x
1

Destrucción de Neuss



La destrucción de Neuss tuvo lugar el 26 de julio de 1586 durante la Guerra de Colonia y la Guerra de los Ochenta Años. La ciudad de Neuss, una importante guarnición militar protestante en el Arzobispado de Colonia, fue sitiada por las tropas de Alejandro Farnesio, el duque de Parma. Neuss se negó a capitular, y el ejército de Parma arrasó la ciudad con el fuego de artillería, la lucha armada casa por casa y el saqueo: durante el asalto, se desató un fuego que destruyó gran parte de lo que quedaba de la ciudad. Alrededor de 3000 de los aproximadamente 4500 habitantes fueron masacrados, y todos los integrantes de la guarnición militar fueron asesinados.

Neuss había sido tomada por los partidarios del Príncipe-Elector Protestante, Gebhard Truchsess von Waldburg, en febrero de 1586. Adolf van Nieuwenaar, Conde de Limburgo y Moers, reforzó las defensas, aprovisionó la ciudad y se dirigió con la mayor parte de sus tropas al norte, a Moers y Venlo, dejando al joven Hermann Friedrich Cloedt al mando de Neuss. Cloedt disponía de una guarnición de unos 1600 hombres, la mayoría Alemanes y Holandeses; algunos tenían cierta experiencia militar, otros habían sido recientemente reclutados y eran jóvenes e inexpertos.[1]​ El 10 de julio de 1586,[2]​ el duque de Parma Alejandro Farnesio y sus tropas rodearon la ciudad y la sitiaron, con el apoyo de Karl von Mansfeld, Francisco Verdugo y Salentin VII de Isenburg-Grenzau, entre otros. Farnesio actúa al servicio del rey de España Felipe II, como comandante al frente de los tercios que tratan de aplastar la rebelión en los Países Bajos, pero ataca Neuss por petición expresa del Príncipe Elector Arzobispo de Colonia Ernesto de Baviera,[3]​ cuya intención era eliminar a los partidarios de su adversario político-religioso Gebhard Truchsess von Waldburg.

El duque de Parma estaba al mando de un impresionante ejército: contaba con unos 2000 hombres de las tropas de Mansfeld, más otros 6000 soldados de a pie y tercios, además de 2000 hombres de caballería, 45 cañones y expertos artilleros italianos, españoles, e incluso alemanes. Farnesio mandó disponer algunos cañones en una isleta en medio del río Rin, y otros a lo largo de las murallas de la ciudad.[4]​ En el día de Santiago, el 25 de julio de 1586, con todo dispuesto para el ataque final, Farnesio exigió la rendición de la ciudad: su petición fue oficialmente denegada por los ciudadanos, quienes argumentaron que el duque no debía exigir la ciudad en nombre del Rey (de España), porque Neuss pertenecía al Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico[5]​ Diversas fuentes sugieren que Parma se acercó a las puertas de la ciudad durante las negociaciones, y que a punto estuvo de perder la vida al desatarse un fuego cruzado, al parecer iniciado por su propio ejército.[6]

Parma comenzó el ataque con el fuego de artillería que prosiguió durante más de 30 horas; se dispararon bolas de cañón de 13 a 22 kilos en unas 2700 rondas.[7]​ Los cañones abrieron brechas en las murallas, y los soldados irrumpieron en la ciudad: los italianos por un extremo, y los españoles por otro. Mataron a todos los que encontraban a su paso. Los soldados de Parma hallaron al gobernador Cloedt, que estaba gravemente herido[8]​ (al parecer tenía una pierna destrozada y varias heridas más, causadas durante la defensa de un torreón e la ciudad,[9]​) y le pusieron una soga alrededor del cuello y lo ahorcaron colgándolo por la ventana junto a sus dos capitanes y el predicador calvinista Christopher Iffeser de Eperchin.[10]​ Los soldados españoles e italianos continuaron arrasando la ciudad y masacrando al resto de los integrantes de la guarnición militar, incluso a aquellos que estaban dispuestos a rendirse. Las mujeres y niños trataron de hallar refugio en las iglesias, pero al desatarse el incendio se vieron obligados a salir a las calles. Las crónicas de la época relatan como mujeres, niños y ancianos con las ropas en llamas que trataban de huir del incendio, caían en manos de los furiosos españoles: incluso si conseguían escapar del fuego y de los españoles, aún debían eludir a los italianos. En una carta a Felipe II, Parma afirma que en los diques yacen más de 4000 cadáveres. Observadores ingleses confirman dicho número y añaden que solo ocho edificios se mantuvieron en pie en la ciudad de Neuss.[11]

Farnesio, a pesar de haber tomado la ciudad, no pudo utilizarla como «asiento» o guarnición militar debido a que Neuss había sido completamente destruida durante el ataque. Aun así, no hubo más de quinientas bajas entre los soldados españoles, mientras que entre las filas Protestantes hubo numerosas bajas, a lo que se suma la pérdida de una ciudad importante en la estrategia geográfico-militar, y la pérdida de uno de sus comandantes más intrépidos; el joven gobernador Cloedt.

Tras la destrucción de Neuss, Alejandro Farnesio recibió "el birretón y estoque bendito de su Santidad en la noche de la Natividad de Jesucristo"[12]​ de manos del nuncio papal durante una ceremonia que tuvo lugar en el monasterio de Gnadental[13]​ y a la que asistieron el elector de Colonia, el duque de Cléveris, el marqués de Bada y otros príncipes y señores. La campaña militar de Farnesio en la región le dio acceso a las regiones en el norte del Arzobispado, llamadas las Niederstift, desde donde preveía lanzar un ataque definitivo sobre las provincias rebeldes de los Países Bajos. Gebhard Truchsess von Waldburg renunció al Arzobispado en 1588, y Parma continuó atacando ciudades en la región[14]​ y ocupándose de los preparativos para la llamada «empresa de Inglaterra», o ataque de la Armada Invencible.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Destrucción de Neuss (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!