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Dispersión urbana



Se conoce como fragmentación Urbana, al fenómeno de propagación de una ciudad y sus barrios hacia la tierra rural en la periferia de una zona urbana.[1]​ Los residentes de los barrios en expansión tienden a vivir en casas unifamiliares y a desplazarse en automóvil al trabajo. La baja densidad de población es un indicador de la dispersión.

Los planificadores urbanos hacen hincapié en los aspectos cualitativos de la expansión como la falta de opciones de transporte y la seguridad y tranquilidad de estos barrios. Sus detractores, en cambio, tienden a centrarse en la cantidad real de la tierra que ha sido urbanizada por la expansión.

El proceso de dispersión urbana tiene, en general, connotaciones negativas debido a los perjuicios a la salud y las cuestiones ambientales que crea la expansión.[2]​ Los residentes de los barrios en expansión tienden a emitir más contaminación por persona y sufren más accidentes mortales de tráfico.[3]​ La dispersión es controvertida, con defensores que afirman que los consumidores prefieren la menor densidad de los barrios y que la expansión no necesariamente aumenta el tráfico.[4]​ La dispersión también está vinculada con el aumento de la obesidad ya que caminar y montar una bicicleta no son opciones viables para desplazarse hacia el centro de la ciudad.[5]​ La dispersión tiene un impacto negativo sobre la tierra y la cantidad y calidad del agua y puede estar vinculado a una disminución del capital social.[6]

La dispersión se caracteriza por varios patrones en el uso del suelo que generalmente se producen al unísono:

La dispersión consume mucha más tierra que otros tipos de urbanización tradicional, porque apunta a una imagen de baja densidad. La definición exacta de "baja densidad" es discutible, pero un ejemplo común es el de viviendas individuales, en contraposición a los departamentos o apartamentos. Los edificios suelen tener un menor número de niveles y están más espaciados entre sí, separados por jardines, carreteras o estacionamientos. Este tipo de urbanizaciones son mucho más grandes porque requieren grandes superficies de estacionamiento para los automóviles que se utilizan. El mayor impacto que producen en muchas comunidades es que se desarrollaron o "urbanizaron" a un ritmo más rápido que el crecimiento de la población.

Otra característica común se refiere a la división, o su ausencia de división, entre una urbanización y su vecina. Estas suelen estar separadas por grandes áreas verdes, es decir, extensiones de tierras ociosas, lo que resulta en una densidad media mucho más baja incluso que la de baja densidad descritos anteriormente. Esto se debe a la costumbre de exigir al desarrollador de la subdivisión de proporcionar la infraestructura como condición de desarrollo.[7]​ Generalmente, el promotor está obligado a reservar un determinado porcentaje de la tierra para uso público, incluidas las carreteras, parques y escuelas. Cuando un municipio construye todas las calles en un lugar determinado, la ciudad puede ampliarse sin interrupción y con un coherente sistema de circulación, porque tiene la facultad de la expropiación. Los desarrolladores privados, en general, no tienen ese poder (aunque a veces pueden contar con gobiernos locales dispuestos a ayudar), y, a menudo, eligen para desarrollar sobre terrenos privados para vender las viviendas y/o parcelas en el momento en que uno quiere construir, en lugar de pagar más o esperar a una ubicación más adecuada.

Las áreas de dispersión urbana también se caracterizan por ser altamente dependientes del uso del automóvil como medio de transporte. La mayoría de las actividades, tales como compras y traslado al lugar de trabajo, requieren el uso de un automóvil como resultado tanto del aislamiento y distancia al centro de la ciudad y el aislamiento de la zona residencial con zonas industriales y zonas comerciales. Caminar y otros métodos para movilizarse no son prácticos, por lo tanto, muchas de estas zonas tienen pocas o ninguna aceras.

Las urbanizaciones son grandes extensiones de tierra compuestas enteramente por viviendas individuales, lo que las convierte en auténticas ciudades dormitorio. Estas urbanizaciones son, a menudo, engañosamente llamadas aldeas, pueblos o barrios por sus desarrolladores, ya que esos términos denotan lugares que no son exclusivamente de uso residencial.[8]

Generalmente poseen un trazado urbano diferente al de la ciudad tradicional, presentando calles curvas y en cul-de-sac. Este diseño busca limitar al máximo el tránsito vehicular en el barrio, permitiendo que solo usen las calles para circular quienes viven en las viviendas de cada calle, además de lograr solo unas pocas vías o accesos para entrar y salir del desarrollo, hacia una avenida o carretera más importante, creando asimismo grandes embotellamientos en las avenidas principales.

Los centros comerciales, en sus diversas variantes y nombres (malls, shopping centers, hipermercados, parques comerciales, etc.) son lugares que constan de espacios de retail. Concebidos como los centros de compras y esparcimiento para los habitantes de las urbanizaciones vecinas, su acceso sólo es posible a través de un automóvil, por lo que se encuentran sobre las principales avenidas, carreteras o autopistas de la zona y cuentan con enormes espacios de estacionamiento. Este tipo de emprendimientos a veces se constituyen verdaderos centros de estilos o modos de vida, llegando incluso a atender a las necesidades diarias y comunes de las personas (por ejemplo, alquiler de vídeos, compra de alimentos, servicios de lavandería, peluquería, etc.).

Los centros comerciales a menudo son perjudiciales para los centros comerciales tradicionales de las ciudades cercanas ya que actúan como un sustituto para el centro de la ciudad, compitiendo con este como punto de atracción de las personas. Países europeos como Francia, Bélgica o Alemania han aplicado restricciones al tamaño de este tipo de emprendimientos en un esfuerzo para limitar su expansión.

Los locales de comida rápida son comunes en las zonas suburbanas. Construidos a menudo en zonas con bajos valores del suelo, donde la población está a punto de aumentar por la aparición de nuevas urbanizaciones y donde se prevé gran tráfico en un futuro cercano. Este tipo de locales sientan un precedente para el desarrollo futuro. Eric Schlosser, en su libro Fast Food Nation, sostiene que las cadenas de comida rápida aceleran la expansión suburbana y ayudan a establecer su tono expansivo con sus aparcamientos, publicidades llamativas, y su arquitectura de plástico.

Los argumentos de quienes se oponen a la dispersión urbana enfatizan más en temas concretos como la salud y las cuestiones ambientales que en la vitalidad misma de este tipo de vecindarios y las consecuencias urbanísticas para la ciudad en su conjunto.

Estados Unidos fue el primer país donde se desarrolló la dispersión y donde aparecieron las primeras voces en contra. El American Institute of Architects se manifiesta en contra de la expansión de este tipo de urbanismo y en su lugar apoya el crecimiento inteligente, el desarrollo de barrios con usos diversificados, y que desalienten el uso del automóvil.[16]​ Son varias las organizaciones ambientalistas que se oponen a la expansión invirtiendo en las comunidades existentes.

Intentando mitigar la dispersión urbana y sus consecuencias, en las últimas décadas han surgido estrategias de planificación urbana y del transporte que apuntan a concentrar el crecimiento de la ciudad en su área central, densificándola, estableciendo usos del suelo mixtos y desarrollando sistemas y redes de transporte que desalienten el uso del automóvil.

La primera ciudad en poner límites al crecimiento de la dispersión urbana en los Estados Unidos fue Lexington en 1958. Quince años más tarde, el estado de Oregón promulgó una ley en 1973 que delimitaba las áreas donde estos emprendimientos podrían asentarse. Como resultado de ello, la ciudad de Portland , se ha convertido en pionera en el denominado crecimiento inteligente, estableciendo políticas de consolidación de las áreas urbanas. Si bien el límite de crecimiento no se ha apretado lo suficiente como para aumentar enormemente la densidad, aseguró la protección de grandes cantidades de áreas silvestres y tierras agrícolas en toda el área metropolitana.

En otras áreas, el diseño urbano con de principios del New Urbanism y el New Pedestrianism se han empleado para combatir la dispersión urbana.

El fenómeno es más reciente que en los Estados Unidos, y se debe principalmente a causa de la inseguridad urbana, la preferencia de modos de vida alternativos al urbano y los altos valores de la tierra y las propiedades en las ciudades.

El proceso expansión urbana comenzó a partir de fines del siglo XIX con la llegada de inmigrantes a la Argentina y luego a partir la década de 1950 acompañado de un periodo de crecimiento industrial y emigración hacia las grandes ciudades desde el interior del país. Este tipo de expansión se dio principalmente mediante continuaciones de la trama urbana en damero, propiciando la aparición de nuevos barrios alrededor de las estaciones de ferrocarril en el primer caso y a lo largo de las vías de acceso a las ciudades en el segundo caso. Los barrios resultantes, producto de la especulación inmobiliaria bajo la modalidad del loteo popular de bajo precio con escasos o nulos niveles de cobertura en infraestructura, eran en un principio solo residenciales pero la consolidación y diversificación de funciones que se dio en estos en décadas posteriores, hace que no puedan ser considerados actualmente como dispersión urbana en el sentido anteriormente descripto.

A partir de los años 70 con el gobierno militar se dan en el país una serie de políticas y normativas que fomentaban la dispersión urbana (como la ley 8912/77 en la provincia de Buenos Aires, aún vigente) estableciendo zonificación por funciones, exigencia de superficies mínimas en los loteos y la reglamentación de urbanizaciones cerradas que tendían a una ocupación del territorio del tipo suburbano.

Pero es a partir de los años 90 cuando este proceso de suburbanización se vuelve particularmente notorio, producto de la creciente inseguridad urbana y la preferencia por modelos de vida en mayor contacto con la naturaleza, propiciando la aparición de barrios cerrados en sus diferentes modalidades y grandes centros comerciales y complejos de oficinas a lo largo de las autopistas. Las urbanizaciones de este tipo (conocidas localmente como countries) fueron creciendo en tamaño hasta llegar a casos como Nordelta, una mega urbanización para 150.000 personas y especializándose y albergando cada vez más funciones como escuelas y colegios privados, áreas comerciales, campos de golf, marinas, spas y zonas hípicas propias, pero siempre mediante la zonificación por funciones.[24]

Este tipo de urbanizaciones con acceso restringido, desarrolladas por inversores privados, se ha convertido en una alternativa a modelos de urbanización tradicional, y en el factor determinante del crecimiento de la superficie de la mancha urbana de las grandes ciudades argentinas.[25]​ El fenómeno se dio primero alrededor de ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Rosario o Mendoza, pero en años más recientes se ha extendido a ciudades medianas y chicas resultando en una creciente fragmentación urbana y social, producto de las reformas neoliberales.[26]

Al ser el país más cercano a los Estados Unidos, era predecible que el mismo imitara algunos aspectos de la idiosincrasia americana, sobre todo la urbanización en forma de dispersión. Desde las décadas del 30 y 40 las dispersiones comenzaron a cobrar fuerza primeramente entre las personas de mayor abolengo en zonas que en el tiempo se habían considerado alejadas de la urbanización principal. Principalmente en los años 40 algunas de estas urbanizaciones en la Ciudad de México eran núcleos que imitaban algunas características de los barrios suburbanos americanos aunque en un modo más ostentoso puesto que algunas familias pudientes fueron las que iniciaron en parte dichos movimientos

Las colonias San Miguel Chapultepec, Lomas de Chapultepec y otras más cercanas fueron prueba de ello. Asimismo en menor medida algunos inmuebles en el Centro y Sur imitaron dicha . Al no contarse con una masa importante de población estas zonas resultaron ser más que nada enclaves de población de nivel socioeconómico alto de la época.

En la década de los 50 con la explosión demográfica en auge en las grandes ciudades y en otros rincones del país comienza un auge por imitar otros modelos, un caso en particular reconocible es el visto en el Municipio de Naucalpan, Estado de México con el Fraccionamiento mejor conocido como Ciudad Satélite que imito principalmente en parte el modelo suburbano del estilo de vida estadounidense pero con una reorganización de traza urbana similar a la anatomía de un árbol, lo cual le doto con una distribución vial eficiente, además de ser una ciudad suburbana más acorde a lo que se veía en Estados Unidos. a pesar de todo otros fraccionamientos circunvecinos comenzaron a gestarse de manera simultánea a Satélite lo que aceleró el ingreso de población sobre todo de clase Media, sin embargo con el paso del tiempo los fraccionamientos se vieron inmersos en la mancha urbana, la cual terminó por absorberlos y dejarle más problemas la vía rápida contemplada para comunicar edisperste fraccionamiento con la ciudad terminó siendo parte del Anillo Periférico

En el Interior del país Principalmente en Guadalajara y Monterrey también se imitaron dichos modelos sin embargo las trazas urbanas fueron absorbidas por las manchas idem.

Otras urbanizaciones a final de cuentas si bien fueron dispersas, alcanzaron un alto grado de población pero de forma negativa caso concreto con la llamada Ciudad Nezahualcoyotl. que para muchos representa una especie de urbanización masiva superpoblada en terrenos que antes ocupaban el Ex-Vaso del Lago de Texcoco.

Estados Unidos fue el primer país donde apareció la dispersión urbana y actualmente posee el mayor índice de suburbanización. Según el Consejo Nacional de Inventario de Recursos (NRI), solo entre 1992 y 2002, 8.900 km² de tierra en los Estados Unidos dieron lugar a nuevas urbanizaciones de este tipo. Actualmente, el NRI clasifica 100.000 km² más (un área aproximadamente del tamaño de Kentucky) que la oficina del Censo de los Estados Unidos como tierra urbana. La diferencia surge en que el NRI incluye las urbanizaciones localizadas en áreas rurales, que por definición no pueden ser consideradas como "urbanas". Según los datos del censo del año 2000, aproximadamente, el 2,6 % de la superficie de los EE. UU. es urbana.[27]

La dispersión ha sido responsable de la sostenida pérdida de población en los centros de las grandes ciudades estadounidenses, por ejemplo entre 1970 y 2000, la población de Detroit descendió un 2% mientras que la superficie urbanizada y suburbanizada de su área metropolitana aumentó un 45%. Situación similar se dio en Pittsburgh, Buffalo y Rochester así como en todas las grandes ciudades norteamericanas.

El término Los Angelización a veces es utilizado como sinónimo de la dispersión urbana, ya que la ciudad de Los Ángeles es considerada como un paradigma de este fenómeno. Sin embargo en los últimos años la ciudad y su área metropolitana han experimentado un aumento en su densidad de población como consecuencia del rápido crecimiento de la población.

Situaciones similares se dan en países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Sudáfrica y los países de Europa Occidental, aunque, sobre todo en estos últimos con matices diferentes. En Japón y Europa Occidental la situación aparenta estar en retroceso, en parte debido a la disminución de tamaño de las familias, el descenso de la población de esos países, la presencia de medios de transporte público eficaces y un renovado interés de las personas por la vida urbana.



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