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Dianética



La dianética (del griego: día, 'a través'; nous, 'razón, mente') es una de las creencias que profesan los miembros de la cienciología. La dianética, desde su origen a principios de la década de 1950, se ha dado a conocer al público a través de varios libros escritos por el autor de ciencia ficción y filósofo L. Ronald Hubbard, su creador. La comunidad científica considera la dianética como una pseudociencia.[1][2][3][4][5][6][7]

En abril de 1950 Hubbard y John Campbell crearon la Fundación de Investigación de la Dianética de Hubbard (Hubbard Dianetic Research Foundation) en Elizabeth, Nueva Jersey, destinada a la promoción de la terapia dianética. Poco después creó una segunda fundación en Los Ángeles bajo la dirección del escritor de ciencia ficción A. E. van Vogt.[8]

El primer texto publicado sobre la dianética apareció en mayo de 1950, en la revista de ciencia ficción «Astounding Science-Fiction», bajo el título «Dianética: la evolución de una ciencia» («Dianetics: The Evolution of a Science»).[9]

«Dianética: la ciencia moderna de la salud mental», aparecido también en mayo de 1950, es el primer libro que fue publicado y desde entonces hasta la fecha es considerado la principal fuente de referencia de la dianética, razón por la que los cienciólogos lo apodan como el “libro uno”.[10]​ En la actualidad, también se vende con el título «Dianética: el poder de la mente sobre el cuerpo» («Dianetics: the Power of the Mind over the Body»).[11]​ Se convirtió en un libro muy vendido muy poco después de su aparición.[12]

En septiembre de 1950, la Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association) hizo un llamamiento advirtiendo a los psicólogos clínicos sobre la falta de validez científica de la terapia propuesta por Hubbard.[13]

En enero de 1951, apareció un folleto titulado «Procesamiento dianético: un breve estudio de proyectos de investigación y resultados preliminares» («Dianetic Processing: A Brief Survey of Research Projects and Preliminary Results»), en el que se informaba de los supuestos resultados de una serie de pruebas realizadas con la terapia dianética, afirmando haber curado con ella la manía, la depresión, el asma, la artritis, la colitis y haber convertido a homosexuales en heterosexuales.[14]

En 1951 Hubbard publicó el libro «Dianética: la tesis original» («Dianetics: The Original Thesis»).[15]​ Según la cienciología, este libro fue escrito en 1947.[16]​ En 1983 se publicó con el título «Las dinámicas de la vida» («The Dynamics of Life»).[16]

En 1951 el Consejo de Examinadores Médicos de Nueva Jersey (New Jersey Board of Medical Examiners) denunció a la Fundación de Investigación de la Dianética de Hubbard por pretender ejercer medicina sin licencia.[17]​ La fundación cerró, provocando el fin del proceso, pero sus acreedores comenzaron a exigir la liquidación de sus deudas pendientes. Don Purcell, un millonario dianetista de Wichita, Kansas, ayudó para evitar la bancarrota, pero las finanzas de la fundación fallaron de nuevo en 1952.[18]

En 1952 Hubbard empezó a desarrollar una nueva ideología religiosa, la cienciología, con lo que el desarrollo de la dianética pasó a un segundo plano, si bien su popularización en el ámbito de la narrativa prosiguió de la mano de Mark Clifton y Frank Riley, quienes con su novela «La máquina de la eternidad» («The Forever Machine»), publicada en 1954 con el título de «Ellos preferirían tener razón» («They'd Rather Be Right»), ganaron el Premio Hugo de 1955.[19]​ En opinión de su traductor al español, Miquel Barceló, supone "un posible intento de tecnificar la «dianética», esa ciencia-camelo para la perfección de la actividad mental humana, creada en esos años por el autor de ciencia ficción [L. Ron Hubbard]".[20]

La palabra dianética proviene de las palabras en griego dia (a través) y nous (mente o alma). Se alega que trata de "lo que el alma le hace al cuerpo a través de la mente".[21]

Es definida como una metodología que puede ayudar a aliviar sensaciones y emociones no deseadas, miedos irracionales y enfermedades psicosomáticas (causadas o agravadas por el estrés mental).[21]

La meta de la vida sería la "supervivencia". Todas las actividades de los seres vivos estarían impulsadas por esta. Cuanto más dedicado este alguien en la tarea de la supervivencia y más niveles alcance en este sentido, podrá obtener más placer, abundancia y satisfacción. El dolor, la decepción y el fracaso serían propios de quien está alejado del principio de la supervivencia.[22]

El "registro de los cuadros de imagen mental" de la vida de una persona es definido como la "línea temporal". La mente usa estos cuadros a la hora de tomar decisiones.[23]

L. Ronald Hubbard consideraba que la mente tenía dos partes diferentes: la mente analítica y la mente reactiva. La mente analítica piensa, observa datos, los recuerda y resuelve problemas. Esta mente tiene bancos de memoria estándar que contienen cuadros de imagen mental y los usa para tomar decisiones que impulsan la supervivencia. La mente reactiva toma el control cuando sufrimos dolor emocional o físico y cuando estamos inconscientes.[24]

La mente reactiva almacena cuadros de imagen mental llamados engramas.[25]​ L. Ronald Hubbard desarrolló técnicas precisas para ocuparse de la mente reactiva y sus engramas.[26]

La meta de la dianética es que la persona alcance el estado clear. Un clear ya no tiene su propia mente reactiva y, por lo tanto, no sufre ninguno de sus efectos negativos.[27]

La persona que no es todavía clear (el preclear) es sujeto de procesos de auditación. En ellos un auditor formula una serie de preguntas o instrucciones para ayudar a una persona a mejorar.[28]​ En la auditación puede usarse un aparato llamado E-Metro.[29]

La dianética se considera precursora de la cienciología. A través del estudio del ser humano realizado por la dianética, se fueron "descubriendo" facetas espirituales que condujeron a la creación de una nueva religión: la cienciología.[30]

En 1978, Hubbard lanzó la "dianética de la Nueva Era", una versión revisada que se supone que produce mejores resultados en un período de tiempo más corto; "Preliminares que podrían haber necesitado más de 2.000 horas de auditoría para lograr los mejores resultados obtenibles de la tecnología de 1950 ahora podrían lograr ganancias comparables en una décima parte de ese tiempo con las auditorías modernas de la dianética y la cienciología".[31]

En la actualidad, la cienciología se dedica a promover la dianética para la mejora personal.[32]​ Sin embargo, no puede ser demostrada su efectividad y no es aceptada por la psicología actual como terapia.[1][3][4][5][13]

Harvey Jay Fischer, de la Universidad de Nueva York intentó verificar en 1953 los supuestos efectos de la terapia dianética, sin encontrar tras su aplicación cambios significativos en el funcionamiento intelectual, las habilidades matemáticas o los conflictos de personalidad[4]​ contra lo que afirmaba Hubbard. Un estudio posterior de 1959 llevado a cabo por Jack Fox en la misma universidad intentó verificar algunas de las tesis dianéticas, con la colaboración de la Dianetic Research Foundation, una organización afín a esa doctrina, sin encontrar tampoco nada.[5]​ Un posterior análisis de John A. Lee states en 1970 tampoco añadió nada significativo, desembocando en una crítica en torno a sus incongruencias pseudocientíficas.[3]



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