llevó al liberalismo a la oposición. Entre tanto Echandía viajó a Londres donde fue nombrado como embajador del gobierno colombiano, carácter en el cual asistió a la primera Asamblea de las Naciones Unidas.
Durante el periodo conocido como La Violencia, Echandía jugó un papel de primer orden, cuando, tras el asesinato de Gaitán el 9 de abril de 1948 aceptó, a instancias de la dirección del liberalismo, la oferta de Ospina de formar un gabinete de “unidad nacional”, en el que ejerció como ministro de Gobierno (por tercera vez). Pese a ello, en varias regiones del país seguían presentándose hechos de violencia contra los liberales por parte de policías conocidos como “Los Chulavitas” y de conservadores interesados en mantener el poder tras las elecciones presidenciales previstas para 1950.
Sin embargo en 1949 las metas del gobierno no se habían cumplido y Echandía decidió renunciar al gabinete, siendo desde entonces nominado por su partido para la Presidencia de la República, para las elecciones presidenciales que se llevarían a cabo en diciembre de ese año. Pero el clima de extrema violencia y de falta de garantías a los liberales, catalizado por el atentado contra él mismo en el que murió su hermano Vicente Echandía, lo obligó a retirar su candidatura, con lo cual se produjo el triunfo del conservador Laureano Gómez, sin contendor.
Su hermano fue asesinado en el centro de Bogotá, tras haber sido confundido con el líder liberal, con quien tenía un parecido físico remarcable. El 21 de noviembre de 1949, la Policía disparó contra una manifestación liberal que marchaba hacia el sur a la altura de una estación de servicio ubicada en la calle 32 con carrera 13 de Bogotá. El candidato presidencial resultó ileso, pero los disparos mataron instantáneamente a Vicente, dos estudiantes y un comerciante. Al día siguiente Echandía se retiró de la contienda electoral.
Ante la difícil situación de su partido durante el gobierno de Gómez, Echandía se atrevió a calificar como “golpe de opinión” el golpe de Estado del general Gustavo Rojas Pinilla en 1953, participando de la coalición de liberales y conservadores ospinistas que le apoyaron y llegando a asumir como magistrado de la Corte Suprema de Justicia, pero se retiró meses después, por el carácter dictatorial y personalista del nuevo gobierno.
Echandía participó en la creación del Frente Nacional que consiguió la caída de Gustavo Rojas Pinilla y el regreso al Estado de Derecho, después de casi una década de lo que sus copartidarios denominaron como sucesivas dictaduras, civil entre 1949 y 1953, y militar entre 1953 y 1957. Fue jefe único de su partido y, después de haber sido Presidente de la República, decidió aceptar la gobernación del Tolima, su tierra natal, sensiblemente afectada por el fenómeno de La Violencia originada en 1948.
Se desempeñó como Gobernador en 1958, bajo el gobierno de Alberto Lleras. Más tarde, entre 1966 y 1968 fue ministro de Justicia del presidente Carlos Lleras Restrepo, a quien sustituyó interinamente en este último año. Además fue nuevamente nombrado embajador ante la Santa Sede.
Tras el gobierno de Lleras Restrepo, se retiró de la política activa, pero se convirtió en uno de los mayores críticos del proceso de moderación y conservatización de su partido, hasta el punto de que en sus últimos días, preguntado por un periodista sobre por qué era liberal, respondió: "¿Cuál liberal?, ¡si yo soy socialista!". A menudo se definía, desde el punto de vista doctrinario como socialdemócrata.
En 1975 Echandía fue llamado por el gobierno de Alfonso López Michelsen para presidir una comisión de juristas que formulara la propuesta de reforma a la administración de justicia y al régimen territorial. Dicha comisión fue conocida en el país con el nombre de “Comisión Echandía” la cual propuso la creación de una Corte Constitucional, como ya lo había propuesto Echandía en 1957, en su condición de miembro de la Comisión Paritaria de Reajuste Institucional, desde la cual se propusieron las instituciones del Frente Nacional.
En síntesis Echandía formuló dicha propuesta en el seno de ambas Comisiones. En la primera estuvo acompañado de los juristas Eduardo Zuleta Ángel y Fernando Isaza; y en la segunda, por el constitucionalista Carlos Restrepo Piedrahíta, quien llevó la discusión de la propuesta al Congreso, sin éxito. Finalmente la Corte Constitucional de Colombia, fue creada por la Asamblea Constituyente de 1991.
En 1979, durante la crisis política que coincidió con la reanudación del consejo de guerra contra más de trescientos presuntos miembros de la organización guerrillera Movimiento 19 de abril (M-19), Echandía afirmó que el entonces presidente Julio César Turbay era poco más que un “administrativo” que firmaba los decretos que los mandos castrenses le presentaban. “Colombia tiene, de hecho, un Gobierno militar, y el dictador es Camacho Leyva”, afirmó.
Por sus conocimientos en Filosofía del Derecho, su liderazgo intelectual durante la “República Liberal”, su vocación pedagógica confirmada como profesor en la Universidad Nacional, en el Externado de Colombia, en la Universidad Libre, de la cual fue su Presidente en 1964, y en el Colegio Mayor del Rosario, fue llamado El maestro y conocido como la conciencia jurídica de la nación.
Darío Echandía acompañó como jurado del Primer Reinado Nacional de Belleza a Germán Zea Hernández y Felipe Lleras. Allí fue elegida como primera Señorita Colombia, María Yolanda Emiliani Román, hermana del jurista y político colombiano Raimundo Emiliani Román.
Echandía volvió a su Tolima natal después de enviudar y llegó con escasez económica y su estado de salud no estaba tan bueno, cuando su estado de salud empeoró Belisario Betancur mando un helicóptero de apoyo a Ibagué para trasladarlo a una Clínica en Bogotá.
Después de ello. Echandía tuvo como apoyo una enfermera por parte de estado volviendo al Tolima donde murió el 7 de mayo de 1989 a la edad de 91 años por muerte natural gracias a la vejez y su enfermedad.
Darío era primo del también abogado, escritor y catedrático colombiano, magistrado y presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, quien falleció en la Toma del Palacio de Justicia, durante un enfrentamiento entre la guerrilla del M-19 y fuerzas armadas colombianas, a escasos metros de la Casa de Nariño. Reyes era presidente del cuerpo colegiado en el momento de su muerte. Uno de los hijos de Reyes Echandía es el abogado, educador, escritor y político Yesid Reyes, ministro de Justicia para el gobierno de Juan Manuel Santos.
Darío también era tío del jurista colombiano Hernando Devis Echandía, y se encargó personalmente de su educación y luego fue su mentor, puesto que la madre de Hernando era una de sus hermanas: Petronila Echandía Olaya (quien falleció cuando Hernando aún era un niño). Devis Echandía llegó a ser una autoridad en Colombia en derecho procedimental, y escribió numerosos tratados respecto a la materia. Una de las hijas de su sobrino se casó con el abogado y posteriornente magistrado y presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jaime Arrubla Paucar.
En agosto de 1936 contrajo matrimonio con Emilia Arciniegas Castillo en la hacienda de Los Monjes de Bogotá.
El Banco de la República publicó, en 1982, una selección de sus principales obras, bajo el título de "Obras Selectas" en cinco tomos, bajo la edición de Aníbal Noguera Mendoza y con el prólogo de Otto Morales Benítez.
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