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Dolores Cacuango




Dolores Cacuango Quilo, conocida como Mamá Dulu (Cayambe, 26 de octubre de 1881 - Yanahuayco, 23 de abril de 1971), fue una activista ecuatoriana pionera en el campo de la lucha por los derechos de los indígenas y campesinos en Ecuador.[1][2][3]​ Fundó en 1944 la Federación Ecuatoriana de Indios, FEI,[4]​ con la ayuda del Partido Comunista de Ecuador, y en 1946 junto a Luisa Gómez de la Torre la primera escuela bilingüe (quichua-español). Es una de las más conocidas referentes de la izquierda ecuatoriana y una de las referentes del feminismo ecuatoriano[5]​ a principios del siglo XX junto a Tránsito Amaguaña.

Dolores Cacuango nació en el latifundio de San Pablo Urcu cerca de Cayambe, Provincia de Pichincha, Ecuador, en 1881. Sus padres fueron indios gañanes, quienes trabajan en haciendas sin un sueldo. Creció en el campo junto a sus padres, sin concurrir a la escuela debido a la falta de recursos económicos. Jamás aprendió a leer o a escribir; esto resultó un factor motivante[6]​ para mejorar el acceso a la educación de la comunidad indígena. Aprendió a hablar español en la ciudad de Quito, lugar donde trabajó como empleada doméstica a muy corta edad.

Una de las influencias en la vida política de Cacuango fue Juan Albamocho, un indígena que solía disfrazarse de mendigo y pedir caridad, se sentaba al pie de los despachos de los abogados y escuchaba lo que conversaban. Cierta tarde, regresó a su comunidad en Cayambe y exclamó a gritos: "Sí ha habido ley para los indígenas". Desde entonces, la comunidad indígena deseaba conocer sus derechos, para poder defenderse de los continuos maltratos de los tenientes políticos y curas parroquiales.[7]

Su primera acción que la situó en el liderazgo indígena fue a principios de 1926, cuando Dolores tenía 44 años. Fue en el contexto de una rebelión popular en Cayambe dirigida por el indio Jesús Gualavisí e impulsada por el Sindicato de Trabajadores Campesinos de Juan Montalvo. Dolores formaba parte de un grupo de mujeres que promovieron huelgas en haciendas de la zona. Destacó por su capacidad de conducción y sus discursos pronunciados en quechua y en castellano.​[6]

En 1905 se casó con Luis Catucuamba y se ubicaron en Yanahuayco, cerca del pueblo de Cayambe. Trabajaron en la agricultura y tuvieron nueve hijos, ocho murieron a corta edad por enfermedades intestinales debido a la falta de higiene y salubridad de la zona. El único sobreviviente del matrimonio fue Luis Catucuamba. En 1946 llegó a ser educador de indígenas en su pueblo, pues su madre quiso que ayudara así.

En 1971, Dolores Cacuango falleció a los 89 años, siendo sus últimos años penosos. Perdió fuerzas, sufrió de paraplejia, perdió peso, se cansaba y dejó de visitar a las comunidades y organizaciones. Al cerrar sus ojos, sólo le acompañaba su esposo, hijo, nuera y su inseparable amiga María Luisa.

Hija de Andrea Quilo y Juan Cacuango, fue una activa impulsora de la fundación de escuelas bilingües en colaboración con Luisa Gómez de la Torre; en ese contexto, fundó en 1946 la primera escuela bilingüe (quichua-español).[1]​ Dolores intentó convocar a más de mil cabecillas del país, para reclamar sus derechos y reducir la violencia.

En el ámbito político, en 1944 participó en la creación de la primera organización indígena en Ecuador,[8]​ que se denominó Federación Ecuatoriana de Indígenas (FEI), auspiciada por el Partido Comunista del Ecuador;[9][10]​ en dicha organización ocuparía la Secretaría General.[11]

Además, lideró la apertura de escuelas sindicales en Cayambe;[12]​ y, junto a Rosa Lema, fue una de las mujeres de origen indígena más reconocidas en su país a fines de la década de 1940.[10]

La ley de Reforma Agraria en el Ecuador fue promulgada en octubre de 1973 con el objetivo de hacer alguna reforma en el régimen de tenencia y usufructo de la tierra, para detener la ofensiva de los campesinos rebeldes y precautelar la productividad de las haciendas. Esta buscaba la integración nacional, la transformación de las condiciones de vida del campesinado, la redistribución del ingreso agrícola y la organización de un nuevo sistema social de empresa de mercado. La Reforma Agraria marcó el inicio de un proceso de “territorialización” sobre un importante espacio rural ubicado en el cantón Cayambe, provincia de Pichincha, Ecuador. Dolores Cacuango fue una figura clave dentro de este proceso, liderando a varios jóvenes indígenas en la rebelión contra el poder de los hacendados y de sus administradores y mayordomos.

Dolores Cacuango vivía en un pequeño pueblo cerca de Cayambe, lo que la motivó a participar liderando varias rebeliones en Cayambe para proteger los derechos indígenas. A causa de esto llegaron a conocerla como "La Loca Dolores Cacuango", ya que la temían por su capacidad de liderazgo y su carisma, que atraía a grandes grupos indígenas en Cayambe.

En sus incursiones por las comunidades iba siempre acompañada por los indios de experiencia política y por jóvenes a quienes los formaba en el liderazgo. En 1964 el plan de ayuda Alianza para el Progreso buscaba la instauración de la Reforma Agraria, la cual requería un cambio para que las leyes que la misma proponía fueran respetadas por los hacendados y la oligarquía. Dolores apoyó este plan liderando una marcha en Quito con cerca de diez mil indios de Cayambe, en la cual se dirigió a todos los ecuatorianos al dar un discurso en el Teatro Universitario, buscando justicia para los indígenas con esta nueva restauración de la Reforma Agraria.

Dolores Cacuango, Administradora General de la primera organización indígena nacional, (FEI), se destacó mucho en el aspecto político en el siglo XX. Toda su vida estuvo relacionada con los acontecimientos relevantes de su país.

Poco a poco comenzó a involucrarse en lo relacionado con la defensa de reivindicaciones indígenas, respaldando a las mujeres que ejecutaban trabajos a jornada completa y que no obtenían ninguna remuneración. Dolores siempre se caracterizó por ser una persona que mostraba una actitud muy enérgica y fuerte. Sabía cómo generar empatía y su manera de dirigirse ante el resto fue siempre de manera firme y directa. Contaba con una gran capacidad para entender lo que acontecía y daba una respuesta o argumento ante cualquier circunstancia. Su gran fluidez para hablar y expresar lo que quería decir la llevó a tener el don de convocar y convencer a la gente de lo que era correcto y lo que no lo era.

Desde muy temprano, caracterizó a Dolores Cacuango su rebeldía y coraje. Impidió que el mayordomo de la hacienda en la que residía consumara la violación de su hija. En muchas oportunidades evitó que sus compañeros de faena fueran maltratados. Ella se daba cuenta del sufrimiento de su pueblo condenado a ser explotado, humillado y torturado. Otra de sus virtudes era su bondad para escuchar a las personas en sus peores momentos. La gente solía visitar la casa de Dolores para hablarle de sus tristezas y problemas. Las personas le pedían su ayuda para que los respaldase en sus quejas y buscar alguna solución en el sindicato. Dolores siempre se propuso cambiar la realidad de las empleadas que trabajaban en las haciendas y hacer que la sociedad se humanice. Siempre procuró que se reconocieran a los indígenas como seres de derechos. Le emocionaba defender los derechos de los indígenas ante las autoridades.[13]

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